Capitulo 6 (Sonora)

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---Al día siguiente---

La mayoría de los dorados se habían despertado a buena hora, digamos que aquí, decidieron ayudar un poco en las tareas domésticas de la casa que los acogía.

Ellos se ofrecieron, como muestra de agradecimiento a su anfitriona.

-No tiene que hacer todo esto, enserio- La joven estaba tan apenada porque sus invitados le ayudaran.

-Pero queremos hacerlo, has sido muy linda con nosotros- El pelilila de buen humor y tan considerado como siempre.

-Ay, muchas gracias ¿Puedo darte un abrazo?- Sonreía, demostraba agradecimiento de esa forma.

-¿He? Claro...- Estaba algo apenado por esa propuesta.

Sin pensarlo y sin malas intenciones, le dio ese abrazo. Era bajita, así que literalmente abrazo más que nada su tórax. Y el Ariano le devolvió el gesto.

Valla si por ese fracción de segundo que duro aquello, alguien estuviera molestó, echando chispas o con una gran cólera, sería realmente malo.

Pero... Si existía alguien, con una escoba, cerca de ambos, sus ojos cerrados.

-Ahora te toca a ti rubio- A este ella no le dio oportunidad de reaccionar y también le dio un abrazo.

Shaka, detestaba ese acercamiento, pero digamos que se quedó así, pues ella le dijo unas cosas al oído.

-Si te molesto que yo lo abrazara, que no soy una amenaza para su amor, ¿Te has puesto a pensar que sucederá cuando, alguien que si lo sea tenga ese atrevimiento?- Sus palabras suaves y bajas, debían ir solo a los oídos del rubio, para dejarlo pensar.

-Bueno, iré a ver si Death y Shura no quemaron mi cocina- Salió de la habitación.

-Es muy amable- Sonrió para terminar la pequeña labor que había tomado.

-Sí, mucho- Estas palabras parecían más de molestia que cualquier otra cosa.

---Cocina---

-Death, así no es como la masa debe estar- El peliverde oscuro, tan tranquiló se estaba desesperando, por que el Italiano quería hacer lo que se venía en ganan.

-Vamos, si están quedando bien estas cosas- Mostraba sus intentos de bocoles, que en vez de quedar redondos, parecían mapas en relieve de cualquier país.

Suspiro resignado –Eres un desastre-

-¡¡¡PUES, YO NO QUERÍA COCINAR. SOLO LO HAGO PARA QUE LOS MALDITOS PERROS DE ESA MOCOSA, NO ME MATEN!!!- Que falta de respeto gritar en una cocina ajena más cuando la dueña se encuentra atrás.

-¿A quién llamas mocosa?- La voz de la joven se dejó escuchar en esa cocina, con el ceño fruncido y un pequeño tic en el ojo, se estaba desesperando de Cáncer.

-A ti- La señalo con el dedo índice, y una sonrisa burlesca.

Alzo su vista hacia arriba –Por favor alguien me de paciencia, porque si me dan fuerza- Suspiro molesta, mirando al hombre de barba –Yo lo mato y Atena tendría que buscar otro caballero de cáncer-

-Me gustaría que lo intentaras- La encaro.

-Ho, ¿Enserio? ¿Quieres ver de lo que soy capaz- Si estaba enojado, planeando algo o lo que fuera, corría peligro todos los presentes.

Capricornio estando en la misma habitación, decidió seguir ayudándola, preparando el almuerzo y siendo de excelente memoria, recordaba todo las indicaciones que les había dado.

---Habitación seis---

Camus se encontraba sentando a la orilla de su cama, contemplando el pequeño regalo recibido la noche anterior.

Un Mes De Vacaciones En MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora