NARRA T/N:
Jean tardó unos minutos en bajar, lo que no fue ningún problema. Después, Ignacia y yo subimos a nuestras respectivas habitaciones para cambiarnos.
Opté por ponerme una pijama gris con dibujos de estrellas de tela ligera.
La pijamada pasó muy rápido, cómo era siempre, la pasábamos tan genial que se nos iba el tiempo. Por supuesto, vimos películas y comimos muchas golosinas. Todo esto, hasta que llegó la hora de dormir.
Todavía trataba de descifrar lo que ocurría entre mi mejor amigo y mi hermana, puesto que había algo incómodo en el ambiente.
Ignacia fue la primera en subir hacia su cuarto, Jean y yo nos la pasamos viendo la última película de la noche. Una vez que esta haya terminado, Jean y yo subimos a mi habitación.
¿Por qué Jean está en mi alcoba? ¿Durmiendo conmigo?
Por la sencilla razón de que somos amigos, a él le párese cómodo dormir conmigo y yo no me negué —ya saben la respuesta a ésto—, aunque daría lo que sea para que fuera otra cosa. Lamentablemente, no es así.
Quité las frazadas de mi cama para adentrarme en ella, no sin antes darle unas sábanas calientes a Jean para que él se acomodara en el sillón-cama que está en la estancia, precisamente con el objetivo de que ahí duerma Jean.
—¿No puedes dormir? —dijo, sacándome de mis cavilaciones.
—Solo estaba pensando. —terminé de decir eso y escuché que Jean sacó un gran suspiro— ¿Pasa algo, Jean?
—No..., sí..., bueno, no sé. —me senté en la cama, llevé mis rodillas a la altura del rostro y vi como estaba de confundido.
—Sabes que puedes decirme... Lo que sea. —lo alenté.
—Lo que pasa es que... —comenzó, pero una tercera voz lo interrumpió, lo que hizo que Jean se callara abruptamente.
—¿T/n estás durmiendo? —preguntó detrás de la puerta, desvíe mi vista del mueble de madera a Jean.
¿Se tensó? ¿Por qué?
No sabía que estaba pasando, pero muy pronto lo haría.
—No... ¿Qué pasa? —mi hermana entró al cuarto y se dirigió hacia Jean.
—Lo estuve pensando, Jean y... Sí, acepto. —me hizo saber, inmediatamente Jean esbozó una sonrisa.
—¿En serio? —inquirió, solo para reafirmarlo.
Supongo estaba tan feliz.
—Sí. —confirmó, Jean la atrajó hacia él para besarla.
¡La besó!
Eso hizo que mi corazón se rompiera en un y mil pedazos.
—¿Qué pasa aquí? —interrogué, uniendo las fuerzas que me quedaban para parecer que estaba bien.
—Ignacia y yo somos novios. —declaró, mientras buscaba su mano para entrelazarla con la suya.
Quiero vomitar las mariposas, la ilusiones y esperanzas.
Me siento fatal.
—Creo que felicidades para ambos, serán una buena pareja, pero Ignacia, ¿Me puedes hacer un favor? —proferí, de manera indiferente, ella asintió. —Ya vete, tenemos que dormir. —vi como eso la sacó de balance, sin embargo, en este momento no me importaba lo fría que llegaría a ser con ella.
A pesar de mi actitud, Ignacia obedeció y decidió irse, claro, después de darle un beso a Jean. Todo eso, enfrente de mí.
—¿Qué te ocurre? —preguntó mi amigo, parecía muy desorientado ante mi respuesta.
¿Qué esperabas? ¿Que me pusiera a hacer una fiesta para celebrarlo cuando me muero por ti?
—¡Nada! —respondí, de una manera brusca, lo que menos quería en estos momentos era preguntas tontas e innecesarias.
—Te conozco y sé que te pasa algo... dímelo T/n, jamás no hemos guardados secretos. —pidió, insistiendo en mi dolor.
¿Y tu secreto qué, Jean?
—¿Jamás? —solté una risa sarcástica— ¿Por qué no me dijiste que te gustaba mi hermana y que te declaraste? ¿Era eso lo que me ibas a decir?
—Sí... Perdón, ¿Okey? Solo que no vi un momento adecuado. —se excusó, estás por contestar, cuando el siguió:— pero, ¿Qué es lo que te pasa?
—¡¡Nada!! —exclamé, tajante. — ¡¡Déjame en paz, Jean!!
¿Te cuento un secreto, Jean?
—No te voy a dejar en paz, por favor. —dijo tan tranquilo que solo me causaba desesperación— ¿Por qué te comportas así?
Sentía mi alma destrozada, las ganas de llorar se estaban volviendo más fuerte. No aguantaría.
Aunque creo que este secreto es muy evidente, pero de todas formas te lo diré.
—¡¡Por nada!! —grité, al borde del llanto.
—¡¡No!! —negó, él lo sabía, sabía que tenía algo (como si la escena no fuera un indicio de esto), pero él me conocía— Dime, ¿Qué pasa?
Hay una chica, sí ella,
T/n Hernández. Ella ha estado enamorada de su mejor amigo desde hace años.¿Quieres saber quién es él?
—¡Me gustas, Jean! —vociferé, por fin lo había soltado.
Es nada menos que Jean Carlo León.
Muchas veces me había imaginado la escena, en todas él me decía lo mismo y seríamos felices para siempre. Pero fui una ingenua, él no reaccionó como yo lo esperaba. Mi mejor amigo se quedó en shock al decirle.
—No sé que decir... —fueron las únicas palabras que salieron de su boca, después de dos largos minutos de tormento.
—Eso es lo que me pasa, ¿Ya estás contento ahora que lo sabes? —lo miré a los ojos, él se mantenía callado por otros segundos más.
Los segundos más incómodos de mi vida.
Sin decir nada, se fue, dejándome con el corazón en los labios.
La famosa frase: "Los mejores amigos no pueden ser algo más", nunca tuvo tanto sentido en mi vida como ese momento.
Supongo que esto no sería una excepción, solo me había ilusionado.
Lloré hecha un ovillo en mi cama, hasta que me quedé dormida.
¿Escucharon eso?
Fue el corazón de la T/n romperse.T/n be like: ¡En mi propia casa Pablo Lorenzo! (Je je)
#SOSColombia.
ESTÁS LEYENDO
AMOR NO CORRESPONDIDO (Edición) ~TÚ Y JEAN.
Fanfiction¿Te cuento un secreto? Aunque creo que es demasiado evidente, pero de todas formas te lo diré. Hay una chica, sí ella. T/n Hernández, ella está enamorada de su mejor amigo. ¿Quieres saber quién es él? Es nada menos que Jean Carlo León. Sin embargo...