EXTRA. (56)

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NARRA T/N:

"¿Te acuerdas de este lugar? —preguntó Jean, subiendo las escaleras de madera atrás de mi.

Aquella casa del árbol tenía muchos recuerdos con nosotros dos.

Por supuesto. —respondí, acomodándome cuando entré en ella. Ya había crecido y no cabía del todo bien la casita.

Jean se subió a mi lado.

Te amo. —soltó, una vez estuvo a mi lado.

Sentí mis mejillas arder, anteriormente me lo había dicho, pero siempre tenía el mismo efecto.

Te amo, Jean. —devolví.

Él sonrió, para hablar:
T/n, quiero preguntarte algo... —no pudo terminar.

El sonido de algo crugir sonó tal fuerte que solo podía significar una cosa.

Tenemos que salir. —indicó, ayudándome a salir.

Sabía que no era buena idea subirnos. Tanto peso no resistiría las ramas de un viejo árbol.

Sin esperar otra cosa, salté después de Jean, no tuvimos tiempo de bajar debidamente las débiles escaleras. Jean cayó en el césped y yo encima de él.

¡Auch! —exclamó, cuando sintió el impacto de mi cuerpo con el suyo.

Perdón. —emití, quitándome de encima.

Me acosté a su lado.

Esta cita debió ser especial y terminó mal, siempre es así. —se quejó.

¡Ey! Por lo menos estamos vivos y no debajo de una rama de árbol. —dije, tratando de ser positiva. —Vamos, dime tu pregunta.

Hoy te pediría ser mi novia. —declaró. —Pero salió mal.

No todo salió mal —él volteó a verme—, luego de esto, puedes presumir que T/n es tu novia.

Él me miró entre sorprendido y feliz.

¿En serio? —yo asentí. "

Recordé eso con una gran sonrisa, salí de mis pensamientos para estar al tanto de los avances.

—¿Cómo me veo? —pregunté, demasiado nerviosa.

La ansiedad me mataba por dentro. Nadie me contestó, aumentando los nervios.

—¡Oye! —exclamé, haciendo un puchero.

—¡No te muevas o lo arruinaras! —demandó Darían, retocando el maquillaje de los labios y las sombras de ojos.

—Solo quiero saber cómo me veo. —repliqué, tratando de ladear el rostro para verme en el espejo.

Sentí el tirón de un mechón de cabello, Amaranta me estaba peinando y me obligaba a estar en la misma posición, aunque ya me doliera el cuello.

—Te ves hermosa, nosotras somos las encargadas de arreglarte es obvio que el resultado será maravilloso. —habló la pelinegra de baja estatura.

—Eso no responde mi pregunta. —objeté.

Darían suspiró y, tan pronto como terminó de maquillarme, me entregó un pequeño espejo de bolsillo.

—Mira tú cómo ves. —dijo, yo empecé a admirar el maquillaje.

AMOR NO CORRESPONDIDO (Edición) ~TÚ Y JEAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora