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Pasadas exactamente tres horas, Jackson llegó a una conclusión, él no podría hacerle caso a Carl, ya había tardado demasiado en aparecer para solo entregarle comida y él simplemente no podía pasar tanto tiempo alejado de Carl, no cuando se acostumbró a tener la presencia del muchacho a un lado suyo las veinticuatro horas de día. Agarró sus cuatro dagas, junto al arma que Carl le había regalado, la había cargado por completo y la cámara también tenía una bala. Se colocó el arma en el cinturón asegurándose de tener el seguro puesto y después de avisarle a Michonne que iría a entrenar un poco salió de Alexandria, comenzando a adentrarse al bosque, primero comenzó a caminar, intentando pensar calmadamente la situación y porqué Carl estaba tardando tanto, pero después de cinco minutos comenzó a correr, llenando esos pensamientos de cosas negativas que se suponía no debería estar pensando.

Después de un tiempo llegó hasta la gasolinera de la última vez, y decidió que comenzaría a caminar por los al rededores, ya que seguramente Carl pensó ir en primer lugar hacía allí. Puede que ni siquiera haya encontrado al hombre, Jackson esperaba que aún no lo hubiese encontrado.

Jackson comenzó a escuchar forcejeos en algún lugar detrás suyo y alarmado comenzó a correr por el bosque, tropezandose con algo y callendo al suelo. Noto rápidamente que era la mochila que había visto ese día a la mañana, y escuchó como a un costado suyo movimientos, volteó rápidamente a ver encontrándose con Carl y el hombre de antes, peleando con unos caminantes. Jackson se acercó corriendo y sacando el arma le disparó a un caminante que estaba justo al lado del torso de Carl, mientras este peleaba con uno que estaba encima de él, Jackson cerró uno de sus ojos y viendo que no podría darle al muerto sin darle a Carl decidió acercarse, tirando el arma y sacando una de sus dagas se tiró acerca del muerto que acababa de matar y clavó la daga en el otro que seguía intentando morder a Carl, haciendo que finalmente muera.

Jackson se subió a las piernas de Carl y lo abrazó con fuerza, Carl le devolvió el abrazo al instante rodeándole la cintura, ambas respiraciones agitadas se entremezclaban.

—Hijo de puta.— susurró Jackson, entrecortadamente.

Después de unos minutos en silencio, calmando ambas respiraciones ambos se levantaron del venado muerto, que hasta el momento Jackson no había notado, y se fijó en la camisa llena de sangre de Carl.

—Carl...— susurró temeroso el menor, viendo como la remera se encontraba rota.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Carl en cambio mirándolo acusadoramente.

—Carl.

—¿Qué?

—Subete la remera.— ordenó, haciendo eso él mismo, soltando un suspiro del alivio al ver que la carne del mayor se encontraba intacta en su lugar, le revisó todo el torso en busca de una mordida y al no encontrar nada volvió a suspirar, apoyando la cabeza en el cuerpo del mayor, el cuál se encontraba demasiado confundido.

—¿Qué haces aquí, Jack?— susurró Carl, acariciando el pelo del menor, este levantó el rostro del pecho del mayor y levantó la cabeza para verle a los ojos.

—Estabas tardando mucho y me asusté, si hubiese llegado un poco más tarde te hubieran mordido idiota.— susurró Jackson tristemente, pensando en aquella posibilidad. —¿Qué mierda se suponía que hacías?— Jackson preguntó ahora furioso, alejándose del mayor y mirándole con reproche.

—Estaba honrando a su madre.— dijo Carl, ladeando la cabeza y viendo algo detrás de Jackson, el menor se dió la vuelta recordando que había alguien detrás de ellos.

—Hola.— susurró el hombre, Jackson apretó fuertemente la daga que tenía en una de sus manos y sonrió.

—Ho- — la mano de Carl quitándole el arma lo interrumpió. Jackson lo miró entrecerrando los ojos. —Casi te mata.— intenta explicar.

—Lo siento, él solo... Quería hacer que yo confíe en él, ahora lo hago, lamento haberte puesto en peligro, Carl.— el hombre dijo amablemente, Carl le sonrió en respuesta.

—Tranquilo, estoy bien.— se encogió de hombros Carl. —Tú y yo vamos a hablar más tarde.— dijo Carl agachándose para susurrarle al oído a Jackson, este se tensó unos momentos y asintió. —Vamos.

✓ ¹MATAR PARA VIVIR, Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora