Capítulo quince

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Estaba nerviosa, no asustada, sino nerviosa, la verdad no le temía a la muerte, le temía a lo que había detrás de está.
Comencé a hablar de forma suave y tranquila.

- Baja el cuchillo por favor, no quieres hacer esto. No quieres herir a nadie, simplemente te sientes abandonado porque la amaste de verdad y ella te dejó, te dejó por tu agresividad. La extrañas y sientes unos terribles celos hacia su nueva pareja. Lo comprendo, tú no quieres hacer esto, quieres cambiar por ella... ser mejor persona y puedes lograrlo si bajas el cuchillo, sé que puedes... eres inteligente Marcos no puedes fallar en esto.

- Por favor...¡Cállate! Ni siquiera me conoces.— Dijo angustiado y muy cabreado.

- No, no te conozco...pero sé cómo eres, eres buena persona y has conseguido hacer feliz a muchas personas...hazlo otra vez, sino es por mí, hazlo por ti.— En ese momento comprendió la situación y dejó caer el cuchillo al suelo llevando sus manos a la cabeza y tirando de su cabello. Nervioso, no sabía porqué hacia esto...yo sí, tenía una obsesión por su ex eso hacía que perdiera la cordura haciéndole actuar de forma agresiva, provocando histeria y celos acumulados. Por ello perdía la cabeza tan pronto.

Lo miré alejándome de él, ya que Carlos me agarró del brazo.

- Tranquilo yo te ayudaré a superarla, te prometo que te sacaré de todo esto, pero tienes que ayudarme para conseguirlo...yo sola no puedo y tú puedes luchar un poco más por un futuro mejor.— Él asintió angustiado levemente, entregándose mientras uno de los agentes lo esposaba, los demás entraron para ver la gravedad de la situación.

- Llévatelo a comisaría, ahora voy...¿Dónde está la ambulancia?—Preguntó Carlos preocupado, saliendo del piso tras ver el desastre.

- Jefe están por llegar, creo que están subiendo ya...voy a meter a los vecinos a sus domicilios. Esto no es un espectáculo, pronto estará aquí la prensa.— Dijo uno de los agentes, el cual fue acompañado por dos más, quedándose dos agentes allí, me miraron y sonrieron asintiendo, les hice un leve gesto con la cabeza, y se marcharon.

- Oye, mete a Jaime en ¿Tu casa? Y espera a los sanitarios, tienen que curarte la herida que tienes atrás. Muchas gracias por la ayuda.— Lo miré, y vi que el otro agente sostenía a Jaime.

- Voy a llamar a...mi madre para que se quedé con Jaime, le he prometido a ese hombre que hablaría conmigo y cumplo mi palabra... sé que molesto, que te estorbo, pero ese hombre volverá en cuanto lo dejéis en libertad condicional.— Dije mirándolo seriamente. Él se pasó una mano por la cara mostrándose preocupado y angustiado.

- De acuerdo, pero con una condición.— Dijo mirándome, lo miré y suspiré asintiendo para qué terminará.— No te volverás a poner en peligro.

- De acuerdo, trato hecho.— Dije extendiendo mi mano para estrecharla junto a la suya.

Me dirigí hacia Jaime, le cogí de la mano y lo metí de nuevo en la cama.
- Jaime, ¿te acuerdas de mí mamá?— Él asintió cansado.— Ella va a venir a cuidarte, tengo que arreglar un pequeño problema y no te puedo llevar conmigo, pero aquí estarás tranquilo y seguro, ¿Vale?

- Vale, ¿Dónde está mi mamá? ¿Por qué no ha venido a recogerme?— Dijo un poco triste, lo atraje hacia mí y lo abracé, besé la cima de su cabeza y acaricié está antes de arroparlo.

- Jaime tú mamá está ocupada, está terminando de arreglar algunos papeles por lo que tendrás que quedarte conmigo.— El pequeño dijo un suave "vale" mientras se levantaba y me daba un beso en la mejilla.

- Ade, ¿Estás bien?— Dijo mirándome el pelo húmedo de la sangre.

- Sí pequeño, no ha sido nada. Voy a ducharme antes de irme. ¿Tienes hambre?— Pregunté visualizando todo a mi alrededor, intentando coger lo necesario para irme pronto a comisaría sin molestar mucho al pequeño. Antes de salir de la habitación, lo miré y vi que dormía profundamente, su pecho subía y bajaba mientras roncaba levemente.
Fui hacia la cocina y preparé ingredientes para bocadillos, por si les entraban hambre, y a su vez preparé el pequeño cuarto individual que tenía para invitados, este se encontraba justo enfrente de mi dormitorio.
Me dirigí a la ducha, pero retrocedí... debía llamar a mi madre, cogí el teléfono y marqué su número...eran las tres de la mañana y lo cogería porque sabe que es una emergencia... un tono, dos tonos y al tercero lo cogió. Al principio parecía estar demasiado adormilada, pero en cuanto escuchó mi voz se alarmó.

- Hola mamá.

- ¿Te ha pasado algo?

- No mamá, pero he tenido problemas con el ex de la mamá de Jaime y tengo que ir a comisaría ... Emh ¿Te importaría quedarte con Jaime? No puedo dejarlo sólo ni quiero que vea cómo está su mamá.— Dije tranquilamente.

- En diez minutos llego.— Dicho eso, me colgó.

Cuando terminé de ducharme, escuché cómo abrían la puerta. Alguien tocó suavemente la puerta del baño.

- Pasa.

- Hola hermanita, ¿Estás bien? Me he encontrado a ese policía esperándote y me ha dicho que te has dado un fuerte golpe en la cabeza. ¿Me dejas ver?— La miré y asentí, me senté en el filo de la bañera colocándome de espaldas a ella.— Esto necesita unos puntos. Ade voy a ir contigo a comisaría. Mamá se quedará con Jaime.

- Gracias...Lo siento, no debí de decirte todo aquello... estaba...

- No importa, eso es pasado.— Me dio un abrazo y me dio un beso en la mejilla.— Vístete, te espero fuera.— Dicho esto, salió del baño dejándome mucho más tranquila, no sabía que estaba aguantando el aire en mis pulmones ni sabía que llevaba tensa días hasta que el aire de mis pulmones empezó a entrar y salir de forma regular, mientras mis hombros se relajaban.
Estaba de vuelta en casa.

Salí del baño, y me encontré a mamá en la cocina, al verme se abalanzó hacia mí dándome un fuerte abrazo.

- Mi niña, ¿Estás bien? ¿Te duele? ¿Necesitas algo?— La miré y comencé a reírme sin parar, mi madre se quedó sin comprender mientras mi hermana miraba la escena divertida desde el sofá. Está se puso de pie y se acercó a mí con el botiquín, mientras con la otra mano sujetaba una pequeña aguja e hilo... esto iba a doler.
Cuando terminó mi madre seguía aferrada a mí. Mi hermana me dio unos calmantes, aunque me los podría haber dado antes. Me encontrabaa tan mareada y asqueada por la situación del hilo entrando y saliendo de esa forma en la herida... nada más de recordárlo sentía náuseas.

- Mamá, tranquilízate por favor, estoy bien... ahora estoy bien.— Me acerqué dándole un beso en la frente.— De verdad siento mucho todo lo que dije en casa.— Dije mirándolas a ambas.

- No te preocupes, no hay nada que perdonar. Ese día todas estábamos nerviosas y se nos fue un poco las palabras, pero eso ahora no importa. Gracias por prepararme la habitación de invitados y la comida...dejándola a la vista, como me conoces.— Dijo riendo ante eso último, la primera vez que me visitó fue demasiado torpe ni siquiera lograba encontrar una cerveza.— Ahora iros, os está esperando ese agente de policía.— La miré y asentí. Antes de salir de la cocina, me tomó de la muñeca.— Ten cuidado y no te fíes de ninguno, todos se mueven por su propio interés.

- No te preocupes, estaré bien, me va a cuidar mi hermana mayor.— Dije sonriendo y está también lo hizo.

Salimos del piso, y fuimos hacia el ascensor para bajar más rápido... más bien por el mareo, cuando lleguemos a la entrada del edificio nos encontremos con dos coches de policía.
Nos estaban esperando, mejor dicho me estaban esperando.

Bajo Mi Piel (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora