Behind the Crown

11

Estuvo perdido por mucho tiempo, y sinceramente, tuve la idea de eliminarlo unas cuantas veces... pero no quiero que las personas que le tienen cariño a este fic se queden sin saber que pasará.

Aviso: Lentas actualizaciones de ahora en adelante SOLAMENTE CON ESTA HISTORIA.

-----------------------------------------------

Podía sentir la tensión en el aire que las rodeaba. Sin siquiera voltear a verla, podía sentir cómo el cuerpo de Anna tomaba sutilmente una pose de defensa, sin quitar o aflojar su agarre en la empuñadura de su espada. Y lo rígido de los hombros de Erna tampoco ayudaba en nada.

Su mirada cargaba una preocupación casi intimidante, sus puños estaban fuertemente cerrados a sus costados y mantenía el ceño fruncido al punto de quedar marcar sus facciones permanentemente. Lo que sea que tuviera que decir, estaba claro que era alarmante

- Y ¿Qué es lo que tienes que decir? - demandó.

Pero en lugar de recibir respuesta, la mirada de Erna se posó en Anna, mirándola de una forma que hizo que su sangre hirviera por unos segundos. Anna, como respuesta a esa desafiante mirada, desenfundó un poco su espada; lo suficiente para que el simple sonido fuera una advertencia.

- No quiero ser grosera, Majestad, pero preferiría decirle esto en privado. - concluyó, con la mandíbula tensa y sin despegar su vista de su guardián.

Hubo unos segundos de silencio en lo que procesaba sus palabras, hasta que su mente descifró el significado detrás de las mismas. ¡Como se atreve a decir eso! La única persona que tenía su absoluta confianza, que sabía era completamente leal era exactamente la misma que estaba sugiriendo de tener desconfianza.

Su pensamiento fue en sincronía con la de Anna, ya que ésta comenzó su camino a donde se encontraba la espía, su expresión cambiando de advertencia a una de indignación por lo que había implicado con esa simple oración.

- Anna, detente. - Ordenó, viendo a su Dragón detenerse a unos pasos de su escritorio sin despegar su vista de la mujer. Elsa enfocó su vista de nuevo en Erna. - Lo que sea que tengas que decir, puedes decirlo en presencia de mi Marshal. Y... - su voz se tornó severa, enfatizando la advertencia escondida en sus palabras. -... apreciaría que no volviera a pasar esto en el futuro.

Comprendiendo su error, la espía posó su puño izquierdo sobre su pecho haciendo una reverencia, disculpándose profundamente por tal sugerencia. Cuando Elsa le dio permiso de alzar la vista, Anna ya estaba de nuevo a su lado con el ceño fruncido y sin quitarle la vista de encima a la mujer.

- Como iba diciendo, majestad, traigo malas noticias sobre el altercado hacia su persona. - Elsa le hizo un gesto para que continuara con lo que tenía que decir al ver que no dijo más. - Descubrimos a los guardias en turno inconscientes en sus puestos y las puertas del balcón abiertas en su totalidad. Mis hombres han estado buscando sin descanso rastro de los intrusos en los alrededores, pero hasta el momento no han encontrado nada. Solo el cuerpo que su guardia erradicó en sus aposentos.

Su ceño se frunció al escuchar eso. ¿Cómo era posible que pudieran pasar a los guardias, y aún más extraño, que llegaran directo a su recamara? La reina estaba perdida en sus pensamientos, siendo completamente ajena a la expresión que portaba su Guardia.

- ¿Qué hay de los guardias? ¿Recuerdan algo de lo que pasó o por qué terminaron inconscientes? - analizó en voz alta, esperando conseguir una respuesta positiva.

- Desafortunadamente no, Majestad. Lo único que recuerdan es estar en sus estaciones y un repentino dolor en el cuello, y lo siguiente que supieron fue el constante ir y venir los guardias en los pasillos para atrapar a los malhechores.