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Mis pies empezaban a doler puesto que los zapatos con tacón no eran demasiado cómodos, pero eran los mejores a la vista de papá. No era mucha la altura pero aun así me lastimaba.

Mamá tenía a Minhyuck abrazando sus piernas, llorando en silencio y sin despegar la mirada de la foto de la señora Kim. Era una imagen vieja donde se podía contemplar mejor el color de su rostro y su bonita sonrisa, una sonrisa igual que la de mi hermano.

El lugar donde estaba siendo despedida se llenaba un poco por los compañeros de mamá; enfermeros y enfermeras, uno que otro doctor.

— ¿Jaemin vendrá? — papá susurró en mi oído, captando mi atención.

— Si, no tarda en llegar. — deseaba que así fuera, después de la confrontación que tuve con él le mande la dirección y la hora. No recibí respuesta por su parte.

Me disculpé con los presentes antes de ir al baño, necesitaba urgentemente lavar mi cara con algo de agua. Mis ojos ardían por haber estado llorando y la culpa se posaba en mi pecho por el motivo de mi llanto.

Sentí pasos tras de mí, no dije nada al mirar como mamá me seguía. Esperé a que ella llegara a donde estaba, así iríamos las dos juntas.

Su mirada sobre mí me calaba, como si supiera alguna maldad que cometí y estuviera a punto de recibir un gran castigo por eso. No lo ignore, simplemente esperé.

— ¿No nos tienes confianza? — su mirada oscura se conectó con la mía con ayuda del gran espejo frente a nosotras, mi ceño se arrugó ante sus palabras.

— Por supuesto que sí. — defendí, volteando mi cuerpo para mirarla directamente.

— Entonces, ¿Por qué no nos dijiste que Jaemin tenía novia? — negué, con la fea sensación de incredulidad. No la buena forma, como cuando no puedes creer que conocerás a tu artista favorito, sino esa incomodidad de que no aceptas que alguien de gran importancia dude de ti. Mi boca se abrió para decirle la realidad, pero ella interrumpió. — Además, ¿Cómo pudiste ser capaz de intentar golpearla?

Estática, congelada o cualquier sinónimo que describa donde no podía moverme a causa de las palabras que escupió mi madre. El tono despectivo que soltó, como si no me conociera quebró más mi corazón hecho añicos.

— ¿De dónde sacas eso? — pregunté, recargando el peso de mi cuerpo en el lavamanos. Mis brazos quedaron en mi pecho, queriendo encontrar un poco de calor.

— Ayer, antes de que Sungmin muriera, llegaron dos chicas de tu escuela, una de ellas alegaba que su amiga había sido agredida por mi hija, ¿Puedes creerlo? La imagen de la hija perfecta que tenía de ti se fue al caño, Seokjoon — sus lágrimas caían sobre sus mejillas, haciéndolas lucir más rosadas en su pálida piel. Las mías empezaron no mucho después, ver a mi madre llorar es lo peor del mundo.

— Puedo explicarlo, por favor mamá.

— Seokjoon, ¿Sabes que es lo peor? Que no te importó que la chica pudiera demandar. Da gracias que la familia Kanag no hizo ningún proceso legal y solo lo dejó como un juego de niños — asentí sumisamente ante su regaño, bajando la mirada al no poder sostener la suya. — Tu padre aún no lo sabe. Esperemos que nuestra reputación no caiga por tu culpa.

— Se Choi Minyeon sin miedo mamá, antes de vacaciones Seokjoon solo será un amargo recuerdo para sus vidas.

La dejé ahí, llorando ante todo lo vivido. No regresé cuando gritó mi nombre y tampoco me giré a contestarle, simplemente quería huir de mis problemas, huir y fingir que mi vida no se volvió un lío en menos de medio año.

— ¿A dónde vas, hija? — papá preguntó, bajando a Minhyuck de sus brazos.

— Necesitó aire papá, vuelvo después.

Mis pies se movieron a la salida, sin embargo el dulce y pequeño agarre me detuvo antes de llegar a la salida — Hermana, ¿Me prometes que tú no me dejarás? — Minhyuck sollozó, mostrando un poco sus dientes de conejo.

¿Cómo podría explicarle al pequeño que ese es mi plan principal? los dejaría a todos.

— Perdón, bebé. Perdóname por no ser lo suficiente valiente para poder quedarme. — fue un susurro que solo escuchamos los dos, sus ojos brillaron a causa de la decepción.

Solté su agarre levemente y retomé mi camino, topándome en la entrada a quien me resigne de no mirar ese día ahí, junto a su familia.

Los señores Na me saludaron con una reverencia y Minjae me abrazó un poco las piernas al no tener tanta altura.

Jaemin estuvo a punto de pasar por mi lado hasta que tomé su mano y lo detuve.

— Solo por esta noche, te pido que estés a mi lado.


Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)

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Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)

Editado: 22/02/2022

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