Piezas

114 4 18
                                    

Rebeka tenía miedo.

Hoy era un día importante, estarían trasladando a Ander al hospital, tenía que ir a este lugar a hacer todos los trámites , pero antes, tenía una parada súper importante que hacer

-Está despierta?- le preguntó a Pilar cuando llegó a su casa

-Si, está haciendo unos rompecabezas- avanzó hasta donde estaba la niña, sentada en la pequeña mesa de madera armando este juego. Se quedó mirándola un buen rato, su hija era de por sí una persona muy callada y retraída, pero lo percibía a lo lejos, la tristeza que emanaba de ella le estaba rompiendo el corazón, y su silencio no era normal, era un silencio de soledad.
Pronto se percató de que alguien la miraba, y se volteó para encontrarse con su madre ahi, su cara era pura tristeza

-Hey- Nunca en su vida se había sentido tan avergonzada -Como estás?- oficialmente se sentía la peor madre del mundo, la niña la miró como sin poder creer tampoco su actitud. -Se que he estado lejos mucho tiempo, y sé que no tengo perdón Leo, pero quería verte, quería decirte que mamá le está hachando muchas ganas por ti, que literal me he parado de mi peor momento por que te amo.

-Papá?- fue la única respuesta a todo su discurso, tanto dolor al traerla al mundo para que su padre fuera su prioridad

-Está enfermo- le acarició el pelo con paciencia, amaba a su hija, demasiado, y sentía tanto arrepentimiento al haberla dejado

-Enfermo como tú?- sus ojitos azules la miraron con tristeza

-No, yo- le costaba trabajo decir esto -Yo estoy enferma mentalmente Leo, aún estoy en tratamiento, papá está enfermo de verdad

-Y cuando se va a curar?-

-No se- fue muy honesta

-Odio que los adultos no sepan nada, papá tampoco sabía cuando te ibas a curar. Y ahora que te has curado, él está enfermo- la niña frunció su ceño molesta, Rebeka la entendía, se sintió igual cuando su madre le dijo que su papá no iba a volver, recuerda haberse sentido enojada, y toda su actitud enojada había sido por eso, esa era la razón por que siempre había querido agarrarse a hostias al mundo.

-Entiendo que estés enojada Leonora, es normal- después de muchos años de terapia había entendido que sentirse enojada estaba bien -Amás a papá y entiendo que te duela que esté enfermo-

-No quiero que esté así, quiero que esté conmigo, él me prometió que no me iba a dejar sola- pequeñas lágrimas bajaron de su rostro y Rebe daría la vida para que esto no le sucediera a su hija.

-Papá se va a poner bien para ti mi amor, es una promesa

-De verdad?- Rebe sabía que estaba haciendo algo muy delicado, prometiendo algo que quizás no podría cumplir

-De verdad- dijo determinada -Tu papá se va a poner bien y va a regresar a nosotras

-Bueno- su cara de tristeza seguía presente, Rebeka no sabía que iba a hacer si no cumplía esa promesa

-Mami te extrañó - se atrevió a decirle después de un rato de silencio

-Yo también te extrañé

-Asi? Apuesto a que no, estabas muy feliz con papá- al decir esto la niña comenzó a llorar, y lo que Rebe quería que fuera una broma ligera, se volvió un mar de llanto, se acercó a ella y la abrazó con fuerza -Perdón amor, perdón por todo, por dejarte, por lastimarte así

-Te extrañe mucho, pero cuando papá se fue, pensé que ya no me querían más y que nunca iban a volver por mi-

-Claro que no, lo que más amamos papá y yo, es a ti. Más que nada mi vida, yo me curé por ti, y papá se va a curar por ti. Me perdonas?

Siempre en mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora