Queen's 3

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—¿Se puede saber qué quieres? No me gustó para nada tu expresión.

—Y a mí no me gustó para nada tu escenita, pero ya hablaremos sobre eso.

—¿Disculpa?

—¿Sabes? Cuando dijiste que no podías ayudarme, creí que tenías algo importante que hacer.

—Muy importante. —le aseguré.

—¿Besarte con un chico? Esperaba más de Anne Shirley-Cuthbert.

—¿Cuándo te dije mi nombre completo? —cuestioné cruzandome de brazos.

—No hizo falta que me lo dijeras. Andando. —ordenó antes de jalar mi muñeca... De nuevo.

Lo empujé con todas mis fuerzas. —¿Quién te crees que eres? ¡No puedes tratar así a una chica!

—Sshh, silencio, Anne. Ya es muy tarde para la cordura y la lógica.

—¿Qué?

—El error lo cometiste tú, cuando te quedaste callada. Charlie ne habló tanto sobre ti que creí que sería tan difícil que no hicieras nada al respecto luego del incidente con tu muñeca, pero te quedaste callada, ante una agresión. ¿Eres la siguiente Jossie Pye? —se burló.

—No te atrevas a hablar de mi amiga. —le exigí entre dientes.

—Tu amiga se trajo su reputación a la universidad. —se burló él. —Y tú empiezas a construir la tuya propia.

—¿Por qué besé a un chico? Si tú besas a una chica nadie diría nada al respecto.

—Bienvenida a la cruel realidad, Anne Shirley, yo valgo más que tú. Eres una mujer, naciste para ser el personaje secundario de la historia. Y no seas mentirosa, ambos sabemos que hiciste mucho más que eso.

—¡Estoy muy orgullosa de ser una mujer! ¿Y tú? ¿Tú estás orgullo de tu estupidez? ¡No puedes considerarte un hombre! Pero no te preocupes, Benjamín, esto se va a saber. —dije antes de darme la vuelta y empezar a caminar lejos de él, con todas mis intenciones claras. Todo el mundo sabría quien era realmente este chico.

—Alto, princesa, o lo único que se sabrá será tus escenas indecorosas con el muchacho de Toronto. Adiós a tu reputación y adiós a la de él, tendrás tu equidad por fin, porque ese chico será la burla por haber estado con una mujer tan vulgar como tú. Esta vez, irá más allá de ser huérfana y pelirroja, esta vez, serás más desdichada, más repudiada.

Paré en seco. —¿Por qué de pronto parece que lo sabes todo sobre mí?

—Lo sé todo sobre ti. Ahora, imagino que has escuchado esto miles de veces, pero lo repetiré para ti: Calladita te ves más bonita.

Me giré hacia él. —¡Es tu palabra contra la mía!

—Adivina cuál de las dos tiene más valor. —rió.

Lo miré con incredulidad. —Tú no necesitas ayuda con ningún proyecto...

—Chica lista. —se burló.

Asentí dándome por vencida ante la situación. —De acuerdo, ¿Qué quieres de mí?

—Sabes lo que quiero de ti... Pero esto no se trata de mí lastimosamente. Te lo haremos saber mañana, no queremos arruinar tu cumpleaños.

Bien, gracias Charlie por haberte equivocado, ¡Mi cumpleaños es mañana!

Él se acercó a mí y acarició mi mejilla. —Portate bien, Anne.

Yo lo empuje con ambas manos haciendolo retroceder. —¡No me toques! Hay un límite para todo y ese es el de que me toquen sin mi consentimiento.

Anne With An E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora