Anne With An E.

Queen's 6

"-Esto me recuerda a cuando nos colamos en el tren a Charlottetown" había dicho Ruby, mientras se escabullían a mitad de la noche en el carruaje de la tía Jo, con destino a Avonlea.

Gilbert y Moody al frente, Anne, Diana, Ruby y Cole atrás. Así hasta el amanecer, cuando todos se separaron y prometieron reunirse pronto. Ruby de visita a su casa, Moody a la suya, Cole con Diana a casa de los Barry y Anne y Gilbert a reencontrarse con un viejo amigo.

Tres golpes a la puerta bastaron para entender que no había nadie, así que se adentraron en aquella casa a la que cierto pelinegro de ojos verdes y linda mandíbula, llamaba "hogar".

Gilbert instaló a Anne en una de las habitaciones y decidieron no adelantarse al miedo y disfrutar de un paseo por el famoso huerto de manzanas Blythe. Aunque en realidad, era imposible no estar asustado cuando Anne debía seguir ciertas órdenes, porque, hoy era un simple escape a su pueblo, pero ¿Y luego? Las personas detrás de esto eran impredeciblemente malas y era difícil no pensar constantemente en lo que podría pasar... Y en lo que no pudieron evitar que pasara.

-"El huerto de las conquistas fallidas", así lo nombré luego de que me partieras una pizarra en la cabeza. -dijo Gilbert intentando despejar un poco la tensión entre ellos, que era bastante grande desde la "confesión" de Anne.

Ella rió. -Lo siento por eso.

-Creeme, yo lo siento más. -bromeó, con esa dulce sonrisa en su rostro.

Ambos guardaron silencio unos segundos, pero eso era demasiado para Anne, incluso estando en tal situación. -¿Quieres saber por qué te partí una pizarra en la cabeza?

-Entiendo que lo hicieras, lo que no entiendo es el porqué no querías hablarme. Lastimaste mi ego, Anne Shirley.

-Luego de llamarme "zanahoria" estuvimos a mano con eso. -el negó divertido. -Bien, le prometí a las chicas que jamás te hablaría porque Ruby "te había visto primero", yo quería cumplir mi promesa.

-La cumpliste al pie de la letra. -se burló él.

-Lo sé... ¡Pero yo no lo planeé! Supongo que estabamos destinados a formar parte de la vida del otro y por mucha lealtad que le tuviese a Ruby, o por mucho que llegaras a cansarte de mi actitud constantemente grosera, no podíamos burlar al destino para siempre.

El asintió. -Jamás imaginé traerte a casa y mucho menos de este modo... Yo solía pensar en cómo era posible que te metieras en esa parte tan personal de mi vida, después de como había sido tu primera visita. Era agradable entrar por la puerta y de pronto verte sentada en la cocina de mi casa, era agradable saber que eras parte de mi vida. Es bueno recordar cosas lindas sobre nosotros.

-Lo es, alimenta el espíritu aún en los peores momentos.

Gilbert no lo aguantaba más. Se sentía horriblemente culpable. -¿Cómo es qué...? Ah, nos escabullimos en medio de la noche y tomamos prestado el carruaje de la señorita Barry para venir a Avonlea, no era la idea romantica que tenía en mente cuando vi la posibilidad de visitarte en Queen's y no sé si alegrarme de estar aquí, porque... Me siento en medio de todo el problema. ¿Es bueno qué esté aquí?

-No sé si todo hubiese seguido normal aquel sábado por la tarde, si tú no hubieses aparecido en Queen's. Pero si sé que tu apoyo lo hace todo más fácil. Supongo que debí hablar, a pesar de las amenazas de Benjamín, ¡Pero sentí miedo! Por un momento olvidé que eras tú Gilbert, mi amigo incondicional, el chico que me ama lo suficiente como para ponerme antes de su futuro, lo cual aprecio mucho y te ruego que abandones el sentimiento de culpa que te perturba, hiciste lo correcto al ser honesto. En fin, no pude no pensar en las personas que amo siendo dañadas por mi culpa. -detuve mis pasos y él imitó mi acción, colocándose frente a mí. -Aún tengo miedo de haberles pedido que vinieran conmigo, pero sé que no puedo hacer esto sola y si algo me pasa ustedes...