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Mini maratón.

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Toqué con la punta de mi dedo el pequeño botón a un lado de la puerta de aquel hogar, generando un melódico sonido.

Traté de mirarme presentable, acomodando aún mi cabello húmedo después de tomar una ducha cuando llegué a casa y en la espera de que alguna de las Kim termine quitando los pequeños trozos de piel muerta de mis labios.

Cuando mi dedo se dirigió de nuevo al timbre la puerta de color caoba se abrió. Mi entrecejo se frunció al observar a un exuberante pelirrojo sosteniéndola.

¿Qué hace Nakamoto Yuta en la casa de Minhee?

— ¡Jungwoo, hay una niña aquí!— gruñí al escuchar cómo me llamó, pocos segundos después el tierno hermano de mi mejor amiga asomó su cabeza por detrás del hombro del japonés.

— ¡Seokjoon!— Jungwoo quitó bruscamente al pelirrojo, llegó al frente de mí y sus brazos rodearon mi cuerpo. Cómodamente correspondí a aquello.

Hasta que recordé las palabras de su hermana y poco a poco la incomodidad se mostró en mi sistema, separándome de él sin ser brusca.

— Pasa, las niñas salieron por golosinas y frituras. — habló dejándome pasar, dirigiendo nuestros cuerpos hasta la sala de estar donde otros chicos jugaban videojuegos. — puedes esperar aquí o subir a su cuarto, recuerda que estás en tu casa.

Asentí a las palabras del pelinegro, saludando con una pequeña reverencia a los demás jóvenes cuando notaron mi presencia.

No tarde mucho en llegar a la habitación de las Kim a dejar mi bolso sobre la alfombra de color morado que adornaba su piso.

Tomé mi celular y me percaté del mensaje en la bandeja de entrada, sacando una sonrisa donde mostré mis dientes.

Nana

Espero que tengas una

linda noche.

Descansa, linda Joonie <3

20:10 √√

Decidí bajar dejando el aparato sobre la cama de Minha, a mitad de mi camino hacia la sala logré escuchar las quejas y el festejo de varios en la habitación.

Cuando llegué al final del pasillo Jungwoo me sonrió e indicó que me sentara a un lado de él, acepte caminando hasta su lugar quedando en medio de él y otro chico de cabello negro con algunas mechas azules.

— Chicos, ella es la hermana que nos robaron cuando nació. Kim Seokjoon— golpeé a Jungwoo en el brazo cuando terminó de hablar, sin embargo su comentario sacó varias risas de sus compañeros.

— Joonie, ellos son Taeyong,— apuntó al chico a un lado de mi, a quien le sonreí y correspondió — Johnny, — señaló a un chico alto que se encontraba sentado en el piso con su espalda recargada en el sofá, saludó con su cabeza sin quitar la mirada del televisor, puesto que se encontraba jugando. — Seguro recuerdas a Doyoung — asentí recordando a el primo de mi amiga, quién siempre se quejaba de lo revoltosas que podríamos llegar a ser. — y no creo que ocupe presentarte a Yuta.

Mis ojos se abrieron de más mientras que el pelinegro a lado evitaba soltar su carcajada

— ¿Por qué no? — preguntó el pelirrojo mientras comía las frituras que tenían.

— Seokjoon una vez nos contó que tenía cierta admiración por ti, cuando jugabas fútbol — Minha habló cuando entró a su hogar, dejando sus zapatos junto a los demás y cargando un par de bolsas en cada mano.

Dios, ilumíname en este momento, por favor.

Yuta sonrió y me guiñó el ojo, Jungwoo a mi lado soltó un 'ni lo pienses, es una de mis niñas' y fue el momento de huir de ahí, ayudando a las hermanas con las cosas que cargaban.

— Además, Joonie ya tiene galán — esta vez fue Minhee quien habló, deteniendo la pelea infantil de su hermano con el japonés.

Y antes que el pálido Jungwoo me llenara de preguntas la menor de las Kim nos jaló hasta su habitación.

— ¡Acaso estás loca!— grité golpeando a la menor de las tres, escuchando como Minhee reía.

— Algún día lo tenía que saber, da gracias que no comenté tu forma de admiración — resignada, me tiré sobre las sabanas lilas de la hermana de mi amiga, tapando mi cara escondiendo mí sonrojo.

— Respeta, mocosa—, Minha se quejó del apodo que le brindó su hermana, tomando las cosas de las bolsas para repartirlos— Necesitas contarme todo con detalle— las dos hermanas sonrieron, acercándose y sentándose cerca de mí, estando las tres en la alfombra de la habitación.

— Puedes iniciar por el beso— agregó Minha mientras comía una de las frituras. Soltó una maldición al ganarse un golpe en la parte trasera de su cabeza, siendo Minhee la culpable.


Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)

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Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)

Editado: 22/02/2022

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