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—¡Quiero hablar con Negan! ¿Realmente estas prohibiéndome hacerlo? Vamos Simon.— el chico empuja levemente al hombre más alto por uno de sus hombros, y este simplemente negó con la cabeza con una sonrisa sumamente divertida.
—Casi matas a John, si te dejo entrar sería nada más que para un castigo.— se encoje de hombros el tipo y mira desde su hombro al chico que se encontraba rechinando sus dientes y con la vista furiosa y nublada clavada en la puerta frente a él.
—El maricón se desangró en el camino, no es mi jodida culpa.— intento excusarse, pateando aíre con uno de sus pies y poniendo sus manos a cada lado de su cinturon, donde se encontraban todas sus dagas en sus respectivas fundas.
—¿Cómo comenzó a sangrar de todos modos?— pregunto burlonamente el mayor, el cuál había estado hablando segundos antes por el wolkie, pero aún así prestándole atención al caprichoso chico que estaba hace más de media hora intentando entrar al despacho de Negan.
—Fue su culpa, él me molestó.
—¿Estamos en primaría Black? ¿Te molestó y necesitabas hacer obligatoriamente algo al respecto? Dices que él era un maricón pero fuiste tú él que no se aguanto las burlas, ¿Me equivoco?
—Cállate, déjame ver a Negan.— susurro el chico, puchero formándose en sus labios, aún partidos, sangre seca en uno de los costados bajando por su cuello, hasta donde la remera sin mangas comenzaba.
—No, ve a curarte eso.
—No me duele, Simon no seas un puto aguafiestas, necesito hablarle.
La puerta se abre con un sonido metálico espantoso, rechinando por todo el pasillo, Simon sube su vista del walkie al hombre sonriente frente a él, el cuál después de unos segundos de contemplación finalmente habla.
—Exacto Simon, no seas un puto aguafiestas. Deja pasar al chico, ¿no ves que tiene unas muy inmensas ganas de pasar tiempo conmigo?— Negan, el mismísimo Negan estaba recostado en el marco de la puerta, aún con su posición y su mirada de «soy el puto rey del mundo, intenta demostrar lo contrario» que el adolescente había visto pocas veces desde que había llegado y se volvió parte de los salvadores.
El menor miro con una sonrisa triunfante a Simon y este simplemente bufó una risa y se encogió de hombros. Negan le hizo una seña al adolescente para que entre a la habitación y el chico escuchó de fondo como Simon le informaba lo que se habían encontrado en aquélla carretera.
Algunos minutos después, la puerta finalmente se cerro. El chico miró a esta encontrándose al líder de los salvadores con una sonrisa emocionada, y con su bate en una de sus manos.
—Bueno mierda, Simon me contó lo que has hecho. ¿Cuál es tu nombre, pequeño asesino serial?— Negan comenzó a acercarse a la gran mesa que se encontraba en el centro de la habitación y se sentó en una de las sillas que estaban en la punta, haciéndole una seña al menor para que se siente en una de las sillas cerca de él.
—Jackson, Jackson Black.
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