Ensueño. Una comedia entre prosa.

12. El Secreto de William.

Oficialmente habían comenzado los planes de la boda, todo era un caos total y una lista larga de cosas por hacer, la condesa prefirió encargarse de todo ella misma y tomo como su mano derecha al joven mayordomo, el pobre no daba basto para tantas tareas asignadas, se le veía brincar de un lugar a otro como un pequeño y delgado saltamontes.

-aquí estoy querida tía. Respondió la joven al llamado incesante de la condesa.

-ya debemos marcharnos, Madame Juliette aguarda por nosotras, y sabes bien que no le gusta esperar.

-por supuesto que sí. Respondió la chica con una sonrisa al recordar el rostro regordete de aquella mujer.

Y sonrió aún más al verla, pero ya no era por sus peculiares facciones, sino más bien por la emoción que invadía su corazón al imaginarse al fin con un vestido de novia, la condesa había encargado las telas más finísimas para confeccionar el elegante traje y la joven escogió el modelo para sus ajuares; Solo faltaban algunos detalles.

- ¿qué se supone que haré con esto en mi boda? pregunto la joven al ver una pieza diferente en el ajuar que le mostraba la costurera.

- ¿aún no lo sabe? Cuestionó Madame Juliette.

-ya le enseñare, la pobrecita nunca tuvo a nadie que le hablase de esos temas. Confesó la condesa con una risita burlona.

-¿hablarme sobre qué?

-es para tu noche de bodas querida, no puedes recibir a tu marido con el mismo camisón que duermes de soltera. Le explico la costurera.

Automáticamente se ruborizaron sus blancas mejillas, no sabía con exactitud lo que se suponía que pasara aquella noche, pero el simple hecho de imaginarse estando en la misma cama con el amor de su vida, eran razones más que suficientes para provocar en ella ciertas emociones.

***

Francis que había acompañado a las damas para dejar encargadas las flores de azahar, se encontró con una especial sorpresa en la floristería de los Bennett, allí estaba lord William recibiendo una hermosa rosa roja, el marques le paso por el lado sin siquiera reconocerle y se marchó.

<<Lady Adeline quedara sorprendida>>, pensó sonriente el sirviente, pero recordó que la dama no se encontraba en la mansión de los Shepard e inmediatamente decidió seguir al caballero para informarle, suerte que aún no se había alejado lo suficiente y podía observar su coche a poca distancia.

Pidió al cochero que le siguiera sin dar mucha explicación del asunto, pero el marques se alejaba presurosamente, distanciándose más y más de las calles principales de la ciudad, se había desviado totalmente del sendero que conducía a la mansión y ya el mayordomo no le seguía para avisarle sino más bien por mera curiosidad.

Se detuvieron a una distancia considerable de él y le vieron conducirse por una extraña callejuela...

- ¿Será que lord William tiene una amante? preguntó el cochero que ya se había percatado de la situación en cuestión.

-solo hay una forma de averiguarlo, sugirió el mayordomo.

-¿estás seguro? No quiero meterme en problemas.

- si no quieres venir entonces iré yo solo. Dijo bajandose del coche.

-ah! está bien, lo que hago por ti Francis. Respondió mientras caminaba a regañadientes.

Siguieron sus pasos cautelosamente tratando de descubrir hasta donde llegaba el final del camino, pero sus dudas se mitigaron al percatarse de que el caballero solo había entrado al cementerio, por un trayecto que desconocían.

-seguro el pobre lord solo vino a traer una flor para la tumba de su padre y nosotros aquí, pensando lo peor. Razonó su amigo preparándose para hacer su retirada.

-espera, le detuvo Francis al ver que el distinguido no se paró en ninguna lapida, más bien cruzo todo el cementerio llegando hasta una casucha en las afueras del lugar, los jóvenes ya se habían acercado lo suficiente como para ver a una dama salir a recibirle, Francis creyó reconocerle y cuando estuvo a punto de ver su rostro, el marques la cubrió con su cuerpo obstaculizándole la vista.

-debe ser alguna amante francesa. Bisbiseó el cochero, ya vámonos de aquí. Agregó evidentemente atemorizado.

-no; no es una amante francesa, respondió desconcertado el mayordomo cuando al fin logro distinguir de quien se trataba.

Nota de la autora: algo se trae entre manos nuestro querido marques...😯👀 ¿que sera lo que trama?...

PD: gracias por llegar conmigo hasta esta parte de la historia, déjame tu voto y comentario los leo.❤