Ser fuerte

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Rebeka se sentía desesperada. Hacía una hora que su hija no dejaba de llorar desconsoladamente. No sabía que hacer, se sentía perdida y como la peor madre del mundo, qué clase de madre no podía ni ayudar a su hija con su malestar?

- Ya no llores pequeña, pronto va a pasar - le dijo tiernamente, pero era imposible que una niña de 6 meses entendiera de razones. Ella lloraba por qué se sentía incómoda, y era su única manera de transmitirlo.

Rebeka sentía que se moría con llanto tan desgarrador, y lo peor es que era su culpa. Había ido a la revisión de rutina hace unos días, y en el hospital se encontraba un chaval con varicela. Estaba tan mono que ella no dudo en brindarle una sonrisa y el niño se acercó demasiado a ellas, en ese momento no se le ocurrió que podía contagiar a su hija, por qué era una madre primeriza, hay cosas que se le pasan y que no se te ocurren hasta que pasan.

Días después la niña había estado insoportable, y después de llevarla al médico lo comprobó: tenía varicela. La nueva madre se sentía fatal, cómo podía darle una enfermedad tan molesta a una niña tan pequeña? Ni siquiera iba a poder indicarle si algo le dolía, si se sentía fatal.

El médico les dio un medicamento para la comezón, pero eso fue todo, y realmente parecía no estar ayudando ese día. La niña estaba desesperada intentando rascarse las ronchas que tenía por todo el cuerpo.

Sinceramente ella no sabía que hacer, jamás en su vida había tratado con niños, no tenía familia, solo habían sido su madre y ella. El recuerdo de su madre llenó su mente y entonces sí soltó un sollozo ahogado. Estaba sola sin ella.

Dejo a Leonora en su cuna al sentirse completamente inútil, ni siquiera podía respirar del llanto que la estaba llenando, se sentía el ser más vil por no poder ayudar a su hija. Su pequeña era todo, y no podía ni siquiera dejar de llorar por la desesperación.

- Rebeka? - Antonio venía entrando a la casa, había ido a la farmacia a comprar su medicamento que hacía disminuir la comezón - Dios, qué pasa? Está Leonora bien?- el abuelo angustiado se dirigió a su nieta, Rebeka se había dado cuenta en poco tiempo, que su niña tenía a su abuelo a su entera disposición, que era de suma importancia para él, y eso la hacía feliz.

Pero también se había dado cuenta de lo ajeno que era Antonio en materia de cuidado de niños, se notaba que la encargada de eso en la vida de Ander siempre había sido Azucena. Y que el mayor se estuviera esforzando sin límites por aprender por ella era algo valiosísimo, por qué significaba que amaba a su niña, con todo su ser.

- Si, es solo que no para de llorar, y no sé que hacer - Lloró con ella. - Soy la peor mamá del mundo -

- Tranquila hija, no pienses en esas cosas - le acarició el cabello con ternura.

- Es que escuchala, ni siquiera ha probado bocado por qué es insoportable la comezón.

- Mira, respira, concéntrate en otra cosa, mientras yo iré a por ella y le voy a poner el ungüento, ya verás como se siente mejor.

La ojiazul mayor esperaba que así fuera, por qué ella particularmente se sentía peor. Le dolía el corazón, era una situación muy difícil, ser madre era la cosa más difícil del mundo, la verdad es que ahora entendía a su madre, no se las debió de ver fácil con todo lo que pasó.

La verdad es que al contrario, no imaginaba como su madre pudo salir del bache de perder al amor de su vida, para criarla sola, si era una cosa de puta madre. No recordaba mucho a su papá, era un hombre amoroso, claro que sí, tal como su madre, y muy gracioso, pero murio cuando ella tenía solo 5. No podía recordar mucho.

Sin embargo estaba segura que si hubiera vivido, hubiera sido un gran apoyo para su madre. Ella nunca se volvió a casar, por qué decía que el amor que sentía por él, nunca lo volvería a sentir por nadie. Así como ella por el rizado de ojos color miel que hacía que su corazón latiera al mil solo de pensarlo.

La pelinegra tomó su celular, que iba a cometer una locura, pero es que no podía más, quería ser egoísta, y dejar que todo este peso se compartiera con quién se suponía debía ser su compañero en esta aventura extrema llamada paternidad. Llamaría a Ander, ya no podía más.

Lo necesitaba, como pareja y como padre de su hija, necesitaba a alguien que la amara y la acompañará cuando los días estaban grises, alguien que acariciara su cabello susurrando que todo iba a estar bien. Alguien que la amara, y que amara a su hija de la manera tan intensa en la que la amaba su abuelo.

Tomo el celular de Antonio, quería robar el número de Ander de ahí, le iba a llamar y le iba a contar toda la verdad, le diría cuanto lo necesitaban y que no la dejará sola nunca más, por qué no podía cuando las cosas se ponían como hoy, tan difíciles.

Busco su conversación en WhatsApp cuando vio sus últimos mensajes. Estaba de vacaciones en algún lugar muy guay. Y se veía guapísimo.

Decidió meterse a su instagram desde la cuenta que le había creado a Antonio para stalkearlo cuando se sentía con mucha nostalgia de él, y pudo ver qué se la estaba pasando de puta madre en un yate

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Decidió meterse a su instagram desde la cuenta que le había creado a Antonio para stalkearlo cuando se sentía con mucha nostalgia de él, y pudo ver qué se la estaba pasando de puta madre en un yate. Cómo podía ella arruinarle este momento?
Lo vio subirse en motos acuáticas, y tirarse al mar sin ninguna preocupación, tomar y bailar despreocupadamente con el cigarro en la mano, como siempre.

Se veía feliz

Y ella no podía arruinar eso.

Suspiró audiblemente y se levantó de su lugar en el suelo, tenía que consolar a Leonora, tenía que aprender todo lo necesario para ser una buena madre. Y tendría que hacerlo sola, por qué la felicidad de Ander significaba todo para ella, y no se la iba a arruinar por nada del mundo. Le tocaba difícil? Demasiado.

Pero valía la pena.

Cuando tomo a su hija de los brazos de su abuelo, y la hizo callar después de cuarenta minutos en los brazos, los cuales ya ni sentía por él cansancio se sintió bien. Por qué Ander estaba bien. Y eso era lo más importante.

Solo tenía que ser fuerte. Y todo estaría bien.
















Capitulo cortooooooooo, díganme qué tal les pareceeeeeen los One shot.

Besitos

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