El espejo de mi pared reflejaba lo patética que lucía, con restos de rímel bajo mis ojos y mi cabello recién lavado.
La ropa estaba tirada en el rincón más profundo de mi habitación y los constantes llamados de mamá hacían que quisiera arrancarme la cabeza con mis propias manos.
Se supone que Minhee vendría después de la salida con Jaemin pero no le dije que había regresado a casa, aunque no se notara sabía muy bien que a mi amiga no le gustaba que Na se hubiera adentrado en mi corazón. Haechan me apoyó al inicio pero de un tiempo para acá su humor cambiaba al nombrar a Jaemin.
Si les dijera que la salida fue un fracaso tendría a los dos hablando pestes de él y no quería que eso pasara.
Dejé de darle más vueltas al asunto y aún sin desenredar mi cabello me tiré a la cama, tapando mis piernas con el edredón de Got7 qué papá me regaló hace tres años.
La playlist de YouTube sobre desamor fue detenida cuando una mujer con helado entró a mi habitación, fijando al principio su mirada en la ropa que había utilizado más temprano.
— ¿Algo que le tengas que contar a mamá? — preguntó una vez sentada en la orilla de la cama y a mi lado. Con mi cabeza digo que no, tratando de que no mirara la pantalla del portátil.
— Nada importante, solo un mal día.
Ella suspiro, destapando el envase y llevándose a su boca una cucharada de lo que parecía ser napolitano. Mi ceño se frunció al sentir un poco de asco.
— Sabes, sé que no he sido la mejor mamá del mundo, pero puedes confiar en mí — habló regalándome una pequeña sonrisa acompañada de su ofrecimiento. Negué cuando la cucharada viajó hacia mi boca. — Que tonta, no recordé que odias éste helado.
Mamá dejó el helado en la pequeña mesa de al lado de la cama, quitándome un poco de lugar para quedar acostada sobre las cobijas a mi lado, sus manos acariciando levemente mis cabellos.
Acomodé mi cabeza en su pecho, dejándome llevar por el cariñoso toque de mi progenitora, cerrando los ojos y tratando de evitar que las lágrimas se acumulen en mis cuencas.
— ¿Es por un chico? — asentí, mirando algún punto fijo en la habitación, escuchando el suspiro pesado de mamá.
Despegué mi cabeza cuando ella puso a reproducir la playlist, dejando salir las melodías del aparato y empezando de nuevo a jugar con el cabello.
— Cuando eres joven piensas que todo lo puedes lograr, pero somos inmaduros y tontos. Fingimos sentimientos que no tenemos y nos conformamos con lo poco que nos dan — empezó a relatar, hablando un poco más bajo de lo normal — antes de conocer a tu padre, salí con otro chico. Juraba que era el amor de mi vida pero no terminó bien. Agradezco que haya sido parte de mi vida, pero siempre llega alguien mejor; quien te hace sentir segura con él y contigo misma. No sé qué ha pasado entre ustedes dos, pero no vale la pena que llores por él, bebé.
Sobra decir que ya estaba llorando, no me puso sentimental lo que sucedió con Jaemin, sino que mamá tenía pesadas horas en el hospital y aun así seguía pendiente de lo que pasaba conmigo.
Además que las canciones tristes de 5 Seconds Of Summer no ayudan mucho.
— ¿Recuerdas que de pequeña te decía que eras la mamá maravilla? — ella asintió, sonriendo levemente y limpiando las gotas saladas. — sin duda lo eres.
— Me harás llorar, niña recogida de la basura — me quejé de su apodo, logrando que riera. — Si tuvieras un hermano apuesto que lo llamarías así. — habló, haciendo que evitara su mirada y riera junto a ella.
— Lo bueno es que no lo tengo.
— Bueno, sobre eso...
Me separe instantáneamente de ella llevando mis manos a mi boca, soltando un jadeo de sorpresa. — ¿Es-estas...?
— ¡No! — Gritó, tomando mi cuerpo y regresando a la posición anterior — Lo hablaremos en la cena, ponte bonita y esperemos a que papá llegue.
Asentí, estando aturdida y confundida por las palabras de la mujer que me juraba que mi papá era Choi Siwon cuando era pequeña.
****
Papá preguntaba sobre la semana de mamá, entusiasmado sobre a cuantas personas podía ayudar y que tan cansada se sentía, mi madre respondía gustosa a sus preguntas y mi mirada impasible no dejaba de seguirla.
El ramen en mi plato estaba lleno, jugaba con los palillos y fingía poner atención acerca del nuevo bufete de abogados donde trabajaría el próximo año papá.
— Jungbin, Seokjoon... Les tengo algo importante que decirles — papá bajó los palillos y miró con preocupación a mamá, siendo notorio el genuino amor que le tenía.
"Así que a eso se refiere" pensé, recordando las palabras de la mujer que me dio la vida.
— Hace unas semanas una mujer llegó al hospital, — relató, bajando levemente la mirada y suspirando fuerte. — se le diagnosticó leucemia demasiado avanzada, tiene pocos meses de vida y me pidió un favor. Por favor, sean comprensivos y espero que me entiendan.
Papá tomó su mano sobre la mesa, apoyando en silencio a mamá — Estamos contigo, Minyeon. — asentí de acuerdo a las palabras de papá, tomando la otra mano de mamá.
— Ella es madre soltera de un niño de cinco años, sin ningún familiar quien se encargue de su pequeño y estando aún viva puede darnos su tutela. — sus bonitos ojos se cristalizaron, haciendo que papá se levantara y llegará a su lado. Abrazándola una vez que llegó. — Joonie, cuando eras pequeña me pediste un hermanito y pensé que sería correcto aceptar... Perdón por no hablarlo antes.
Ayudé a papá a consolar a mamá aunque mis ojos también estaban empapados, abrazándonos entre los tres y dando palabras de aliento hacia la mujer.
— Está bien cariño, démosle una nueva familia a ese pequeño — papá sonrió, besando mi cabeza y después posó sus labios en los de mamá.
Los dos me miraron, esperando mi respuesta — Trataré de ser la mejor hermana del mundo, pero no le dejaré juntarse con los hijos de la vecina, esos niños son el diablo en persona. — mamá rio, limpiando sus mocos con la manga del suéter de su esposo, haciéndonos reír.
La puerta sonó, y los dos pares de miradas cayeron sobre el único hombre quien quejándose fue a abrirla.
— ¡Seokjoon, te buscan!
Miré a mamá, quien se limpió sus últimas lágrimas y se encogió de hombros.
Quitando las lágrimas con un pedazo de papel camine en dirección de papá.
— Pido perdón— habló una vez que remplace a mi padre en la puerta. — Soy un idiota, pero tengo algo que decirte, algo importante.
Asentí, mirando como Na Jaemin se encontraba en la entrada de mi casa con una maceta que contenían preciosos tulipanes en ella.
Choi Seokjoon, tú también eres una idiota.
Este capítulo fue editado para una mejor y satisfactoria lectura (no se cambió la trama, solo se corrigieron las oraciones sin sentido y la ortografía)
Editado: 22/02/2022
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New Story → Na Jaemin |Completa✓|
FanficTodos han escuchado acerca del amor entre amigos; el típico cliché donde dos mejores amigos caen ante las garras del amor. Tampoco puede faltar el "reemplazo" al no recibir la respuesta esperada por alguno de los dos. Sin embargo, ¿alguna vez nos he...