43. Otro camino

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Siempre se había hecho la pregunta... ¿Cuántas personas lo podían hacer sentir así? Único, especial. Y más importante aún... ¿Por cuántas personas él tenía ganas de hacerlas sentir lo mismo?

Muy pocas o ninguna, era la respuesta de Jumin. 

Una sonrisa involuntaria se formó sus labios. Creyó desde ese día, se tendría que despedir de MC para siempre. Ahora ella estaba allí, frente a él, mirándolo tan dulcemente como antes. Las demás personas habían desaparecido, los gritos de esas mujeres ya no se oían. Sólo eran sus sentimientos saliendo cada vez más a flote.

—Por este motivo visité a su casa. Yo... quería arreglar las cosas para ti, hijo.

Dio unos pasos hacia ella, moviendo la cabeza confundido. Enmarcó dudosamente su rostro, acariciando sus mejillas. 

—Tú... ¿Realmente estás aquí? —preguntó—. ¿Ya no me voy a casar? Creí que después de firmar esto... Yo tendría que casarme con ella y... ¿No me voy a casar?

—¿Eso quiere decir que no nos vamos a casar? —MC trató de bromear, sonriéndole al chico—. Estoy algo decepcionada con esa respuesta. Ya tenía el vestido de novia, ¿sabes?

—¿Estás enfadada conmigo? —Trataba de descifrar su mirada, buscar el más mínimo signo de odio hacia él—. ¿No me odias? Si estás aquí quiere decir que te estás preocupando por mí... Pero no me puedo quitar la sensación de que...

—Creo que ya sabes la respuesta —contestó poniendo sus manos sobre las de Jumin, acariciándolas con sus pulgares.

—¿Podrías... confirmarlo? —pidió—. Por favor. Esto es algo confuso para mí.

—No te odio, Jumin. Al contrario, quiero ayudarte... Si eso de alguna manera el posible.

—Pero yo te hice daño. —Frunció el ceño sin comprender—. Y ahora estás sonriéndome tan cálidamente... No lo entiendo.

—Vine aquí por ti. —MC intercambió una mirada rápida con el CEO—. Tu padre me convenció de ello.

—No hablemos de él ahora. Quiero centrarme en ti. —No despegaba la mirada de la chica, endureciendo aún más su rostro—. ¿Cómo...? ¿Por qué...?

MC golpeó rápidamente la nariz de Jumin, causando que suavice su expresión y suelte una pequeña risa.

—Te extrañaba mucho —continuó ella—. ¿Alguna vez te han dicho que tu risa es preciosa?

—No... Nunca. —Apartó un mechón de cabello de su rostro—. Eres la única persona de la cual quiero escuchar eso. Todos los días, sin falta.

—Eso se puede arreglar —bromeó.

—Lo siento, pero... Aún estoy un poco confundido. Tengo muchos pensamientos en mi mente, estoy algo... 

—¿Qué es lo que te inquieta? —preguntó—. Jumin, estoy aquí. No te odio, de verdad. Créeme. 

—¿Realmente crees que podemos arreglar todo? —Su mirada se iluminó al pensarlo— ¿Crees que podremos salir de esta situación... juntos? Si tú puedes perdonarme, haré todo lo que esté en mis manos para superar esto. 

—Voy a estar contigo, no importa cómo resulten las cosas. 

—Estaba esperando a que dijeras eso —sonrió—. Sin importar lo que pase. Si tú estás a mi lado, entonces todo saldrá bien. Contigo apoyándome... Mi pesado mundo se hará más ligero.

—Te amo, Jumin. —La sonrisa del pelinegro se amplió.

—Ahora mismo, siento que decir 'te amo' no sería suficiente para expresar lo que siento por ti.

The Narrow Street «Mystic Messenger» [Jumin Han]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora