mσnσlσcσ||31 Minutos (Tudoque)

El doctor

No paraba de verlo, no dejaba de pensar en el pues nunca lo hizo, al principio ni sabía porque lo hacía pero desde su noviazgo por fin descubrió el porque de ello

Su mirada seria de ojos extraños eran divertidas de ver para Tulio, La suavidad de su pelaje era irresistible de tocar con sus manos. Su figura delgada era actractiva para sus ojos. Sus patitas peluditas lo derretía de ternura cada vez que lo llegaban a tocar (aun que sea una cachetada limpia).

El trabajo...¡Era frustrante! El pobre Triviño solo quería ser profesional por una vez en su vida, pues su trabajo se había vuelto un circo televiso ultimamente, más de lo habitual pero sin embargo entre todo el caos del set su amado Juan era la carpa entre la tormenta

—¡Patana suelta al entrevistado!— Ordenó Tulio frustrado

Su sobrina lo oyó fuerte y claro sin embargo no le hizo caso alguno, Juanín estaba luchando por que soltara al pobre invitado

—Tulio— Dijo alguien detrás suyo

—¿¡Que!?— Gritó molesto

Se dió cuenta de que era nada más ni nada menos que su novio, Bodoque se asusto un poco por la reacción

—Ay, ¡Mi amor perdoname!— Se disculpó de inmediato

—Descuida, cariño solo queria decirte que es hora de mi nota verde— Aclaró el conejo

—Oh gracias al cielo, así no pasamos más vergüenza— Agradeció Tulio hacia la nada

—Vamos a la nota— Dijo Bodoque mirando la camara

Mientras la sección del conejo pasaba por la pantalla el pediorista sacó de la nada un cafe descremado, el favorito de su querido chimpancé, lo vió muy cansado y claro, después de su drama famaliar de hace unas noches

—Toma, para tí— Le dió la bebida en la mano

—Oh~ Muchas gracias, cariño— Tomó el vaso con gusto

—No hay de que, todo por mí querido idiota— Respondió coqueto, Tulio no pudo evitar sonrojarse y reír levemente con risa boba

—Sabes, estaba pensando que podríamos ir a un lugar especial esta noche— Dijo Triviño con una sonrisa enamorada

—Pero si fuimos de viaje hace unos días— Dijo Bodoque sonriente

—Pero fue por tu nota verde, yo decía ir a un lugar menos deprimente como...Mi psicina— Dijo Tulio con una mirada atrevida

—¡Ojojojo!— Rió el conejo con también una mirada atrevida —Me pregunto como te verías sin esos...— Mencionó Juan Carlos mirando abajo de su compañero

—¿Mis piernas?— Preguntó confundido al no entender la referencia

Juan Carlos solo se limitó a reír, amaba las estupices verbales de su monito

Repentinamente Juanín aviso que estaban al aire, Tulio se acomodo en su asiento y Bodoque se despidió como siempre lo hacía

—Bueno, ahora pasamos ya con la entrevista en exclusiva del psicologo Dr Pedro Redro, Dr Pedo Redo, buenas tardes— Miró al entrevistado

—...Señor Tulio, ¿Usted esta bien?— Preguntó con clara preocupación en su habla

—Si, ¡Me encuentro de ma-ra-vi-lla! ¿Podria hablarnos sobre sus teorías científicas sobre la mente?— Pregunta amablemente Triviño

—No, Tulio— Respondió el doctor

—¿¡Pero porque no, doctor!?— Preguntó el conductor

—No se que le habran dicho a usted pero a mi me dijieron que usted necesitaba ayuda, tome estas pastillitas y se va a sentir barbado— Le dió un paquete de medicamentos

Tulio lo miro extremadamente confundido, no comprendia que rayos estaba haciendo el doctor 

—¿¡Pero que esta haciendo!?— Preguntó molesto

—Tambien tome una para la nena que esta chiflada también— Puso otro paquete en la mesa

—¡Oye!— Se escuchó a Patana a lo lejos

—Bueno...Esa no se sería mala para Patana— Consideró el mono

—No tomes eso, Tulio, este doctor es un papanatas— Dijo Bodoque viniendo detrás suyo

—Por supuesto que sí ¡Juanín saca a este viejo papanatas de aquí!— Ordenó el conductor

El peludito no obedeció al instante si no hasta que el chimpancé se empezaba a enfurenser

—Vamos, señor, por aquí— Dijo Juanín llevando al hombre fuera del estudio

—¿Que? ¡Pero me deben pagar!— Se quejó el psicologo —¡No!, ¡No!, ¡Esperen!—

Y siguió así hasta irse completamente del estudio

Sin dudas, para el animador fue una gran falta de respeto en su programa.