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Jaemin

— ¡Por favor! Solo será unas horas, me prometiste que me vas acompañar— Byulmi mostró un pequeño puchero con sus labios, haciéndome sonreír por aquel lindo acto.

Jeno caminaba a nuestro lado, ignorando pero a la vez prestando atención a las conversaciones que tenía con la chica.

—Además no tienes nada que hacer, los entrenamientos acabaron la semana pasada y hoy no tienes club—, en algún momento la mano de Byulmi acabó tomando la mía, sintiéndome idiota por las pequeñas acciones que la chica hacía.

— ¿Estás seguro que no tienes nada planeado para hoy?— la voz de Jeno nos hizo voltear, sintiendo un ligero apretón en mi mano izquierda. No presté atención a aquella acción y asentí en respuesta a mi amigo, quien se limitó a rodar los ojos y negar con su cabeza.

—Bien, te espero en la salida. Adiós, Jeno— Byulmi se despidió de nosotros cuando el sonido del timbre llegó a nuestros oídos.

Los dos nos despedimos con nuestra mano, mirándola perderse entre la multitud del pasillo.

— ¿Enserio no tienes planes hoy?— insistió Jeno.

—No. Además, si los tuviera no iba a desaprovechar la oportunidad de tener una cita con Byul.

—Ni siquiera es una cita.

— Shh... ¡Calla!

(...)

Jeno insistió en todas las clases sobre el mismo tema; los planes que tenía esta tarde. Aun así no recordaba nada importante, mamá no me pidió pasar a Minjae a su guardería y tendría la reunión con papá la otra semana.

Me hacía sentir desesperado, teniendo en cuenta que él sabe algo que yo no o que simplemente olvidé.

La hora de salida llegó, y como dijo Byulmi se encontraba esperándome en los maceteros de la entrada, jugando con el llavero que le regalé hace unos meses.

— ¿Nos vamos? — pregunté ofreciendo mi mano, ella asintió tomándola y jalando de mí hacia el dichoso nuevo local del centro.

El resto de la tarde fue bueno, si bien el día de ayer quedamos en olvidar mi precipitada declaración ahora nos comportamos como si eso nunca hubiera pasado, y le agradecía que nuestra amistad no acabó.

Llegamos al frente de su casa, que quedaba de pasada a la mía.

—Gracias por acompañarme, Jaemin— Byul no me dio tiempo de contestar, sus labios chocaron con mi mejilla y salió corriendo hasta la entrada de su casa, chocando con la puerta al no encontrarla abierta.

Reí, un tanto nervioso por la acción de mi amiga y por la escena tan cómica que me brindó, volteó nuevamente con sus mejillas coloradas y se despidió con su mano.

Retomé mi camino, tocando mi mejilla pensando en por qué lo ha hecho.

Al llegar a casa me encontré con el auto de una de las amigas de mamá, maldiciendo y controlando el sonrojo que ocasionó Byulmi.

No me libré de saludar a las visitas, tampoco de subir a mi cuarto porque mamá me obligó a quedarme el resto de la reunión con ellas, solo prestaba atención cuando nombraban algo relacionado con el fútbol o la escuela.

—Me tengo que ir, linda— agradecí al señor todopoderoso, pensaba que la señora se quedaría hasta más tarde— Tengo que pasar por mi niño con sus abuelos.

—Ve con cuidado, salúdame a tus padres y dale muchos besitos de mi parte al pequeño Seokjoonie.

Reí por el comentario de mamá, siempre siendo cariñosa con todos menos con sus propios hijos.

Me despedí de la mujer y subí por fin a la habitación, tirándome a la cama descansando de la caminata de la tarde.

—Seokjoon, qué nombre tan común— murmuró mirando las estrellas que Minjae pegó en el techo.

"Seokjoon, SeokJoon, Seokjoon... "

— ¡Carajo!...


Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)

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Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)

Editado: 22/02/2022

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