Perdiendo

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Rebeka abrió los ojos lentamente, se sentía muy mal, le dolía el cuerpo horrible, y creo que tenía fiebre.

- Beka, te traje una sopa - le acarició el cabello

- Me siento muy mal, literal creo que un autobús me pasó encima.

- Ven, te ayudo - la puso sentada en la cama y jadeo al ver qué tenía varias marcas en el cuello. Eran de unos dedos, dónde Alex la había tomado por el cuello, pero había algunas marcas diferentes y el rizado exhaló fuerte al darse cuenta que era unos chupetones.

- Crees que hoy si me digas que pasó? - la pelinegra lo miró intensamente, no podía decirle nada.

- Me han asaltado afuera de la universidad, el tío me cogió por el pelo y me azotó contra un árbol, yo le di un codazo en el estómago, y no te confundas, lo agarre a golpes también, pero en un descuido me ha golpeado en la cara y eso me dejó aturdida. - había dicho parte de la verdad, y su novio le creyó.

- Y a donde fuiste después? Pasaron muchas horas hasta que llegarás aquí...

- Fui al hospital, estuve ahí hasta que se hizo un poco tarde, después salí y me fui para el centro comercial hasta que cerraron - el ojimiel cerro los ojos con pesadez, le dolía que nada de eso fuera verdad, en qué momento habían llegado a esto? A tantas mentiras.

- Bueno, he llamado a la universidad, no vas a ir hoy, si no hasta que te recuperes  - Rebe quería protestar, pero se sentía muy mal, le dolía todo el cuerpo, ni ayer se había sentido así.

- Vale - Ander le acarició la cara al verla tan vulnerable, se sentía fatal al verla así, su ojo estaba morado, tenía la parte derecha de la frente con una cortada y su fina mandíbula tenía un golpe que más que morado, era verde. Su delicado cuello tenía unas marcas de dedos, además de los horribles chupones, que se sentían como un puñetazo en el estómago, quería estar enojado, pero sabia que no podía, no tenía el derecho, menos cuando literal en su trabajo habían tres personas que habían sido sus amantes, a un radio menor de 5 metros.

- Duerme un poco más, vale?

- Está bien, la niña?

- No te preocupes, ya la han arreglado mis papás y se la llevaron, todo está solucionado.

- Bueno - se sentía además muy deprimida, haber recordado ciertas cosas ayer la hicieron sentir mal hoy, así que se recostó otro rato.

Dado que no había tomado pastillas para el dolor, no pudo dormir mucho, se sentía muy adolorida, así que después de 30 minutos volvió a despertar, para su sorpresa Ander estaba a lado, con su computadora

- No has ido a trabajar?-

- No, me he quedado para cuidarte, cómo te sientes?- la ojiazul lo miró, no sabía cómo sentirse, Ander la confundía mucho.

- Mal, me duele todo. En mi bolsa hay un ungüento, lo traes? Ayer me ha aliviado un poco el dolor.- el rizado asintió y fue a su bolso, buscando en todas sus cosas encontró el ungüento, pero lo que lo dejó sin aliento es que encontró unos condones. Ellos no usaban condón, Rebeka tenía otros métodos para cuidarse.

Sus sospechas se terminaron de confirmar cuando le ayudo a quitarse la blusa, y pudo ver su espalda, estaba llena de moretones, pero también de marcas rojas que no estaban hechas por golpes, si no por besos.

- Tu amante te pegó?- le dijo mientras le aplicaba el ungüento

- Qué dices?

- Que si fue tu puto amante el que te dejo así? No te asaltaron Rebeka, en tu bolsa está tu teléfono y tu cartera.

Siempre en mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora