Cuando llegué a la habitación, todas volvieron a quedarse mudas. Odiaba esos silencios ensorcededores.
Antes de intentar pronunciar una palabra, la hermanita de Alex me interrumpió.- ¿Sabes? Así no vas a ayudar a mi hermano, lo único que vas hacer es destruirlo aún más. - Estaba furiosa, todas las palabras que salían de su boca a borbotones espetaban odio y rencor hacia mí. - ¿Qué crees Ade? Que nosotras no queremos que despierte, ¿es eso? - Dijo eso aún más cabreada, Isabella intentó calmarla, pero se alejó de ella. - Llevamos viviendo a este hospital años, y tú en un sólo día, ¿vas a conseguir que despierte? - Se le rompió la voz, no pudo seguir. Sus ojos esta vez vidriosos no desprendían odio, desprendían miedo, inseguridad... Todas esas emociones negativas que puede pensar una persona. Es lo que ella estaba sintiendo en este momento, tan sólo siendo una niña. Veía todo el dolor que había experimentado. Puedo decir que tienen suerte al verlo, y por lo menos hablar con él. Estar con él de una forma un tanto peculiar, pero estar.
Me acerqué a ella a pasos pequeños, intentando acercarme a ella sin hacer que se alejara de mí.
- Pequeña, yo ayudó a las personas. Sé que no tengo tacto al decir las cosas, puedo sonar fría. Pero tan sólo quiero ayudaros. Quiero que tú hermano despierte, tan sólo quiero haceros la vida un poco más fácil, y que podáis volver a sonreír y no pisar más este hospital. - Dije analizando muy bien mis palabras. Le cogí las manos quedando a su altura, estaba agachada mirando esos ojos de los cuales las lágrimas fluían libremente por sus mejillas. Las retiré con la palma de mi mano. - Te prometo que te ayudaré, que volverás a tener a tú hermano. - Terminé, acercandola a mí para abrazarla.
Miré a Isabella, quien estaba limpiando dos lágrimas traicioneras que habían salido sin permiso de esos bonitos ojos. Mi madre se acercó a ella, para darle a entender que ahora no estaban solas.
Cuando me separé de la pequeña, concluí esa emotiva escena. - Alejandro está en la azotea, simplemente necesita un tiempo para pensar. Necesita estar sólo. Nosotras volveremos mañana, cuando terminemos de trabajar. Por hoy me doy satisfecha con los resultados, ahora lo mejor será que descanseis. Mañana será un día duro.Me despedí de ellas, salimos por la puerta. Mi madre se encaramó en mi brazo y mi hermana me revolvió el pelo como cuando me hacía de pequeña.
- Creo que esto no es mala idea. - dijo mi madre sonriendo. - Se te da muy bien esto Ade.
- ¿El qué mamá?
- Ayudar a las personas a ser un poco más felices. - Dijo, parandome en seco para darme un sonoro beso. En ese momento no aguanté más y se me escaparon las lágrimas traicioneras. Solamente sonreí mirándola. La admiraba. Mientras mi hermana me abrazaba, y me susurraba "eres mi tesorito".
Cuando estábamos llegando al coche no eché en falta mi bolso, hasta que fui a coger el móvil a mirar la hora.
- Genial.
- ¿Qué pasa hija?
- Se me ha olvidado el bolso.
- ¿Quieres que te acompañe hermanita?
- No, no, ahora vuelvo.
Volví a coger una gran bocanada de aire para volver a envalentonarme para entrar al hospital.
Mi nariz comenzó de nuevo a sentir esa angustia. Cogí el ascensor de nuevo. Estaba sólo, y en cuánto la puerta se cerró, la luz comenzó a parpadear y el ambiente se volvió un tanto extraño.
Me estaba empezando a dar pánico, hasta que la luz se paro por completo. Se había fundido.
¿Por qué siempre me tiene que pasar todo cuando estoy sola?
Genial, no siquiera tengo el móvil para poner la maravillosa linterna.Sentí unos dedos fríos y esqueléticos sobre mi hombro. Mi cara de terror seguramente era digna de ver.
No por favor, no. Era lo único que resonaba en mi mente.
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Bajo Mi Piel (Reescribiendo)
Mystery / ThrillerEn este libro podréis ver cómo la protagonista empieza a sufrir unos sucesos, que la llevarán a descubrir un don oculto. ¿Te atreves a descubrirlo? Misterio e intriga, ¿Real o no? ¿Ficción o realidad para muchos de vosotros?