The Narrow Street «Mystic Messenger» [Jumin Han]

21. Necesito verlos

—Señor Han, levante un poco más el mentón —dijo el fotógrafo mirando su cámara—. Está demasiado tenso.

—Me molestan las luces —Jumin tenía el ceño fruncido—. ¿Se supone que tengo que sonreír?

—Será necesario para algunas tomas —contestó acomodando el lente de su cámara—. Las fotos hasta ahora no se ven muy naturales. Señorita —llamó a MC y ella se acercó—, ¿qué opina de las fotos? 

—Uh, yo... —el pelinegro la miró expectante— Creo que sólo tiene que relajarse un poco más, es la primera vez que hace esto así que supongo que es normal. —Le sonrió.

—Volveré en unos minutos, por favor intente que cambie su humor. —Le pidió él a MC, asegurándose de que Jumin no escuchara, ella asintió.

Él se levantó del asiento con la misma expresión, parecía estresado al intentar hacer todo eso. MC se acercó a él negando con la cabeza.

—Pareces una piedra, Jumin —bromeó—. ¿Todo va bien? —Él se cruzo de brazos mirando las luces.

—Me molestan mucho las luces —dijo casi haciendo un puchero, MC no pudo evitar reír.

—Que lindo. —Lo miró con ternura.

—¿Lindo? —Jumin alzó una ceja— Gracias, pero aún así no estoy haciendo un buen trabajo —resopló—. Me cuesta decirlo, pero Zen lo habría hecho mejor.

—Wow —MC abrió la boca sorprendida—, debes estar realmente frustrado para decir algo así. ¿Puedo hacer algo para ayudarte? —preguntó cruzándose de brazos.

—Sigue hablando —contestó sin despegar la mirada del suelo.

—¿Qué? 

—Sigue hablando —repitió. Miró a MC, quien parecía estar confundida—. Tu voz es agradable, no te detengas. —Para la chica, sus palabras sonaron más como una orden que como una petición.

—Bien —dijo dudosa—. ¿Te conté que una vez tuve una mascota? —fue lo único que se le ocurrió en el momento. El pelinegro negó—Fue hace ya unos años... —continuó ella.

MC empezó a hablar intentando que su tono de voz sea suave para poder relajar al chico. Jumin cerró los ojos disfrutando de la melodía de su voz, eran pocas las personas que lograban tener ese efecto en él. 

—¿Jumin? —lo llamó al verlo.

—No pares, te estoy escuchando —contestó aún con los ojos cerrados.

Esas palabras hicieron que MC se ponga nerviosa, era raro estar hablándole a Jumin y ver su expresión de tranquilidad. No era incómodo, al contrario, pero eso no quitaba el hecho de que la única respuesta a sus palabras era el sonido de la respiración del pelinegro.

Observó su perfil detenidamente, apreciando cada detalle de su rostro. Era realmente atractivo, desde los mechones que caían sobre su frente, hasta su definida barbilla. Verlo con esa expresión tan relajada, tan tranquilo, ¿por qué sentía ganas de besarlo?

MC creyó que tal vez sólo era atracción física, ellos se entendían muy bien, pero le costaba imaginar que él se podría fijar en ella. No es que se considerara insuficiente, sólo que jamás lo había visto comportarse de manera romántica con una mujer. Aunque eso no jugaba a su favor, la hacía sentir más curiosidad por descubrir nuevos lados del pelinegro, y lo que menos quería era confundir sus sentimientos.

No se dio cuenta en qué momento terminó poniendo sus manos sobre la espalda del chico, dando un ligero masaje. El cuerpo de Jumin ya no estaba tenso, se sentía más liviano, más suave. La respiración del pelinegro seguía tranquila, parecía estar disfrutando del momento.