✓ ¹MATAR PARA VIVIR, Carl Grimes

21

—Aquí es.— Dwight avisa frenando en las inmensas puertas de Hilltop.

—Yo bajo primero ustedes se quedan aquí.— Jackson avisa abriendo la puerta de copiloto y antes de que pueda salir se escucha la voz de Merle en los asientos de atrás.

—¿Le hablarás primero a tu novio, chico?— pregunta Merle burlonamente.

—Cállate, ¿Quieres encontrar a tu hermano o no?— el menor sale del auto dando un portazo y se acerca a la puerta mirando fijamente a Kal, este al verlo alza ambas cejas y lo mira expectante. Jackson bufa una risa y se rasca la mejilla derecha, cuando el asiatico capta la señal sonríe abiertamente y le hace ceñas al otro para que abran las puertas. Cuando estas ya se encuentran abiertas de par en par, Jackson se acerca viendo como Kal estaba bajando.

—¿Necesitas algo?— pregunta amistosamente al asiático. Jackson recordó cuando el hombre lo había conocido, era mucho antes de que él mismo se vuelva un salvador, y para este entonces aún seguían siendo amigos, aunque en secreto de ambas comunidades.

—Mi amigo esta buscando a su hermano.— dice Jackson cabeceando en dirección al auto. —Y yo tengo el presentimiento de que aquí se encuentra.— explica.

—¿Su nombre?

—Daryl Dixon.— por unos momentos Kal parece sorprendido, pero después de pensarlo por unos segundos niega con la cabeza.

—¿Quién me esta haciendo la pregunta? ¿Negan o tú?

—Yo. Negan ni siquiera sabe que estamos aquí, tenemos poco tiempo, Kal.

El asiático asiente con la cabeza, creyéndose la mentira y Jackson sonríe internamente, en esos momentos le agradaba que él hombre confie ciegamente en sus palabras, al igual que Rovia lo hacía.

—Se fue, no sé a donde pero después de que Jesús lo trajo llegó su grupo y se lo llevaron, supongo que de vuelta a su comunidad.— dijo encogiéndose de hombros, Jackson asintió con la cabeza y después de unos momentos suspiró, pasando las manos por su pelo.

—Bien, gracias Kal.

—Todo por un amigo.— sonríe el pelinegro.

—Te la debo.— anuncia Jackson señalándolo con un dedo y comenzando a caminar otra vez en dirección al auto. Al entrar a este Merle y Dwight se encontraban hablando un tema muy serio, ya que ambos rostros se encontraban con el ceño fruncido y como de costumbre Dwight se mordia el pulgar.