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El silencio se había mantenido entre ellos en todo el camino a aquella habitación que el Rey había mencionado, camino por el cuál Jackson había comenzado a pensar un par de cosas.

Se sentía despierto, por primera vez en mucho tiempo, cómo si hubiese estado sólo una noche allí abajo y no todo el tiempo que probablemente había estado, el podría decir que mínimo un mes, pero el tiempo pasaba tan lentamente allí que podrían haber sido sólo tres días y él igual sentiría que es una eternidad.

Cuándo despertó por así decirlo, se dió cuenta de un par de cosas que hasta el momento no había llevado en cuenta, él había estado en un sótano en el Reino, eso fue lo primero, en todo momento había pensado que se encontraba en Alexandria pero prácticamente se encontraba del otro lado de la ciudad, podría decir que fue para ocultarlo de las comunidades que más odio podrían tenerle, ya sea Hilltop por acabar con su reina -que ni bien había logrado acabar con ella- o con Alexandria, quiénes fueron los que terminaron traicionados por su mano. O tal vez simplemente pensaron que si Jackson lograba escapar, no podría tomar venganza de ninguna de las dos comunidades que probablemente lo estarían atormentando; sea cuál sea el motivo, no era demasiado importante, pero allí estaba.

Mientras subió las escaleras siendo cargado por Carl, también pudo vislumbrar finalmente quiénes eran aquellos hombres de Rick, fueron Daryl, Jesús, Gabriel y Merle, recordaba aún la mirada llena de melancolía que éste último le había dirigido, una mirada cargada de lástima y algo más.

Recordaba que en los últimos momentos de la guerra, tanto Dwight como Merle se les habían unido a las comunidades pero aún así éste último se había abstenido a la batalla, ya que sentía que aquella no era una guerra que él necesite pelear, Jackson en algún momento debería haber aprendido una o dos cosas de las no tan estúpidas palabras de Merle, tal vez en algún punto podrían aquellas palabras haberlo ayudado.

Tenía tantas preguntas en su mente, y tal vez por primera vez en su vida había decidido callar y escuchar, las veces que Rick había venido jamás mencionó algo, cuándo Daryl venía a pegarle no comentó nada, y escuchó como la viuda hablaba pero ni siquiera había sido capaz de entender qué era lo que decía exactamente. en todo aquél tiempo que no había hablado, no pudo hacer más que llenarse de preguntas, preguntas que sentía, nadie iría a responderle.

—Ven, entra.— la voz de Carl lo trajo de vuelta, observando como éste le abría la puerta a una habitación no demasiado grande, pronto notó que simplemente era un baño privado, tal vez de los profesores que antes irían a enseñar a aquella escuela.

Todo estaba pulcramente limpio, había un par de toallas por aquí y por allá, los azulejos blancos del suelo se mantenían blancos, hasta qué Jackson los pisó, iba descalzo, todo aquél tiempo lo había estado, sus pies fueron manchando todo el azulejo del baño hasta finalmente entrar en la bañera que Carl le había señalado.

Carl.

Definitivamente tenía preguntas acerca de Carl. Una de ellas era ¿qué le había sucedido?

Había algo allí que estaba diferente a la última vez que lo vio, y no supo decifrar de qué se trataba.

No era por su apariencia, si bien había cambiado bastante, dejando aquella herida al descubierto que antes solía vendarse; Jackson se mordía la lengua para no preguntar cómo había sido causada. No era eso lo que mantenía inquieto a Black, si no el hecho de que algo realmente había cambiado en Carl, tal vez su manera más segura de moverse que antes, con la cabeza en alto a diferencia de cuándo lo conoció, siempre intentando ocultarse, algo le había sucedido en aquél tiempo, y Jackson sólo esperaba que nada tuviese que ver con alguna persona llegando a la vida de Carl.

✓ ¹MATAR PARA VIVIR, Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora