𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏

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Stella:

Me desperté por un sueño fantástico que tuve, esa clase de sueño recurrente que te hace desear que sea verdad, pero al abrir los ojos sabes que no es así.

Me siento en la cama que comparto con mi hermano y tallo un poco mis ojos, al darme cuenta de la hora supe que no tenia sentido que volviera a recostarme, así que decidí despertar a mi hermano antes de que nuestro primo Dudley lo hiciera.

—Harry, despierta— susurre

—Stella déjame dormir.

—Pero Harry, debemos levantarnos ya. Haz lo ahora si no quieres que el tío Vernon nos castigue otra vez.

—Agh esta bien, me levantaré.

Sonreí triunfante y me dirigí a la cocina para empezar a preparar el desayuno. Realmente no tenía que arreglarme ni mucho menos, esto debido a la falta de ropa para niña dentro de la casa.

No pasaron ni cinco minutos y pude escuchar a Dudley saltando en las escaleras, seguramente haciendo que una ligera capa de polvo e insectos cayera sobre mi cama y la de Harry.

—¡Arriba, iremos al zoológico!

Harry solo salió bufando, pero al instante la puerta se cerro dándole en la cara debido a que nuestro primo la empujó con fuerza al dirigirse a la sala de estar.

—Feliz cumpleaños querido—dijo nuestra tía Petunia con esa voz melosa que la caracteriza—Que bueno que ya estés en la cocina niña—dijo y yo solo rodé los ojos.

Aprendí que lo mejor era morderme la lengua y no discutir con aquella mujer, a menos que quisiera quedarme sin cena durante una semana entera.

—Todo debe ser perfecto en el cumpleaños de mi querido Dudley—dijo riendo nuestro tío Vernon.

Si tuviera que describirlos, eran realmente fastidiosos.

—¿¡Cuantos son!?—pregunto Dudley

—Son 36, los conté yo mismo.

—¿¡36!?, el año pasado fueron 37.

—Si querido, pero este año son más grandes.

—¡No me importa el tamaño que tengan!—dijo molesto, estaba haciendo una de sus típicas rabietas, como el niño consentido qué es.

—Cuando salgamos te compraremos 2 más, ¿esta bien terroncito?

Dudley bufo resignado y fue a tomar su desayuno, servido previamente por Harry y por mi, quienes al igual que cada mañana nos encargabamos de ello.

Terminando nos dirigimos hacia el coche y fuimos directo hacia el zoológico.

—Se los advierto, no me provoquen o los castigare una semana sin cenar—nos dijo el tío Vernon mientras Harry y yo solo asentimos con la cabeza.

La verdad Harry y yo no solíamos salir mucho, así que cuando podíamos tratábamos de disfrutarlo lo más que pudiéramos, aún cuando esas salidas implicaban aguantar a Dudley todo el camino. Al llegar al zoológico y ver unos cuantos animales más, entramos a la casa de los reptiles y la verdad es que yo miraba todo fascinada.

—¡Que se mueva!—gritaba Dudley.

—¡Muévete!— el tío Vernon golpeo el cristal tratando de llamar la atención de la serpiente, pero esta ni se inmuto.

—Esta dormida— Dijo mi hermano.

—Que aburrido— y por fin se fue Dudley.

—Discúlpalo, el no sabe lo que se siente— dije tranquila.

C H A N G E S | Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora