Capitulo con contenido +18
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~Narro yo~
Seras ya no podía aguantar su apetito como antes, ahora era como el Conde que debía beber sangre cuando tuviera hambre, mínimo más de siete bolsas de sangre al día o quizá más, pero la preocupación era que pudiera aguantar sus ganas de beber sangre que ya no era tan fácil como antes que podía quedar días sin beber sangre y seguir como siempre, no, ahora tenía que beber para poder seguir adelante.
Ya habían pasado dos horas después que Seras bebiera la sangre del Conde, luego del cambio la sed de Seras aumentó enormemente, pero el Conde ya sabía que eso pasaría así que le dejó beber de la sangre de él por un rato mientras aún se acostumbraba a ello ya que sabía que casi no estaba acostumbrada a beber sangre. Ya era de mañana y Seras estaba descansando en su ataúd con Alucard, ambos se habían quedado dormidos momentos antes de que saliera el sol.
Ambos habían hecho las "pases" tomando el hecho de que Seras ya no estaba enojada, aunque quisiera fingir que lo estaba no podía, casi moría por su negligencia y egoísmo pero decidió dejar su orgullo a un lado dejar las cosas bien con su Conde. Seras estaba dormida encima del pecho del Conde, pero este estaba despierto hacía unos pocos minutos solo no quería moverse para no despertarla aunque tuviera sueño profundo.
Alucard se quedó mirando a su Dráculina mientras acariciaba su pelo con cuidado y suavidad, sabía que su conexión había terminado pero su historia eterna apenas estaba comenzando, en solo pensar que tendrían una eternidad juntos junto con su hijo se le formó una sonrisa inconsciente, la idea no era mala, estarían juntos para siempre como familia y si la humanidad llegase a morir solo su familia quedaría en pie hasta la eternidad.
De tanto pensar en su futuro con su amada el sueño estaba volviendo a él, pero fue interrumpido por una gran explosión en la mansión que hizo que él se despertara más de la cuenta y que Seras se despertara con su paranoia de siempre cuando la despertaban con sonidos fuertes - ¿qué fue eso? - dijo Seras sentándose casi a la velocidad de la luz que hizo que el Conde se aguantara su carcajada en el momento
- no lo sé - le respondió el Conde aún acostado - seguro debe ser Víctor con mi hermano, deben estar entrenando - comentó sin ponerle mucha atención a la situación
Seras lo miró confundida un rato sin entender un poco - ¿tu hermano está aquí? - Alucard asintió la cabeza como respuesta haciendo que Seras se sentara encima de él mirándolo curiosa - osea que Crystal también está aquí - Alucard volvió a asentir la cabeza mientras ponía una de sus manos debajo de su cabeza y la otra en la cadera de Seras - espera.... ¿Hace cuanto llegaron? - preguntó ahora asustada, como normalmente solía hacer cuando despertaba asustada de que hubiera dormido más de la cuenta
Alucard no aguantó sonreír por su actitud - llegaron ayer mientras dormías en la noche - le respondió tranquilo pero se sentía que en su tono quería reírse, algo que Seras notó inmediatamente y le pegó con la almohada de forma suave - ¿qué? - habló el Conde después del golpe, aunque sabía por qué lo había hecho, quería fingir que no sabía.
Seras le hizo pucheros a su pregunta a lo que el Conde le respondió sentándose a la altura de ella para luego besarle de forma lenta que Seras no dudó en responder ante su beso y decidió profundizarlo metiendo su lengua haciendo que sus lenguas se entrelazaran como si estuvieran danzando para luego separarse, Alucard fue el primero en reaccionar y empezó a besarle el cuello y lamiéndolo aguantando sus ganas de no morderlo tan rápido haciendo que Seras soltara un jadeo ansiosa a que le mordiera su cuello blanquecino y que era decorado por los huecos que le hizo Alucard, pero no la mordió, la dejó en su espera.
Seras emitió un sonido demostrando su molestia, Alucard sonrió de forma perversa al conseguir lo que quería así que prosiguió su acto pero cambiando su posición, así que de improvisto el Conde estaba encima de Seras, agarró las manos de su amada sobre su cabeza mientras besaba cada parte de su cuerpo que se le permitía tocar por la ropa que aún tenía puesta. Decidió soltar las manos de Seras y quitarle su pantalón dejando ver su cuerpo casi por completo, lo único que impedía ver sus senos redondos y grandes era su sostén de color rojo carmesí como ahora eran sus ojos.
Pero prefirió dejarla así en el momento, después de todo la tela de su sostén y bragas eran bastante delgadas y quería hacer su cometido, besar y morder cada parte de su cuerpo, hacerle sentir que todo su cuerpo era de él y nadie mas, que será suya para siempre y que sus caricias se sintieran como si fuese la primera vez que la tocaba.
Prosiguió a besarle el pezón provocando que Seras gimiera, era el sonido que Alucard amaba escuchar emanar de su boca, su voz siempre había sido dulce y sus gemidos eran más dulces que su voz por sonar delicados, mientras seguía besando y mordiendo sus pezones, Seras había intentado bajar su mano a la entrepierna de Alucard pero este se lo impidió amarrando sus manos con sus sombras, dejándola casi inmovilizada.
En la habitación se escuchaba solo dos sonidos y era los gemidos de Seras y los jadeos de Alucard, había estado restregando su miembro contra la zona intima de su amada, haciendo que esta se estuviera retorciendo de placer por sus toques. Alucard decidió que ya era el momento así que decidió introducir dos de sus dedos en el interior de Seras haciendo que gimiera un poco más fuerte, ahora estaba sacando y metiendo sus dedos rápido y lento.
- Alu .... Solo hazlo - le dijo Seras con dificultad para hablar por el placer que le estaba provocando - por favor - le estaba rogando que introduciera su miembro pero sabía que Alucard no cedería tan fácil, le gustaba hacerla sufrir en ese sentido.
Alucard sabía que Seras ya estaba casi a su punto de éxtasis pero no iba a dejar llegarlo, así que sacó sus dedos y quitó sus bragas, sorprendiendo un poco a Seras - solo por esta ves haré lo que me pides - le susurró en oído mientras introducía su miembro de forma lenta que a la ves mordía el cuello de Seras succionando su sangre mientras la embestía de forma suave.
Siempre que tenían sexo el Conde siempre la trataba de forma tierna pero a la vez en su forma sádica, a veces regaba sangre encima de su cuerpo para poder sacar excusas de lamer y morder su cuerpo como si fuese su presa, pero esta vez había cambiado su opinión cambiando el método, tratándola un poco tierno cosa que casi no hacía en el sexo con ella.
El Conde embestía a Seras mientras mordía varias zonas de cuerpo de forma suave succionando la sangre de Seras que estaba caliente, sus gemidos hacía que la sus movimientos aumentaran de ritmo haciendo que los gemidos de Seras aumentaran, pero disminuían a la vez ya que se quedaba sin aire por los movimientos del Conde haciendo que Seras llegara a su éxtasis y que el Conde terminara dentro de ella.
El Conde se acostó sobre ella de forma suave aún ambos estaban agitados por lo ocurrido, ambos amaban estar juntos, sentir que uno le pertenece al otro sentir que ambos están "vivos" y que están para el otro - te amo - le dijo Seras a Alucard mientras acariciaba su cabello - quiero ser tuya para siempre - le susurró mirándolo
Este le respondió tocando su mejilla, el miedo de ambos siempre había sido que la inmortalidad de ambos no fuese para siempre y uno de los muriera para siempre - siempre serás mía Seras, siempre - le besó la mejilla con suavidad mientras Seras cerraba sus ojos para dormir.
El Conde se quedó despierto un rato mirando su rostro tranquilo hasta quedarse otra ves dormido.
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No sé como quedó este capitulo, no es que sea muy buena en +18
Espero haya sido de su agrado
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Amor Eterno [TERMINADA]
FanfictionLos personajes de Hellsing no me pertenecen Después de pasar 30 años la llegada de Alucard tomo por sorpresa a todos, en la pequeña Draculina despierta su felicidad para reveler que tienen un hijo pero también despertará en ella el riesgo de su mue...