¿prometido o prometida?

Capitulo. 20🏵️

Dazai cerró los ojos, nunca en su vida se había sentido tan nervios por decir algo pero pensó que al ver a Chuya llorar y doblegarse le haría sentirse mejor por recibir aquella venganza por parte del pelinaranja, pero fue lo contrario, aunque no lo haya demostrado se sentía muy culpable por haberlo tratado muy mal, y hacerle recordar ese espantoso día donde él fue testigo de lo que sucedería en aquel lugar.

Realmente no sabía cómo actuar al respeto, puesto que nunca pensó llegar tan lejos, pero sus instintos le hicieron hacerlo, Mori tenía razón debía tener una reprimenda pero sería después, lo primero sería que Chuya despierte de aquella pesadilla era lo principal, parecía que recordaba cosas que el bloqueo de su mente por supervivencia, pero le hacían daño.

Dazai solo se preguntaba una sola cosa ¿Qué pensaría Chuya cuando recuerde que quien mato a su Madre fue la del? por primera vez debía ser sincero acerca de ese tema y sobre aquel absurdo malentendido que les hizo llegar hasta ahí, pero con lo terco que él podía ser realmente le era imposible hacerlo.

Suspiro profundamente y miro uno de los sillones de la habitación, ahí estaba descansando Sigma se había desactivado para darles privacidad y por cansancio, al parecer su batería se había agotado, era normal ya que le hizo estar 24 horas en funcionamiento en contra de su voluntad puesto que está estaba en contra de ese plan, miro nuevamente a Chuya quien parecía relajarse poco a poco, eso le alivio, Dazai, hasta este punto estaba temblando puesto que pronto despertaría y debía decir todo, cerro sus ojos y se levantó dispuesto a ir a la ventana a despejar su mente pero una mano le detuvo, Chuya había despertado y le veía de mala gana, no era de extrañar después de lo que le hizo, cualquiera le odiaría y lo haría más después de esto, se zafo de su agarre y le sonrió como si nada pasara.

— ¿Sucede algo?

— ¡Claro que sucede maldito bastardo de mierda! —se lanzó enzima de él y comenzó a golpearlo.

Dazai no se defendía, solo se dejaba hacer, los golpes por supuesto que le dolían, iban directo a la cara, poco a poco de la nariz de Dazai y de su labio salió sangre, pero de la nada los golpes fueron bajando de fuerzas, se iban haciendo débiles e iban deteniéndose, fue cuando Dazai sintió agua caer en su cara Chuya estaba llorando, mientras le veía totalmente dañado, Dazai lo retiro de encima y le miro fríamente, para después cerrar sus ojos, Chuya se alarmó un poco al ver cómo el ojo izquierdo de Dazai comenzaba a sangrar iba a decir algo, pero la mano delante de él le detuvo de decir algo.

—Ya que te has desahogado, ¿me permites la palabra?

—Por que debería...

—Quiero decir unas verdades... Que sé que debí mencionarlas hace tiempo pero no pude hacerlo... No tuve el valor y dejé que desempeñaras una clase de apego o necesitad hacia a mí, así que necesito que me escuches hasta el final, después podrás decirme, o matarme si es lo que deseas, pero por favor te suplico que me dejes acabar y que me escuches sin argumentar nada, Nakahara

Chuya desvío la mirada, solo le decía por su apellido cuando era algo serio, además de suma importancia, eso le dejaba acorralado, puesto que Dazai no utilizaba su apellido a la ligera, y menos sabiendo que era el apellido de soltera de su madre, apretó sus puños, suspiro pesadamente para después asentir, por suerte Dazai ya tenía los ojos abiertos, su ojo aún sangraba y se veía algo opaco, al parecer estaba algo dañado.

— ¿Sabes por qué te aferras tanto a esos guantes?

—Toque la sangre de mi madre, desperté un tipo de fobia sobre mis manos después de eso

—Bueno, parece que lo has recordado

— ¿Que tiene eso que ver con lo que me ibas a decir?

—Lamento tener qué recordarte todo esto Chuya pero... ¿Sabes por qué sucedió ese accidente?

—Dazai, recuerda que nadie supo cómo se ocasionó ese incendio y nunca atraparon a quien mato a mi madre

—Lo hicieron, solo que no recuerdas ambas, lo bloqueaste

— ¿Por qué olvidaría algo como eso? es ilógico

—Chuya... El incendio fue causado por... —apretó sus puños y desvió la mirada al suelo.

— ¿Por?

—Por...

— ¡Habla de una maldita vez!

—Mi madre... —susurro, mientras la cara de Chuya parecía desconcertada.

—Tu... ¿Madre? Dazai deja de bromear, sé que mi madre y la tuya no se llevaban bien pero por qué...

—Se bien que tú mismo piensas que es sospechoso que mi madre se paseara por la casa como si fuera suya, eso fue por qué... mi madre en algún momento fue la prometida de tu padre, pero su matrimonio se canceló por qué le consiguieron una mejor pareja, ellos estaban unidos por sus deseos carnales... Era su amante...

—Dazai...

—Mi madre odiaba a la tuya por creer que le arrebato todo lo que pudo a ver sido suyo, su amor, poder, dinero y un futuro que ella si deseaba, felicidad y no aparentar, lo siento Chuya debí decirlo todo

—Adonde quieres llegar —dijo serio.

—Mi madre, mato a la tuya... Ese día a quien viste fue a mi madre, ella causo el incendio, pero ella pago por lo que hizo, aunque no lo suficiente, puesto que salió gracias a alguien

—Mi padre...

—Si... El el dejo libre, ellos han estado viéndose desde entonces, sin importarles nada, mi padre se separó de ella cuando lo supo...

—Los sirvientes lo sabían... sabían que mi padre quería... Por eso actuaban raro...

—No, ellos solo sabían que tú padre se vería con mi madre, pero al verla en la mansión se despreocuparon y bajaron la guardia... fue un descuido ellos trataron de...

—Salvarla, lo sé ¿Dime eso que tiene que ver con ambos?

—Chuya... tu sientes dependencia hacia a mí por rescatarte...

— ¿Rescatarme?

—Quien te cubrió los ojos ese día fui yo... te seguí y por ello supe que fue mi madre todos estos años pensé en investigar y lo hice, sabiendo la verdad debí decirla, pero al tenerte a mi lado, queriéndome y aceptándome como tú prometido, me hizo volver a sentir algo, cuando regrese, aquel día me sentí vivo y no vacío como siempre, pero poco después me di cuenta que solo dependías de mi... Y eso no estaba bien pero te veías contento por lo que decidí continuar todo hasta esa absurda pelea....

—Dazai, habla claro...

—Chuya... nunca te enamoraste de mí, solo fui tu refugio, nunca me viste como algo más como un lugar de protección. —dijo con un semblante dolido y triste pero con una sonrisa forzada.