Capítulo 17: "La Noche es Más fría Desde Que Nos falta El sol"

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Lo tenía justo donde lo quería, pero debía darme prisa, o todo podía complicarse, inmediatamente después de presentarnos, el pastor comenzó a hablarme de su “labor para la humanidad” y conforme avanzaba, en cada oración sólo podía escucharlo vanagloriarse de sus supuestas hazañas, de lo mucho que había logrado con nada y de cuantas personas había salvado del abismo de la perdición. Era repugnante.

No tenía más opción que escuchar sus falsas proezas y asentir con una sonrisa fingida en el rostro, esperando en primera, que de toda la cháchara que saliera de su boca, me diese algo para poder así comprobar la basura humana que era y en segunda, porque realmente me sentí molesto cuando abordó a Mike y comenzó a invadir su espacio personal. Quizá eso último es egoísta y posesivo, pero ese fastidioso arcángel lo hace todo el tiempo conmigo, supongo que siempre hay una primera vez para todo.

Al cabo de un rato, comenzaba a hartarme de sólo asentir con la cabeza y dar algunas respuestas cortas, hasta que finalmente, Dubelle me dio algo que realmente me iba a ser útil.

—…por ahora tenemos algunos contratiempos, pero no es nada que no podamos resolver.

—Un momento, ¿Qué fue lo que dijo de último?

—Por todos los cielos, Robert, hijo. Debes poner más atención cuando hablo, me refiero a las supuestas demandas por “acoso” que está sufriendo uno de mis allegados.

—¿Acoso? ¿Podría hablarme un poco mas de eso? Creo que no lo mencioné al presentarme, pero hace poco salí de la escuela de leyes, trabajo como abogado defensor y creo que puedo ayudarle con su problema.

—Ah, bendito sea el señor. Como siempre iluminando mi sendero a donde sea que me dirija.— Y escuchen al “pastor” utilizando el nombre de Doug en vano, voy a disfrutar mucho cuando te encierre en una celda de por vida, Dubelle.

—Bueno pues, cuénteme más, pastor. Haré lo posible por asistirlo como debe ser.

—Te agradezco Robert, jovencita, ¿Le molesta si tomo a su prometido por un par de minutos? Me temo que esta clase de temas no son apropiados para los delicados oídos de una dama.

—Está bien pastor, sólo deme un segundo para despedirme, ¿De acuerdo?— Respondió Mike con un tono más dulce de lo usual.

—Por supuesto, tómese su tiempo, estaré esperando del otro lado del salón, joven Robert.

Dubelle tomó su vaso y se dirigió al lugar que había indicado antes, con bastante precaución de hecho, probablemente intentando no ser reconocido por alguno de los asistentes a la fiesta. Después de eso, dí media vuelta para escuchar lo que Mike tenía que decirme.

—¿Dónde está mi anillo?

—¿Tu qué?

—Mi anillo, Marsh. No puedo ser una prometida si no me das un anillo, oh espera, ¿Cómo puedes pedir siquiera mi mano en santo matrimonio? ¿A quién se lo pedirás? Mi padre debió haber fallecido hace ya varios años y mamá, bueno… Ella era joven cuando me tuvo, pero eso fue hace como… ¿Setenta años, quizá? Mmhmm… Es confuso.

—Oye, ¿En serio me detuviste de sacarle la sopa a Dubelle sólo para hacer un estúpido chiste de parejas?

—Pues, si. Es que todo estaba muy tenso, tu lo estabas, yo lo estaba, hasta el mesero que nos trajo las bebidas lo estaba, tenía que hacer algo y lo primero que me vino a la mente fue ese estúpido chiste.

—Muy malo, por cierto. A estas alturas ya deberías saber que trabajo mejor bajo estrés, ahora no sé exactamente qué le voy a decir a Dubelle para que me cuente toda la porquería que está haciendo en su supuesta iglesia.

Bullet Wing, Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora