King Complex | SeongSang

[♛] Capítulo 21

❝ party time ❞

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Los clubes no eran lo suyo. ¿A quién trataba de engañar? Incluso el barman pudo notarlo.

Se encontraba con JongHo en la barra, hablando y riéndose tanto que por un instante creyó olvidar donde estaban, más la música estruendosa, el bullicio y el barman atendiendo a algunos ebrios le hizo aterrizar pronto, dándose cuenta de que no podía ignorar por completo todo y dejarse llevar en esta exagerada fiesta con gente pretenciosa.

Era casi medianoche, no había sido una noche tan mala ni tampoco tan buena. Pero deseaba que pronto acabara y pudiera regresar a la comodidad de su casa. Lo suyo eran reuniones tranquilas, no esta clase de festejo exagerado.

—Hyung, podemos irnos si quieres —menciona el pelirrojo y YeoSang niega rotundamente.

—Primero, te he dicho que no me digas hyung. Segundo, no nos iremos porque tú realmente quieres estar aquí. Y tercero, no es tan malo... —esboza una sonrisa muy mala, casi lucía como una mueca.

—Pero no te estás divirtiendo.

—La estoy pasando bien... Es sólo que aún es raro. No soy de salir a fiestas —contesta dando un sorbo de su refresco.

—Lo sé pe... —es interrumpido.

Una conocida pelinegra junto a una pelinaranja de ojos redondos se acercan con sonrisas entusiastas y es más que obvio para YeoSang que el par de chicas se dirigen a JongHo. En especial, la pelinegra de sonrisa adorable y rubor en sus mejillas que parece estar nerviosa y que su amiga pelinaranja está ahí sólo para darle apoyo moral.

Eso le recuerda cuando WooYoung tenía miedo de acercarse a San y Kang tuvo que ir con él para que pudieran conocerse. Terminó siendo como siempre la tercera rueda con el par. Lo valía si los veía felices juntos.

—Que bueno que vinieras, JongHo-ssi —Minnie habla, sonriendo encantada cuando los ojos del pelirrojo estaban puestos en ella.

—No me perdería esta fiesta.

—¿Te gustaría ir a bailar? —propone la tailandesa, batiendo sus pestañas con coquetería y JongHo se ruborizó.

—Pues, yo-

—¡Él irá! —se apresura a decir YeoSang.

—¡Siii~! —celebró Minnie, tomando la mano de JongHo y halando de él para que se pusiera de pie.

Choi de inmediato entró en pánico y se rehusó un poco a levantarse de su silla. Acaba cediendo debido a un murmullo de parte del ojiazul diciendo un “esta bien” para que pudiera irse con libertad y seguridad con la pelinegra, tal vez el resto de la noche.

YeoSang no se desanimó por eso, le hizo sentir bien saber que por lo menos alguien si se divertiría esta noche. Soltó un suave suspiro y pidió otro refresco, se iría dentro de unos minutos, de todos modos no estaba apresurado por irse corriendo.

—Hola, YeoSang. Que placer verte... ¿Qué haces aquí? —esa voz rasposa y grave que creyó nunca volvería a escuchar, lo hicieron tener escalofríos.

«¿Qué hacía él aquí?» pensó incómodo.

—Oh, hola —el mayor se sentó en el puesto que antes ocupaba JongHo y le sonrió de esa manera que acostumbraba: hermosamente malicioso—. Sólo vine un rato... —contesta con sus sentidos alertas.

—Ya veo... ¿Y tus padres? —pregunta, paseando sus ojos oscuros y rasgados por el rostro atractivo del ojiazul sin disimulo.

YeoSang iba a vomitar en cualquier momento, ese socio de sus padres siempre le causaba la misma sensación enfermiza cuando lo veía. Le provoca unas gigantescas ganas de vaciar su estómago revuelto ya que le hacía sentir como si quisiera devorarlo entre sus garras.