Quizá Anne pensó que era el momento ideal para dejar de darle tantas vueltas al asunto. No lo iba a negar, Roy era un muchacho muy agradable, inteligente, apuesto y carismático —a pesar de su semblante nostálgico que le hacía lucir aún más apuesto— pero aún viendo todas estas cualidades, ella estaba demasiado extasiada por la carta de Gilbert. ¿Hay mejor forma de explicarlo?
Así que se armó de valor y abrió la puerta.
—Roy.
—Anne, se que acabamos de vernos y puedo parecerte muy pesado, pero he venido a dejarte un recado de Stacy.
Anne elevó ambas cejas en sorpresa. —¿Puede esperar? Me acaba de surgir un asunto... Urgente. —explicó haciendo énfasis en la palabra "urgente" como si de otra forma él no pudiese entender la magnitud de gravedad que tenía el asunto.
—No habría razón, solo quiere que pases mañana por su casa antes de irte a Queen's. Es todo.
—Oh... De acuerdo.
—¿Vas a salir? ¡Vayamos juntos!
—¿Sabes? No creo que te apetezca acompañarme.
—¿Por qué no? ¡Disfruto mucho de tu compañía! Será solo hasta el desvío de mi camino, ¿Sí? —insistió.
Anne quizá creyó que sería demasiado descortés rechazar nuevamente su petición, así que accedió. Solo hasta la mitad del camino.
Así que cabalgaron a toda prisa, hasta el punto del camino donde debían separarse. Entonces ambos bajaron de sus respectivos caballos y se acercaron para despedirse... O quizá no exactamente.
—Gracias por acompañarme, Roy.
—Ha sido un recorrido mucho más grato a tu lado, aunque, estuviste muy callada, lo cual es extraño. Me da la impresión de que empiezas a marcar distancia entre nosotros. Ah, no me digas que ya te aburrí, ¿O sí? —bromeó él.
Anne le dedicó una sonrisa forzada antes de darle un vistazo al camino que la llevaría con Gilbert.
—Supongo que debemos hablar. —se lamentó ella.
—¿Sí? ¡Maravilloso! Creí que ya no disfrutabas de hacerlo.
—¡Oh, yo disfruto conversar! Es la gente quien no soporta escucharme por demasiado tiempo. —se mofó.
Roy sonrió tiernamente. —A mí me gusta escucharte. —Anne guardó silencio repitiéndose mentalmente que ese no era el rumbo correcto de la conversación. —Bien, habla.
—Yo... Yo recibí una carta.
—Continúa, por favor. —le animó él.
—No es cualquier carta, es "la" carta, ¿Entiendes?
Él rió. —¡Yo no lo apostaría! Explícame mejor, sé que puedes.
Ella lo observó unos segundos antes de hablar. —Tienes que saber de antemano lo mucho que me agradas y lo mucho que tu cercanía hubiese llegado a significar en mi corazón si... Si tan solo no hubiese estado ocupado ya y es muy chistoso, porque desde que lo conocí a él lo tengo ocupado y yo jamás me di cuenta, ¡Jamás lo hice! Hasta que fue demasiado tarde, pero no es tan tarde en realidad, aún hay tiempo para enmendar mi error planificado a base del orgullo y, no quiero que creas que intentó sonar como la protagonista de un libro, pero, también fue a base del prejuicio. Me aferré a la absurda idea de que él era un tonto que solo pretendía burlarse de mí en clases y luego permanecí tan herida por cualquier actitud insignificante suya que siempre terminaba yo hiriendolo de algún modo a él. Como cuando le partí mi pizarra en la cabeza, o cuando le grité en el tren, o... Mejor no sigo. El punto es que lo amo, lo amo y no estoy preparada para hablar un día de él como si ya no formase parte de mi vida... Sé que quizá debí advertirte desde el principio, pero nunca imaginé que pudieses ser alguien tan especial para mí y... Lo siento mucho, Roy.
Roy la escuchó con atención. Él entendió cada una de sus palabras... Y aún así, seguía sonriendole. —No podía esperar menos de Anne Shirley-Cuthbert.
—¿Qué?
—Gilbert es un buen chico y ya fui testigo de todo lo que siente por ti y yo sé también que tú sientes cosas por él. Mira, no pienses dos veces en sí ir o no por el chico al que amas y mucho menos por mí. Yo hace mucho tiempo llegué a la conclusión de que quiero disfrutar la vida, quiero estudiar, trabajar en lo que me apasiona y viajar por el mundo sin retrasar ni ser retrasado por alguien y debo admitir que desde el momento en que te vi, supe que eras alguien que caminaba a mi ritmo y que podrías perfectamente acompañarme en mi viaje e incluso podrías hacerme cambiar mis planes, no voy a negar que por un momento creí que mi viaje eras tú, Anne, pero ahora hemos vuelto a la realidad, realidad en la que ambos vamos por lo que realmente queremos. Te aprecio mucho y debo confesar que me gustas mucho también, pero no somos lo que el otro necesita y eso está bien, quizá solo somos las personas correctas en la vida equivocada. Quizá en otra vida tú y yo llegamos a algún lado juntos o quizá lo haremos en una próxima, pero en esta, yo supe que irías a buscar a Gilbert Blythe mucho antes de que tú misma lo supieras.
Anne suspiró sintiéndose en paz consigo misma. —¿Cómo sabes qué se trata de Gilbert?
—Él me preguntó por ti y si pasaba algo entre nosotros y yo le conté la verdad y de paso le apoyé para que hiciese lo que su corazón le dictase, porque yo jamás sería un obstáculo para ustedes. No sé que decía la carta, pero sé que vas hacia su casa por algo, ¿O no?
—¿Tú sabías que él me escribiría una carta?
—Yo solo sé que Ruby es una muy buena amiga de ustedes y que antes de que él hablase contigo, ella lo hizo primero para ayudarte a entender lo que era correcto y por eso Gilbert se vio obligado a dejarte una carta a base de tu ausencia. Yo venía para acá cuando él iba de regreso a su casa, así que me enteré sobre la carta que te dejó. Pude venir a dejarte el mensaje de Stacy más tarde, pero me moría por saber si serías sincera conmigo. No me equivoqué, Anne, eres la persona más linda y honesta que he conocido.
Anne no dudó dos veces en abrazarlo y él correspondió inmediatamente a su gesto.
—Corre, hay un chico dando vueltas por su habitación que no sabe sobre tus sentimientos por él.
Anne sonrió antes de montarse nuevamente en Belle e ir a casa de Gilbert, a quien le bastaron dos toques en su puerta para salir a recibir a la bella y eufórica Anne.
Los romances trágicos son muy románticos sin duda, pero Anne comprendió que no puedes encontrar más romance que en un amor correspondido que prevalecerá hasta el final de los tiempos. Uno donde el primer beso no sella el final de la historia, sino el comienzo.
Y pensar que es todo gracias a Ruby. Valió la pena cuidar su amistad aunque eso significara ir en contra de sus propios sentimientos.
Fin.
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Anne With An E.
FanfictionOne-shots sobre Anne y Gilbert, basándome en escenas de la serie de CBC y Netflix, Anne With An E y los libros de Anne of Green Gables (Ana de las Tejas Verdes) de Lucy Maud Montgomery Los personajes que aparecen en esta historia no son de mi perte...