Capítulo 1: Quizás no te importa nada

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NOTA DE LA AUTORA: ¡Buenas!! aquí os traigo una nueva historia, más centrada en mis orígenes, es decir, con temática drama romance y mpreg que es lo que más me gusta escribir jeje, esta historia es del estilo de "El síndrome de la testosterona" en el que ya incluia el tema de donceles (claro, que siempre adaptados a mis intereses, no donceles anclados en las reglas ordinarias), espero que disfruteis de una nueva historia más, que aun llevo en proceso y necesitaré todo vuestro apoyo para continuarla ^^ sin más ¡¡os dejo con ella!!


"Doncel contra Corcel"


1-Quizás no te importa nada

**Sen**

Puedo sentirlo. Esa paz que siento cuando recorro a toda velocidad la ciudad, cómo el aire golpea mi rostro y mis largos mechones por debajo del casco que llevo puesto. Aprieto los manillares de mi moto para meter más presión, más ritmo ¡más rugido al motor!! Porque eso me hace libre y poderoso a la vez. Siento que domino la carretera como nada de lo que domino en mi maldita vida. Al menos sobre la moto solo estoy yo y nadie más. Sin órdenes, sin restricciones, ni imposiciones. Sin él.

Freno casi de golpe la moto tras haber sorteado a varios coches que me han pitado por adelantarles peligrosamente y suelto una carcajada al quitarme el casco y sacudir mi cabeza para que mi largo cabello suelto caiga sobre mi rostro aún acalorado por la emoción. Pongo el candado a la moto dejándola a un lado de la calle sin estorbar y entro en un pequeño establecimiento donde soy objeto de miradas nada más entrar. Como siempre. Antes y después, por una u otra razón siempre he sido la diana de miradas de todo tipo. Estoy más que acostumbrado y más con mi vestimenta negra de cuero con mi chupa de cuero, los tatuajes de mi cuello a la vista y un piercing que sobresale...de mi enorme barriga por debajo de mi camiseta negra ajustada.

- ¿Qué? ¿nunca habéis visto a un motero con bombo? – las señoras que están sentadas esperando su turno para que las arreglen los cuatro pelos que les quedan en la cabeza casi jadean e incluso se abanican haciendo aspavientos mientras un chico rubio que está tras el lavadero de cabezas me hace una señal para que me comporte.

-Sen, por favor...paso de que me despidan, pórtate bien tío- chasqueo la lengua entre mis dientes y busco un asiento donde apoyar una de mis botas al menos para echar el peso del cuerpo encima y que no me reviente la espalda de dolor por esta maldita barriga.

-No es mi culpa Yyl, estas viejas son nuevas ¿no? las de antes ya se habían acostumbrado al verme-

-Desde que ya no las peinas tú no han vuelto. Tenías un gran club de fans aquí-

-Lo sé...no hay mejor peluquero en todo este pueblo que yo. No te ofendas- mi amigo Yyl se encoge de hombros y sigue con su trabajo mientras lava la cabeza de una señora que no deja de mirarme de reojo. La saco la lengua sorprendiéndola y sonrío cuando deja de mirarme.

-Sen, en serio...-

-Va, va ¡es normal que me miren así! Señoras ¿saben lo que es un doncel? Pues esto es lo que significa- me doy unas palmaditas en mi barriga al aire llamando la atención de todas. –Sí, hay un bebé aquí dentro ¿quieren que les cuente como llegó a parar aquí? -

- ¡SEN!!- me veo de patitas en la calle fuera de la peluquería con un furioso Yylfordt a mi lado haciendo que me encoja de hombros con tranquilidad.

-Te has amariconado más de lo normal, Yyl. Tú antes molabas- le pongo morritos haciéndole resoplar y sonríe de medio lado mientras da toquecitos en mi barriga.

"Doncel contra Corcel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora