Al llegar a mi piso, me sentí sola y vacía. Sin nada de compañía, lo que siempre había querido...
Lo único que hice fue ducharme o echarme algo de agua en la cara y dormir, me fui directa a la cama sin pensar en nada ni nadie, sin más discusiones internas.
Quedé profundamente dormida, y soñé...'Me encontraba en un jardín inmenso, precioso, lleno de amapolas. Miré a mi alrededor y no encontré a nadie, estaba sola. No sé porqué pero empecé a correr hasta adentrarme al bosque...un bosque muerto...como si alguien me persiguiera, intentando huir de mi depredador. Corrí lo más rápido que pude, pero tropezaba continuamente por lo que a medida que avanzaba más arañazos tenía en mi blanquecina piel. Sentía como un latigazo al caer o al chocar contra algo, mi piel ardía y escocia. Me sentía sucia, pero aún así seguía corriendo, cuando ya no pude correr más me fui deteniendo poco a poco, hasta llegar a un pequeño lago... Fui hacia él con intención de limpiar un poco mis heridas, al mirarme en el agua cristalina, estaba asustada porque ese no era mi reflejo; sí era mi conciencia, pero no mi reflejo. Estaba en el cuerpo de una joven que aparentaba ser un poco más joven que yo, tal vez unos dieciséis años, era blanquecina, tenía el rostro lleno de sangre que toque para comprobar si pertenecía a ella, pero no lo era, no había ni rastro de ninguna herida.
Tenía el cabello a media espalda negro como el tizón, con unos ojos marrones tan oscuros como la noche casi podían ser negros, pero vi esos pequeños reflejos color chocolate en los que mostraba miedo y una gran nostalgia. Me refresque con un poco de agua en el rostro y dispuesta a continuar me levanté, no fui capaz de girarme al escuchar esa respiración pesada, la respiración de mi agresor; quedé totalmente estática, muda y sin intenciones de huir.
¿A dónde iría? Lo único que hice fue girarme lentamente, lo vi ...vi su rostro que transmitía esa necesidad de saciarse, esa necesidad de matar. Sus ojos eran aún más oscuros que los míos, dilatados por la adrenalina del momento. Ese ser errático iba a poner fin a la vida de una inocente. Era mucho más alto y corpulento, estaba indefensa frente al cuchillo que tenía en la mano derecha, estaba ensangrentado al igual que su ropa. Sus ojos me miraron con diversión y lo único que hizo fue levantar el cuchillo hacia mí, diciendo con voz dulce: "Pequeña esto terminará pronto".Cuando todo terminó fue cuando supe que la sangre que tenía de antes era la mía.
Intenté escapar de su agarre, intenté luchar por mí vida, por una vida mejor en la que esa mordaz fiera no le hiciera ningún mal a la familia que tanto había anhelado, pero a la que tan rápido me arrebato. Intenté y juro que intenté luchar con coraje...lo único que conseguí fueron varias apuñaladas en el vientre y lo poco que quedaba de mi vida, se me escapó de mis manos cuando sentí sus ásperas manos alrededor de mi cuello y hundiendo mi cabeza en ese frío lago que poco antes me había calmado.'
Desperté agitada, alterada y sudada. Sólo me dije: "Fue una pesadilla, lo fue. Déjalo estar." Cuando me creí esas falsas palabras, fui hacia el baño donde vomité, no aguanté, no pude soportar esas manos alrededor de mi cuello se sentían tan real. Dispuesta a enjuagarme la boca en el lavamanos fue cuando me mire mi cuello adolorido, y vi unas pequeñas marcas circulares que rodeaban a este cómo si alguien hubiera intentado imitar la pesadilla que tuve. Sentí miedo, lo único que hice fue cerrar la puerta con seguro y esperar a calmarme.
Me adentré en la ducha una vez llena por agua fría intentando aliviar mi dolor físico e incluso mental. Seguía asustada y lo único que hacía era volverme un ovillo y balanceárme de atrás hacia adelante. No podía tener uno...no podía tener un ataque de pánico cuando el último pasó hace dos años. Necesitaba tranquilizarme y respirar.
Cuando decidí que ya era suficiente ducha por esa noche, miré la hora, las cuatro de la madrugada y yo desvelada. Suspiré cogiendo fuerza y me levanté, me cambié de ropa y salí de mi piso dirigiéndome hacia la gélida terraza que se ubicaba frente a mí.
Suspiré con desgana y me senté donde solía hacerlo.- Abu, ¿Estás ahí? Necesito hablar contigo...te necesito.— Dije sin poder contener más mis lágrimas que se resbalaban por mí rostro tan aprisa como apareció la mujer con la que siempre pude contar en mi infancia.— Has venido.— Dije con una sonrisa honesta.
- Claro mi pequeña, siempre vendré cuando tú me necesites. ¿Por qué lloras?— Me pregunto al notar mis ojos un poco rojos y muy aguados, mientras me resfregaba los ojos con las manos.
- ¿Viste esa pesadilla? Fue tan real, sentí un miedo atroz, y sigo teniéndolo...creo que por falta de sueño incluso me hago yo estás heridas...— Dije, hasta que mi bisabuela me interrumpió.
- No te las hiciste tú, ese sueño paso en la vida real ... sólo que fue hace bastante tiempo de ello. Esa chica sólo te estaba pidiendo ayuda, y yo por lo que sé no puedes contribuir hacia esa ayuda. No lo hagas, espera un poco más.— Dijo sonriente antes de desaparecer sin más. Se marchó sin ni siquiera dejarme terminar, aunque mucho más tranquila que antes.
Creo que al fin y al cabo esto no sería tan fácil como lo imaginaba.
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Bajo Mi Piel (Reescribiendo)
Misterio / SuspensoEn este libro podréis ver cómo la protagonista empieza a sufrir unos sucesos, que la llevarán a descubrir un don oculto. ¿Te atreves a descubrirlo? Misterio e intriga, ¿Real o no? ¿Ficción o realidad para muchos de vosotros?