T-E-A-M

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Había sido sin duda un día agitado, ¡Se habían revelado contra el propio ministro! Gilbert había recapacitado y la había apoyado... Eso había sido algo muy lindo que apreciaría para siempre, pero no dejaba de ser un día agotador.

Salió silenciosamente de la multitud y se sentó en el porche de la casa de miss Stacy, con la intención de poder pensar con tranquilidad. ¡Estaba feliz! Pero quería un minuto de paz contemplando la inigualable belleza de la luna, quien brillaba con fervor en la noche oscura.

Lo que Anne no sabía, era que él la había visto, no había podido parar de verla en toda la noche, así como no pudo evitar seguirla.

"Solo un momento con Anne" pensó. Y es que, ¿Qué podría salir mal?

La vio sentada en el porche y él se situó a su lado en silencio. Anne no dijo nada, pero había reconocido su aroma. Además, ¿Quién más podría estar allí con ella cuando adentro había toda una celebración? Solo Gilbert Blythe, quién desde el primer día parecía querer formar parte de su vida a toda costa.

—Te saliste con la tuya. —habló por fin.

Yo sonreí. —Todos. —giré mi rostro para verlo y me encontré con su perfil... Su maravilloso perfil. —¿Qué le dijiste a la clase para que cambiara su opinión sobre mí?

Ahora él giró su cabeza hacia a mí. —Les recordé que tú siempre haces lo correcto.

—Aunque la historia sugiere lo contrario. —bromeé y el rió. —Hablando de eso... ¿No deberíamos estar discutiendo sobre algo?

Él asintió reprimiendo una sonrisa. —Probablemente... ¿Quieres empezar?

Miré a mi alrededor como si pensara. —Es curioso, no se me ocurre nada.

—¿Rompiendo con nuestro lema?

—Está bien hacer las paces por una noche. —le sonreí.

Él me devolvió el gesto. —Después de tantos años... ¿Quién diría que haríamos un buen T-E-A-M?

Sonreí como respuesta. Me parecía algo increíble como Gilbert podía recordar sobre nuestros debates de deletreo. ¡Me parece increíble que peleáramos por algo así!

¿Cómo he podido ser tan tonta con él? ¡Y aún más cuando tiene esos ojos! Esos ojos que, según Ruby, reflejaban amor mientras hablaba conmigo... "sobre ella". Dios, no estábamos hablando de ella, yo sé que no lo hacíamos.

De pronto, él me veía con intensidad, como si yo fuese algo de dudosa existencia, como si no pudiese creer que yo estaba allí. Yo, su Elizabeth Bennet. Él, mi señor Darcy. O al menos solo en mi traicionera imaginación.

De pronto su mirada bajó de mis ojos a mis labios. Casi podía escuchar nuestras respiraciones irregulares y mezcladas.

¿Qué se suponía que estaba pasando? ¿Él iba a besarla? ¿Iba a ser este su primer beso?

—Winifred, ella es Anne, compañera de clases y amiga de la familia. Anne, ella es mi... Ahm...

"Prometida"...

No, así no sería su primer beso.

Apartó la mirada con incomodidad. —Winifred es afortunada. Gracias por lo de hoy... Y por todo. Debería volver. —dije poniéndome de pie con intenciones de alejarme lo más rápido posible.

Pero no estaba en los planes de Gilbert Blythe dejar que Anne volviese a correr lejos de él, tal y como el día en que la conoció.

Él la tomó del brazo con delicadeza. Ella lo miró algo aturdida. —¿Crees que Winifred es afortunada? —cuestionó, aún sentado en el porche.

Anne With An E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora