La Pérdida De Joy 4/4

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Un golpe. Dos golpes. Tres golpes.

-Anne... -me habló una voz lejana.

-Anne... -repitió con más claridad.

Entreabrí mis ojos y no había señal de Gilbert, ¿Entonces?

-Mi Anne. -dijo esta vez seguidamente de reír. -Estoy aquí.

Esa voz. ¡Esa voz que podría reconocer así pasaran mil años!

Mis ojos se inundaron de lágrimas cuando se encontraron con él.

-Mi Anne... No es de valientes lo que estás haciendo. Y yo te dije una vez que tú me parecías la niña más valiente del mundo. ¿Me vas hacer quedar mal?

-Matthew... -pronuncié en un sollozo. -¡Oh Matthew, cuanto te he extrañado! -exclamé para caminar hacia él con rapidez.

-Lo sé, lo sé. También te he echado de menos. -confesó con voz temblorosa.

Sin dudarlo dos veces me lancé hacia él en un abrazo. Como lo hice tantas veces cuando era una niña, cuando era Anne de Green Gables.

Me separé levemente de él solo para mirarlo a los ojos. Como siempre, podía ver el amor y la comprensión en ellos.

Lo invité a sentarse en mi cama, él dijo que se sentaría un momento, pues el viaje había sido largo, pero pronto debía volver, así que sería breve. Luego río porque sabía que ninguna conversación con Anne Shirley podría ser breve.

-Te sorprendería saber que ya no hablo tanto. Tampoco utilizo muchas palabras rimbombantes.

-Es una lástima. -comentó afligido. -A mí me gustaban tus palabras rimbombantes, y me hacía muy feliz escucharte hablar todo el día.

Sonreí. -Sé que te facilitaba las cosas.

-¿Sabes, Anne? Sentí que era mi deber venir. El cielo es un lugar hermoso, yo estoy muy bien allí, pero la verdad no espero encontrarte a ti tan pronto, "no señor" diría Rachel Lynde. Por cierto, dile que su esposo está muy bien.

-Matthew... Esto ha sido muy duro para mí... -sollocé.

-Lo sé, pero ya has pasado demasiado tiempo sumida en la desesperación. Mi Anne hace rato estaría en pie, sonriendole a la vida. ¡No sabes de cuantas cosas hermosas puedes perderte si decides marcharte! Mírame a mí, me perdí la boda de mi amada hija, el nacimiento de mi primera nieta y me seguiré perdiendo muchas cosas más. Me perdí verte triunfar, y solo he podido regresar para hacerte entrar en razón. ¿Es eso lo que quieres, Anne Shirley?... Perdón, Anne Blythe.

-Yo... No lo sé, yo...

-Claro que no. -afirmó él. -Admite que te carcome por dentro la idea de dejar a tu marido. Y, ¿Has pensado ya en lo que será de la pobre Marilla sin ti? Eres su vida, Anne. Siempre fuiste todo para nosotros.

Sonreí entre lágrimas. -Y ustedes lo fueron para mí. ¡Lo son!

-Ni hablar, levántate de aquí y no te atrevas a dejarle libre el camino a esa señorita estirada. Ambos sabemos lo que te hizo sufrir la idea de su boda con Gilbert. Ah, que buen muchacho, estoy muy agradecido por haber sido tan buen esposo con mi Anne.

-No estoy... No estoy siendo una buena esposa con él, ¿No es verdad, Matthew?

-Sí sí, has sido una esposa maravillosa, ese muchacho te adora con todas tus locuras y arrebatos, además. Y creeme, jamás pensé que diría que alguien tiene el control sobre ti, pero ha sabido amarrarte los pies al suelo, cuando lo has necesitado. Claro que, a mí me encanta verte volar entre tus fantasías, pero sé por propias experiencias que a veces peligras entre ellas.

Anne With An E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora