Lluvia

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Agua cae del cielo atravez de gotas veloces, el cielo gris lleno de nuebes y sin ninguna pisca de celeste no era algo muy bonito aún que fue una de las pocas veces en las que en Santiago llovía tanto.

Tulio caminaba solo en la vereda, estaba maldiciendo en voz baja por olvidarse el paraguas en la casa, tuvo la esperanza de que solo haya sido un dia nublado pero se confió demasido y ahora estaba caminando mojado

Lo malo fue que al verlo en el coche un policía le quito de inmediato el permiso de conducir solo porque supuestamente no estaba en condiciones para manejar el vehículo, estaba muy frustrado por la acción del oficial y lo peor es que esa mañana se habia comido una torta que le hizo su sobrina y cuando se la terminó entera le agarraron terribles ganas de hacer sus necesidades y pues...Tulio no tuvo un muy buen dia que digamos, lo único decente fue cuando Juan Carlos aparecía para animarlo o consolarlo pero fueron muy pocas veces, tanto que preocupaba al conductor.

Tulio dejó de sentir las heladas gotas en su larga espalda, parecía haber sido tapado por algo de arriba. Miró al su lado y se encontraba nada más ni nada menos que su amado conejo al rescate, con un paraguas rojo en mano y su traje amarillo contra la lluvia

—¿Sabes que te puedes agarrar una neumonía fuerte si no estas bien protegido, no?— Preguntó con un tono serio el conejo

—Je, gracias Juan Carlos...— Dijo Tulio con un poco de buen humor

—No hay de que pero debemos irnos rapido antes de que esta lluvia evolucione a tormenta— Explicó Bodoque tomando firmemente la mano de Tulio

Triviño al escuchar la palabra "tormenta" aceleró el paso como podia, su novio igual llevaba la delantera.

Fueron a la casa del más alto, Tulio dejó pasar a Juan Carlos como todo un caballero y fue a por unas toalla para el...Bueno, le ordenó a los sirvientes que llegó a ver

—Romina, Catania traigan una toalla para mí que estoy todo mojado— Ordenó con su clásico tono de voz

Ambas sirivientas se le quedaron mirando por un momento, luego decidieron obedecerlo y fueron por un par de toallas para cada uno

Tulio dejó la toalla por un segundo y Bodoque la olió por simple curiosidad, se dio cuenta de un aroma a fresas proveniente de la misma

Cuando se dió cuenta Tulio lo miraba con simple ternura, Juan Carlos decidió actuar como si no hubiera pasado nada de eso, le agarró cierta vergüenza

—B-bueno, tienes que cambiarte de ropa, Tulio— Habló el conejo intentado cambiar de tema

—¡Oh si cierto!, Ya vuelvo mientras tanto puedes pedirle cualquier cosa a mis sirvientes, dulzura— Dijo el mono antes de salir de la habitación hacía su dormitorio

Se puso una ropa más casual que de costumbre, un sueter verde con una camisa blanca abajo y unos jeans con unos zapatos marrones con algo de taco

Tulio solo se miraba atentamente al espejo de su habitación, le gustaba lucir la ropa perfecta para la ocasión, se admiraba mucho así mismo.

El chimpacé volvió a la sala principal pero Bodoque no se encontraba por ningún lado, tampoco las sirvientas, al parecer estaba el solo

Se dirigió al comedor para ver si a Juan Carlos solo le dió hambre, tampoco lo encontró ahí. Fue a buscarlo en otros lugares de su mansión pero tampoco lo vió ni a el ni a las ciervas, se empezaba a impancientar

—¡Juan Carlos esto no es gracioso!— Se quejó Tulio caminando por los pasillos

No escuchó ninguna respuesta, solo un eco fuerte en el lugar

—¿Alguien?...¿Por favor?—

—Cariño, ¿Estas bien?— Preguntó una voz familiar detrás suyo

—AH— Chilló agudamente Tulio

La voz era de Juan Carlos, el estaba justo detrás suyo con un sándwich de jamón y huevo en una mano. Bodoque al ver su pareja alterada le pregunta si esta bien

—¿Que sucede, Amor? Te noto muy agitado— Preguntó preocupado

—Oh no es nada...Solo que los perdí de vista— Confesó Triviño

—Oh, yo y las sirvientas estabamos en la cocina, les pedí este sandiwch— Explicó el conejo con simpleza

El mono se sorprendió
—¿Solo eso pediste?—

—Sí, no queria nada complicado, Tulio, con un sandiwch me basta— Confesó el rojizo

—Oh de acuerdo, dije lo que tu quieras, después de todo— Mencionó Triviño

—Sip, cambiando de tema— Dijo Bodoque de repente. Sacó unos cartuchos de películas clásicas de la nada y se las mostró a su amado —Pensaba que podríamos ver un par de películas esta noche, claro si quieres estar solo no habrá problema—

"solo" Tulio quería todo menos eso

—¡No mi amor! Me encantaria ver películas contigo esta noche— Respondió con una gran sonrisa

—Excelente, les pediré a tus ciervas que hagan palomitas— Dijo para luego irse aún que bueno, Tulio lo siguió detrás suyo

Bodoque se empezó a incomodar un poco —Ehh, Tulio ¿Porque me sigues tanto?— Preguntó el conejo

—Oh, lo siento, solo iba a la misms dirección que tu— Se disculpó el chimpancé

Esa noche lluviosa fue divertida, llena de risas y diversión inocente entre pololos, se la pasaron tan bien que mirando películas toda la noche hasta caer dormidos en los brazos del otro.

mσnσlσcσ||31 Minutos (Tudoque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora