~ 15 ~

126 11 3
                                    

- Buenos días!!- saludo alegremente - Señora Wei le traigo lo que pidió - dijo mientras bajaba del caballo y buscaba las cosas - Aquí está la carne, leche, queso, verduras y creo que es todo...- dijo rascando su cabeza

- Si, está todo lo que encargué - asintió la mujer mientras recibía las cosas - Eres hijo de una de las dueñas de la hacienda? - el chico asintió - Cuál de las dos hermanas es tu madre?

- Victoria, la mayor de las dos - asintió sonriendo

- Ambas se ven de la misma edad, ni siquiera puedo distinguir cuál de las dos es mayor! Pero se ven muy jóvenes, sobre todo para ser tu madre...

- Ah! Jaja es que ellas aparentan menos edad de la que tienen!

- No te pareces mucho a ella, supongo que te pareces más a tu padre...- le miro curiosa la mujer, esperando que el joven respondiera para saber más sobre el asunto

- Supongo que si...

- En donde está?

- En las profundidades de la tierra!- dijo mientras la mujer le miraba entre apenada y sorprendida, el sonrió algo inquieto por irse del lugar - Bueno... Fue un gusto verla señora Wei...

- Espera, te daré un poco de pan y algunos dulces que hice!!- dijo para entrar en la casa

- Que chismosa...- susurró haciendo un puchero, le acarició la cabeza a su caballo quien asentían ante lo dicho- Eres muy listo...- el caballo levanto su cabeza orgullo - Presumido! - le dijo mientras sacaba la lengua y el caballo le imitaba - Oye!!! - iba a reclamar pero la mujer apareció en la puerta

- Toma pequeño...- el sonrió al escucharla - Espero que lo disfrutes...

- Gracias Señora Wei...

- De nada pequeño, ve con cuidado...

El asintió antes de guardar las cosas, después volvió la vista hacia la mujer para despedirse pero la repentina aparición de un espíritu le desconcertó.

- Señora Wei...- le llamó algo inquieto - Hay alguien enfermo en su casa? - la mujer le miro antes de asentir

- Si, mi abuelo está enfermo, te cruzaste con el médico cuando venías hacia aquí?

- Ah, siii, vi al médico!- asintió nervioso - Bueno, espero que se recupere pronto - dijo antes de montar el caballo e irse del lugar.

Se sintió triste debido a que la persona enferma estaba a punto de morir y eso sería una pérdida difícil para la familia, pero rogaba en su interior que pudieran encontrar el consuelo suficiente para seguir adelante.

Suspiro resignado, a veces tener dones como esos no era muy alentador, pero que se le podía hacer cuando era hereditario, no por nada era el hijo del Dios del Inframundo...

Detuvo el caballo dándole una suave caricia, el animalito le entendió y el miro atento aquel árbol de manzanas, era invierno en esa fría región montañosa de China, pero había una pequeña manzana ahí entre las ramas cubiertas de nieve. Acaricio al caballito haciendo que se moviera hacia el árbol y así pudiera cortar la manzana, sonrió una vez que la tuvo entre sus manos y espero un poco para que está comenzará a crecer y madurar lo suficiente para comerla. La guardo en su bolsillo y se puso en marcha, había una manzana que entregar.

Sonrió más animado, ser hijo del Dios de la Naturaleza tenía sus ventajas, ser hijos de ambos Dioses era hasta cierto punto, bueno. Pero también tenia su parte mala, todos estos años había vivido de un lado para otro, había recorrido el mundo entero varias veces en compañía de sus fieles ninfas, aunque a él le gustaba considerarlas amigas o familia, les tenía un gran aprecio, eran como sus hermanas mayores.

La Leyenda De Lì TèDonde viven las historias. Descúbrelo ahora