The Narrow Street «Mystic Messenger» [Jumin Han]

6. ¿Te estaba coqueteando?

Jumin no sabía cómo esa chica lo había convencido de hacer algo así, no dejaba de mirar a todas partes buscando un lugar para poder estar cómodamente. Y allí estaba, el adinerado Jumin Han parado junto a MC en el transporte público. La joven sólo miraba a la ventana intentando evitar la mirada del pelinegro, quien no podía dejar de verla con desaprobación.

—Esto es ridículo, pudimos haber ido en mi auto con el conductor Kim y ahora mismo estaríamos sentados. 

—No sabía que a esta hora estarían tan llenos los autobuses —se defendió MC—. Además, aún no llega la mejor parte, espera un poco —sonrió de lado.

—No, no me agrada estar aquí. Le diré al conductor de este vehículo que pare inmediatamente.

—Yo no te aconsejaría que dejes de sostenerte. —Jumin la miró extrañado y el auto frenó bruscamente, haciendo que perdiera un poco el equilibrio.

—Voy a presentar una denuncia contra este tipo de... 

—¡Mira! ¡Dos asientos libres! —Lo interrumpió y lo llevó prácticamente arrastrándolo hacia allá.

A la chica le causaba mucha gracia toda esta situación, pudieron haber ido el su auto, pero le parecía divertido enseñarle a Jumin Han un poco de la vida cotidiana de una persona que no era adinerada. Intentó contener las ganas de reír, no pudo, era imposible no reírse al ver la cara de disgusto del pelinegro.

—No le veo la gracia —dijo serio.

—Lo siento, prometo que todo esto valdrá la pena cuando pruebes otra de esas hamburguesas. —Jumin suspiró.

—Sus pasajes. —Le dijo un señor con gorra. MC buscó algo defectivo en su bolso, el pelinegro la miró confundido y sacó un billete entregándoselo al hombre—. No tengo cambio. —Jumin no entendía a qué se refería, pues él no esperaba que le devolvieran algo de dinero.

—No se preocupe —le respondió la chica entregándole algunas monedas

—Gracias, señorita. —El señor se alejó y miró con disgusto al pelinegro.

—No me agrada ese sujeto —bufó Jumin.

Una anciana subió al autobús, pero ellos habían ocupado los dos últimos asientos. MC se percató de la presencia de la mujer y se levantó indicándole que podía sentarse. Jumin no entendía por qué la chica tuvo esa reacción, él era un hombre educado, pero ellos habían llegado primero y no eran los únicos que podían ofrecer su asiento.

El pelinegro encontró incómoda la situación de sentarse al lado de una completa desconocida, pues para movilizarse siempre tenía un vehículo particular. Se levantó y se volvió a parar al lado de MC, para él era mejor estar al lado de alguien que conocía. 

Llegaron a la última parada, Jumin se desinfecto las manos luego de bajar del autobús y MC sólo rodó los ojos. Caminaron unas cuadras más hasta llegar a una calle donde vendían todo tipo de comida, pero no eran como los lugares a los que él solía ir.

MC se detuvo frente a dos hamburgueserías, una con precios más caros que la otra. Jumin sugirió ir a donde tenían precios más caros, pero MC lo contradijo.

—¿No crees que es bueno ahorrar? —dijo la chica. El pelinegro sonrió de lado, ya que él no necesitaba hacer tal cosa—. No hay necesidad de gastar de más, nunca sabes cuando puedas necesitar dinero en un futuro.

—Mi padre siempre dice que ahorrar e invertir sabiamente son las bases para ganar dinero. Así que, es bueno ahorrar tanto como puedas.

—Nunca te he visto reducir gastos en algo, siempre gastas en cosas innecesarias para gatos. —Él la miró ofendido—. Le das a Jaehee trabajo innecesario.