Un Rebelde Color De Piel 3

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Vuelvo a publicar este capítulo ya que a RonicaRC no le cargaba. Así que nada, me avisas.

Tercera parte:

Anne regresó a Green Gables totalmente reprendida por su mejor amiga.

No, ella no había dicho que sí a Billy, pero tampoco había dicho que no y Billy le dejó en claro que eso alimentaba su esperanza. Aunque hubiese podido ser un detalle que cualquiera pasa por desapercibido, no fue lo que pasó en este caso, Anne dejó esa puerta abierta a propósito y ella lo sabía.

—¿Te parcen horas para salir, señorita? —le reprendió Marilla a penas la vio llegar a la cocina.

—Lo siento tanto, Marilla, pero era muy necesario que hablara con Diana. Lo necesitaba tanto como la humanidad necesita que yo me mantenga lejos de la cocina.

Marilla no pudo evitar reír. —Creí que mejorarías luego de tu intento por hacer los pasteles de Marry.

—Yo creí que mejoraría en muchas cosas y me doy cuenta de que no me fue posible. —dijo Anne tomando asiento sobre la encimera. Y por más que Marilla la recriminó con la mirada, Anne estaba demasiado aturdida con todo lo sucedido en su vida como para darse cuenta de la falta que estaba cometiendo. —¿Sabe, Marilla? No puedo dejar de pensar en qué tenía Ruby Gillis para decirme.

—Oh Anne, no te atormentes más con esa tontería. Lo más probable es que esa chiquilla quisiera pedirte disculpas, que bien te las debía.

—Quién me debía disculpas era otro y continuo esperandolas. Aunque, en realidad ya no las quiero. Ay Marilla, a veces cierro los ojos antes de dormir e imagino que todo es diferente, pero esa es sola otra fantasía más de las que he inventado para olvidar mi realidad.

—Lamento no poder decir nada que haga sentir mejor a tu corazón herido. Estoy casi segura de que estos temas eran discusión con Matthew.

—Sí, pero no importa, Marilla. Ya nada de esto importa. Aunque, admito que por más que no necesite disculpas, quiero explicaciones, las merezco, ¿No cree? Fue mucho lo que pasó para que pudiéramos... Ah, yo no entiendo como después de la carta que me escribió, pudo simplemente casarse con Ruby.

—Creí que habías echo pedazos esa carta. —replicó Marilla mientras se quitaba su delantal.

—En efecto, pero él mismo la recitó para mí en una ocasión. Oh, Marilla, ¿Cómo se puede mentir así de bien? ¿Escribir cosas tan hermosas que en realidad no sientes? Es tan duro para mí estar aquí, porque solo ha pasado una semana desde la muerte de Ruby y siento como él intenta llegar a mí en un sentido que no puedo permitirme. Anne Shirley no es la segunda opción de nadie, no Marilla.

—¿Por qué simplemente no le preguntas, Anne? Te complicas demasiado.

La miré con incredulidad. —No habla enserio, ¿No es así, Marilla? Que él abra su linda boca cuando lo vea conveniente.

—Ya. Y no pensaras en presionarlo de algún modo, ¿O sí? —le recriminó Marilla. —¿Qué hacía Billy Andrews contigo esta tarde? Déjame decirte que ese definitivamente no es el camino correcto, mi Anne.

Entorné los ojos. —No soy yo quien trata algo con Billy, es al revés.

La sorpresa reflejada en el rostro de Marilla Cuthbert obligó a Anne a relatar nuevamente esa desastrosa historia en la que no dio un "no" definitivo y pronto todo Avonlea lo sabría.

(...)

Gilbert caminó muy deprisa a Green Gables. ¡Tenía que enfrentarla, tenía que decirle! Antes de que fuera demasiado tarde...

Anne With An E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora