Capítulo 2: Quizás no veas el peligro

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2-Quizás no veas el peligro

**Zangetsu**

Si alzo mi mano aún puedo acariciar tu rostro. Mis dedos se pierden a lo largo de los mechones de tu fino cabello de ébano, mientras tus ojos afinados me miran fijamente, brillantes y espectaculares como cada mañana.

-Buenos días, mi grandullón...- cierro los ojos suspirando cuando el amor de mi vida besa mi frente dulcemente y acaricia mi barba provocándome un ronroneo gutural que le hace reír cuando refugio mi rostro contra su pecho.

-Querido, hay que trabajar...-

-Un poco más...solo un poco más por favor...-

Abro los ojos lentamente de nuevo viendo que no hay nadie encima de mí despertándome, solo yo, tumbado en el sofá de casa que se ha convertido en mi cama desde hace prácticamente dos años y del que me incorporo quejándome por el dolor de espalda de lo incómodo que es.

-Mierda...- observo la enorme erección que tengo bajo los pantalones del pijama como casi todas las noches que tengo esos sueños. Esos recuerdos que, aunque por mucho que lo niegue, siguen sintiéndose como puñales en el corazón.

Me levanto para ir al baño a ver si con la ducha fría consigo bajarme la dureza, pero antes de eso, me acerco al que era mi dormitorio, donde ahora duerme mi pequeño hijo junto a mi joven y hermoso esposo, al cual se le hincha más la tripa con la respiración haciéndome suspirar profundamente. Todo el cabello de Senbonzakura está esparcido por la almohada y le cae sobre ese vientre que alberga el fruto que creamos juntos. Ese pensamiento me hace entrar en la habitación y me inclino en la cama para arropar a mi hijo y después acerco mi mano hacia el rostro de Senbonzakura notando como mi polla palpita con más fuerza hasta que un recuerdo fugaz cruza mi mente.

-¡¡No!!! ¡¡onegai!!!! ¡noooo!!!! No lo hagas...no...-

Abro los ojos apartándome de él cuando recuerdo su rostro aterrado y lleno de lágrimas bajo mi robusto cuerpo. Trago saliva restregándome la cara y maldigo entre dientes cuando me agacho de nuevo hacia él, pero para agarrar la sábana y arroparle para que no coja frío. Gruño intentando que no me oigan mucho mientras entro apresurado al baño y me meto bajo la ducha para que el agua fría caiga sobre mí mientras me meneo la polla con una mano y no tardo en eyacular con rabia y algo de dolor al apretármela con tal fuerza que me hago daño. Da igual. Apenas es un daño insignificante comparado al que le hice a él. Yo...ya no puedo arreglar algo que está roto...que yo rompí sin cuidado....

-Mmmm...- mientras termino de hacer el desayuno escucho el murmullo molesto de Sen recién levantado con todo el pelo revuelto sobre su cara. Trago saliva al ver lo hermoso que se le ve poniendo gestos como un niño mientras se restriega los ojos y se deja caer en una de las sillas de la cocina delante de la comida.

- ¿Estás bien? - Senbonzakura asiente con la cabeza mientras bebe un zumo casi atragantándose de lo rápido que se lo toma.

-Uf! Tenía mucha sed, esta tripa da muchísimo calor...-

-Despertaré yo a Tensa y le llevaré al colegio. Después vendré a por ti-

-Quiere ver a su hermana ¿no puede venir con nosotros? Por un día que pierda de colegio no pasará nada, solo tiene tres años- suspiro profundamente antes de asentir viendo como sonríe triunfal. - ¡Bien! pues voy a vestirme-

-Ponte algo discreto por favor- Senbonzakura se detiene a mitad de pasillo al oír eso y cuando se gira para mirarme, veo esa mirada de rabia que casi siempre me dedica.

- ¿Per-do-na? Me pondré lo que me dé la gana ¿o es que te avergüenzas de mí? –

-No es eso lo que quería decir, simplemente que vamos al médico y...-

"Doncel contra Corcel"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora