Capítulo 25

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Naruto caminaba a paso lento, pues ya había perdido todas sus fuerzas. Aquel hombre no paraba de empujarle y torturarle cuando le venía en gana. Ya habían pasado dos noches desde que se había ido de Konoha y todavía no había llegado al lugar correspondiente.

El rubio andaba cabizbajo, cuando sintió algo frío en su nuca. Alzó la vista para darse cuenta de que había comenzado a nevar. Ya se acercaba el invierno, por lo que los árboles caducifolios habían quedado peinados completamente. Cada vez nevaba con más fuerza, por lo que el enmascarado dedujo que se avecinaba una tormenta. Tenían que buscar algún lugar para refugiarse hasta que el clima se tranquilizase.

Naruto miraba aquella blanquecina nieve con la mirada completamente ida. Le recordaba mucho a Kakashi.

-Kakashi...

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-¡Achús!-estornudó con fuerza aquel peliplateado.

-Kakashi, ¿no te habrás resfriado? Deberías tomarte un descanso.-dijo un azabache parándose en seco.

-¡No puedo! No puedo parar sabiendo que Naruto está en peligro.-hizo una breve pausa.-Itachi,¿¡quién sabe de lo que son capaces esos desgraciados!?-dijo con rabia y frustación.

Este suspiró y alzó la vista al darse cuenta de que algunos copos de nieve comenzaban a caer.

-Deberíamos entonces acelerar la marcha.-este le asintió.

Kakashi se reincorporó a ANBU sólo y exclusivamente para poder aceptar aquella misión de Rango S. Anteriormente lo había dejado para vigilar al pequeño rubio, pero en esta ocasión era necesario colaborar con los ANBU siendo uno de ellos. De esta manera podría ser el líder del escuadrón principal.

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-No será necesario buscar refugio.-se giró para echarle un vistazo al pobre ojiazul que apenas se arrastraba.- Hemos llegado.

Se encontraban frente a una especie de entrada a una cueva, la cual estaba sellada con una enorme piedra. El misterioso tipo hizo un par de sellos, haciendo que esta se abriera y les dejara paso para entrar. Tiró de las cadenas para que Naruto comenzase a andar de nuevo.

Aquel lugar era inmenso, pero a la vez oscuro y frío. Había un par de antorchas al fondo, las cuales indicaban la entrada a una especie de laberinto de pasillos. El rubio ya no sabía si tenía que tener miedo o no. Ya no le importaba nada. Ni siquiera era capaz de razonar bien, pues en aquel viaje le habían metido una paliza importante.

Caminaron a través de aquellos pasillos hasta que llegaron a una sala en la que había una celda al fondo. El omega entendió perfectamente que le iban a meter ahí y quién sabe lo que le iban a hacer.

-Te vas a quedar aquí quietecito sin hacer ruido.-le quitó las cadenas y le empujó dentro de aquella especie de calabozo.

Cerró la puerta con llave y se fue, desapareciendo en la oscuridad de aquel lugar donde apenas había luz.

Naruto se sentía desolado. Por una parte pensó que aquello era lo correcto. Si se sacrificaba él, nadie más saldría herido. Quería demasiado a Kakashi como para permitir que le hiciesen algo, por lo que decidió entregarse él mismo y dejar que todo acabase de un vez. Pero por otra parte tenía miedo. Quizás lo utilizaría justo para lo que él no quería: hacer daño.

Tenía una bestia con una fuerza descomunal en su interior, por lo que al no poder controlarla, no podía hacer nada. Ahora mismo era una escoria de la sociedad. O al menos eso sentía.

A tu lado (Narukaka/Kakanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora