Todos han escuchado acerca del amor entre amigos; el típico cliché donde dos mejores amigos caen ante las garras del amor. Tampoco puede faltar el "reemplazo" al no recibir la respuesta esperada por alguno de los dos. Sin embargo, ¿alguna vez nos he...
Tomé la mano de Minhee con más fuerza de la normal, jalando de su cuerpo para empezar a caminar más rápido.
Había pasado una semana desde que Jaemin me había dejado plantada, una semana que lo he evitado a toda costa.
Ahora solo trataba de huir con Minhee a mi lado y Jaemin gritando mi nombre a unos metros detrás de nosotras.
Una figura se posó delante de nosotras obstruyendo nuestro camino. Suspiré mirando al chico, quien nos sonreía con burla.
— ¿Sabes que es de mala educación ignorar a las personas, Jonnie?—, reí sin gracia al escuchar las palabras de Jeno, entrando poco a poco en pánico al notar que mi objetivo a evitar se acercaba cada vez más.
Pasé mi vista de Jeno a Minhee, y de Minhee a Jaemin. Así repetidamente.
Solté un pequeño 'lo siento' antes de tirar a mi amiga a los brazos de Jeno, aprovechando la distracción para retomar mi escape.
Creí que mi objetivo había sido completado con éxito, sonriendo al pensar que perdí al castaño y podría estar el resto de la semana aun huyendo de él.
Dejé de correr tratando de regularizar mi respiración, recargando mi espalda en la pared a un lado de los clubes.
Mi teléfono sonó, siendo Haechan avisando que el profesor de literatura faltó, dejando las dos últimas horas restantes libres.
Al momento de guardar mi teléfono una mano extraña tomó la mía, adentrándonos en el salón.
— ¡¿Cómo es que con sus cortas piernas puedas moverte tan rápido?!
Pánico, entré en pánico al mirar al castaño delante de mí, con sus manos en sus rodillas tratando de calmar su respiración.
—Yo...
Él aún seguía en aquella posición, quise aprovechar esa ventaja al tomar el pomo de la puerta y salir.
Sin embargo, Jaemin empujó mi cuerpo contra la puerta, cerrándola de nuevo al cargar mi peso en ella.
—Sé que fui un idiota al no asistir a nuestra cita—, la manera en que estamos logra que nos miremos cara a cara, manteniendo una distancia considerable. — Me disculpo por mi falta de responsabilidad. — Jaemin se distanció e hizo una perfecta reverencia de noventa grados.
—No es necesario esto— hable por primera vez con sentido, tomando los hombros del chico para que se parara derecho. — ¿Tienes clases?, necesito hablar contigo.
Él negó, mirando su celular y siguiendo mi caminar hasta los bancos a un lado del gran ventanal.
—De nuevo lo siento, Seokjoon— negué y me senté en el último banco, él lo hizo en el de al lado, mostrando una sonrisa que me transmitió un sentimiento extraño.
Ignoré aquello y preferí seguir con mi plan inicial; que el chico olvide sus sentimientos por su amiga.
—Sabes, siempre he sido directa. Me gustas — en ningún momento quité mi vista de él, sonreí cuando miré que bajó su cabeza avergonzado. — aunque creo que es lo obvio al pedirte una cita, ¿no?
—Yo...
—Pero sé que no compartimos los mismos sentimientos— corté la futura oración a salir de sus labios quitando mi cabello de mi rostro y mojando mis labios. Fue ahí cuando una loca idea pasó por mi cabeza. —¿Algún día tendré una oportunidad?
Me levanté del duro asiento llegando hasta el frente de él, quedando unos centímetros más alta al estar Jaemin sentado.
Y siguiendo la futura estupidez que seguro fue idea de la neurona compartida con Minhee y Haechan acerque mi rostro al suyo.
Poco a poco fui bajando mi cabeza, mirando de cerca como el chico en ningún momento se alejó o cortó nuestro contacto visual. Y mientras más me acercaba la valentía se escapaba con fuerza de mi sistema hasta el punto de parar. Sus ojos se cerraron, y podía sentir su respiración tibia en mi rostro.
A la mierda, yo sí tendría una historia buena para contarles a mis nietos.
Mis manos viajaron hasta sus mejillas y eliminé la poca distancia restante, juntando nuestros labios.
Quise reír al mirarme en aquella situación, pensando en que momento me convertí en alguien con coraje.
A los pocos segundos sus manos llegaron a mi cintura, haciendo que un pequeño temblor recorriera todo mi cuerpo.
Me sorprendí en el momento que se paró y guió mis manos hasta su nuca, recargando nuestros cuerpos contra la mesa de los bancos en la otra fila.
Aunque no fueron más de un par de minutos o menos, sentí que fue una eternidad.
—Contestando a tu pregunta— habló cuando todo acabó, tomando su mochila y caminando hacia la salida y deteniendo su caminar al llegar a la salida— Lo tendré en cuenta. Mañana te esperaré a la salida— Solté un pequeño grito cuando cerró la puerta tras salir del lugar.
Tomé mis cosas dispuesta a buscar a mis amigos y contar todo lo sucedido,
Imaginando diferentes escenarios para tratar de explicarme sobre lo que pasará mañana.
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Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)
