5-Quizás ni te enteres
**Renji**
Me lavo la cara varias veces para intentar espabilarme y observo mi reflejo cansado en el espejo de enfrente. Dios...por fin es fin de semana y podré irme a casa, pensé que estos días no llegarían nunca después del breve tiempo en esta semana que he tenido que enfrentarme a mi nuevo "paciente" malhumorado y provocador al mismo tiempo. Sé que necesito ver a Shuuhei, él me aportará la seguridad y tranquilidad que necesito, estoy seguro. Necesito quitarme de encima este mal presentimiento de que al final voy a terminar metiendo la pata con ese tío.
-Eh Abarai ¿estás preparándote para irte a descansar a tu casa? - me erizo un poco cuando veo pasar por mi puerta a Kariya sabiendo por su mirada que no viene solo a despedirse. -¿Te importa revisar a Byakuya antes de irte? Quiero saber si el bebé está ya bien posicionado, no debe quedarle mucho para dar a luz de una vez-
-Si no hay más remedio...- resoplo eso en voz alta haciendo que Kariya suelte una carcajada antes de mirarme sonriente con esa malicia que me da grima.
-Qué sincero eres, Abarai, pero controla esos pensamientos delante de Byakuya o te las hará pagar. Te lo advierto- trago saliva ante esa amenaza y Kariya añade. –Además, una cosa es que no te guste tratar con él, pero mi hijo es sagrado y aún sigue en su vientre...- imagino que con eso querrá decirme que cuando el niño nazca, no le importará que me queje del comportamiento de Byakuya porque ya no habrá que tener cuidado al no estar embarazado. Qué hipócrita de tío.
Me sorprende ver que Kariya me acompaña a la habitación de Byakuya donde le veo acompañado por uno de los "sirvientes" que le está ahuecando la almohada para que el "señorito" esté cómodo y pueda incorporarse sentado en la cama ante nuestra expectante mirada. Byakuya resopla algo molesto mientras se acomoda y cuando sus ojos me miran, lo hacen tan serios y penetrantes que noto un escalofrío. Ya sabe a lo que vengo...y no sé cómo interpretar su mirada.
-Vamos querido, no pongas esa cara, a fin de cuentas, Abarai te revisa cada día ¿no? -
-Hoy es el primer día en el que sus dedos tendrán el privilegio de tocarme más profundamente- Kariya ríe al oír eso, pero yo me pongo más tenso. Bueno, mis dedos ya han tocado cierta parte de su anatomía antes, concretamente su polla, pero ya meterle los dedos en el culo...sí, debe ser demasiado humillante en esta situación. Para mí también es vergonzoso, nunca he tenido que hacerle un tacto rectal a un paciente.
- ¿Piensas quedarte ahí mirando? - Byakuya fulmina con una seca mirada a su esposo el cual se cruza de brazos asintiendo.
-Por supuesto. Quiero ver si todo está preparado para el gran momento- Byakuya aprieta los dientes con recelo y yo suspiro mientras dejo el maletín en la mesa y cojo mis guantes para comenzar la prueba. Ambos me miran con gran expectación en silencio haciendo que mi corazón palpite con más fuerza por los nervios, pero me hago a la idea de que esto es algo normal siendo yo el enfermero así que me acerco a la cama con un bote de lubricante precintado que abro delante de ellos para que no desconfíen. Byakuya tuerce el gesto cuando Kariya retira él mismo su sábana despejando sus piernas y veo cómo éste las abre por debajo del yukata de dormir lanzándome esta vez una mirada altiva y pecaminosa que me hace tragar grueso.
- ¿Algún problema, Abarai? Byakuya, al menos quítate el fundoshi, Abarai no tiene que hacer esa parte-
- ¿Por qué no? es él el que quiere mirar "ahí dentro". No tengo por qué darle tantas facilidades- joder ¡pero que cabrón es! ¿pretende ponerme en evidencia delante de su marido? Si estuviéramos solos le habría arrancado el fundoshi a la fuerza incluso lacerando su piel como castigo por impertinente, pero ¿Qué otra cosa me queda hacer más que volver a complacerle y encima con cuidado?
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"Doncel contra Corcel"
FanficTodos ansiamos la felicidad. Hombres, mujeres, donceles...sí, también existimos nosotros, los bichos raros de la sociedad, los que pueden obrar milagros para todos los homosexuales que desean hijos, por ello buscamos a hombres decentes, corceles que...