Capítulo 14: Quizás descubriste algo importante

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14-Quizás descubriste algo importante

**Sen**

Intento que no me tiemble la mandíbula más allá del tic que tengo mientras veo como mi padre observa a Hinata sentada en su regazo como si la analizara en detalle. Mi padre nunca ha sido muy expresivo, tiene el ceño fruncido mientras sus ojos grises miran con suma curiosidad a mi pequeña la cual hace pompas con la saliva que se le acumula en la boca. Tensa está de pie a su lado en el sillón, mirando a su abuelo fijamente hasta que éste repara en darle atención y alza una mano para acariciar su cabello.

-Ya era hora de que me dieras a conocer a mi nieta. Es como verte a ti cuando naciste, pero en mujer-

-También se parece a su padre-

-Sí, tiene sus ojos...pero el que más se parece a tu esposo es este pequeño- mi padre vuelve a acariciar a Tensa y éste sonríe tímidamente. –Es curioso que apenas ha sacado nada de ti ni de tu hermano que en paz descanse...- trago saliva al ver que los ojos de mi padre se iluminan brevemente por el reflejo de la nostalgia.

-En fin ¿puedes quedártelos unas horas? Volveré a por ellos a la noche-

- ¿Estás buscando trabajo? - aprieto los dientes ante el interrogatorio que empieza. –Zangetsu no gana lo suficiente para manteneros, por mucho que se esfuerce. Si no hubiera dejado la enseñanza...-

-No la dejó, le echaron por ebriedad ¿recuerdas? – dioses, esta conversación acabará mal. Lo presiento.

-Senbonzakura, tu deber es mantener a tu familia y trabajar para mantener un nivel de vida estable y aceptable ante los demás-

- ¿Y dónde queda el vivir libre? ¿los donceles sólo existimos para parir y cuidar hijos o qué? - veo que mi padre se sorprende por mi tono de voz que aumenta por segundos.

-Hijo, no lo digo con mala intención, esto es lo que Soya hubiera hecho en tu lugar y era feliz con la vida que él había escogi...-

- ¡Pero yo no soy Soya!!- grito eso, aunque intento contenerme al ver la mirada preocupada de Tensa. –No lo soy, papá...- susurro eso sintiendo un nudo en la garganta y retrocedo hacia la puerta suspirando para calmarme. –Por favor, simplemente haz tu labor de abuelo y cuídalos un rato-

Salgo de la casa de mi padre casi huyendo y ando de forma acelerada por las calles en dirección al club. ¿Pero que se ha creído el viejo? Después de aceptar sin más que me casara con Zangetsu, de no haberse preocupado por mí en estos años ¡¡cree que puede decirme lo que debo hacer!! ¡dioses, estoy cabreado!

-Ey fiera, tranquilízate...- nada más entrar al club, veo a Ichimaru en la recepción que me hace una señal para que me calme al verme hiperventilando y con rictus tan enervado en mi rostro que es claramente visible. –Cualquiera diría que vienes a una sesión de baile masoquista y no a uno con final feliz-

- ¿Komamura está libre ya? - le pregunto eso de forma directa sin entrar en dar explicaciones de mi repentino cabreo e Ichimaru se encoge de hombros antes de acompañarme al reservado en el que ya he estado antes y donde me siento a esperar a mi stripper. Uf, tengo que calmarme...él no tiene la culpa, sólo va a darme un servicio...y espero que sea bueno, porque necesito relajarme y no pensar...

Trago saliva cuando a los pocos minutos Komamura aparece, vestido con un chaleco negro de cuero sin mangas y el calzoncillo oscuro que suele llevar, seguido de su máscara y el cabello suelto platino cayéndole sobre los hombros. Me muerdo el labio sin poder evitar relajarme con las vistas, aunque me tenso un poco cuando se acerca y me mira.

- ¿Todo bien? – su voz suena tan potente como siempre por el efecto de la máscara y asiento entrecerrando los ojos.

-Necesito pasar un buen rato- él asiente con la cabeza y se echa unos pasos atrás para empezar a moverse iniciando ese baile tan sensual que me pone los pelos de punta. Desde el minuto cero, mis ojos se clavan en los movimientos de sus manos enguantadas apoyadas sobre su torso, que va descendiendo lentamente hasta su pelvis haciéndome suspirar cuando marca bien la zona del paquete con sus dedos. Sigo observando su contoneo, nada frágil y delicado, sino marcado y masculino, derrochando tanta masculinidad que me ahoga con cada insinuación y movimiento. Dioses...es que sabe moverse tan bien que me sorprende y me excita a partes iguales.

"Doncel contra Corcel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora