Lo último que quería Rebeka era ir a una fiesta de alberca, se sentía de pésimo humor después de haberse acostado con Mario.
A ver, que el chaval se había clavado, y ahora no dejaba de enviarle mensajes para que se vieran de nuevo, y ella solo tenía ganas de romperle la nariz.
Pero había sido una idiota, tanto criticaba el poco ingenio de su novio al acostarse con uno de sus socios y ella fue e hizo exactamente lo mismo, se acostó con su socio. Su jodido socio mayoritario, que iba a ver por mínimo otros dos años y al que no quería ni podía romperle la cara. Y ni siquiera fue un sexo alucinante.
Pero aquí estaba, que iba a ir a la puta fiestita de Guzmán, por qué podía ponerle un pretexto a Ander para quedarse, pero no lo había aceptado. No claro que no, si necesitaba a su accesorio favorito a su lado. Esa es otra cosa de la que se percató fácilmente, cada vez sentía más autodesprecio y se infravalorada más, sabía que eso era peligroso, puesto que cuando estaba en esas condiciones era capaz de hacer muchas tonterías, pero la ansiedad es un agujero negro, que te jala con mucha fuerza y ahí la tenían, mirándose al espejo de nuevo. No sabía si llevarse un traje completo o un bikini.
Para haber sido madre hace más de 4 años estaba perfecta. Siempre había amado el ejercicio y era de buena genética, tenía un poco de estrías, pero nada súper notable, con maquillaje y ya quedaba, así que bueno, decidió llevarse un bikini rojo, pero cubrirlo con un vestido de playa por encima, que no iba a meterse a nadar, pero por si las dudas.
No estaba nada animada, al contrario, poco a poco estaba de mal humor, pero la ventaja de todo esto es que sus suegros se habían llevado a su hija a Berlín, entonces eso significaba que se podía emborrachar hasta perderse, y ese era su único plan del día.
Al llegar se encontraban sus ex compañeros de las Encinas, menos Caye, la habian invitado, pero ella si se pudo librar de estar en esta puta fiesta. Guzmán estaba en bañador recibiendo a todos, era su cumpleaños y de verdad que despues de lo que había pasado en aquella gala Rebeka no tenía ganas de verlo, y no entendía como su novio la había obligado a venir si había dejado clarísimo que no le quería cerca de él.
- Feliz cumpleaños- se acercó éste a su mejor amigo y le dio el regalo que habían comprado
- Gracias hermano, que gustazo, otro año más - tenía el rubio su sonrisa característica.
- Joder. Pero que tú como el vino, cada año te pones más bueno - Rebeka también lo abrazó, y soltó un comentario ingenioso solo para molestar a Ander, que no era su puto reloj para que la trajera a dónde no quería venir.
Guzmán solo se rió a carcajadas y le dio un abrazo cariñoso, y Ander trató de dejar sus celos de lado, por qué no tenía que dudar de ninguno de los dos, ambos le habían prometido que no se iban a enrollar, y Rebeka andaba de un pésimo humor, así que sabía que todo era para molestarlo.
Estuvieron un rato comiendo y conviviendo bien, el rizado se había puesto un bañador y se había metido a nadar ya. Por otra parte la ojiazul solo estaba malhumorada, no le gustaba entrar a la alberca, y hacia mucho calor, así que optó solo por beber, no quería beber tan rápido así que disfruto lentamente del sabor de la cerveza fría, ignoró la fiesta, si no estaba con Cayetana procuraba ignorar a los demás.
Estaba con su cuarta cerveza cuando vio algo que llamó su atención. Una chica y un chico llegaron, claramente no eran de España, ella era de estatura media, con cabello negro y traía un bikini bonito
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Siempre en mi mente
Tiểu Thuyết ChungNovela inspirada en los personajes de Élite. Parte de sus historias de la serie, pero adaptadas a un universo alterno