La Leyenda De Lì Tè

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Heechul cerro el libro que tenía entre sus manos, acaricio la dura cubierta antigua, mientras pensaba detenidamente en lo que iba a hacer.

Cuando termino de leer el libro se sintió humillado y molesto! Muy molesto!  se suponía que era la Diosa Luna!! Y aún así, un montón de cosas habían ocurrido frente a sus ojos y el no pudo ser capaz de ver más allá de su nariz, estuvo muy concentrado en otras cosas, menos en el comportamiento de su esposo, creyó ingenuamente que al ser el Dios del Sol, actuaba correctamente, aparentemente así era, pero había un transfondo oculto en todo eso.

Ahora sabía porque su hijo quería que leyera ese libro.

Tenía muchas dudas al respecto, ese libro lo tenía intrigado, quien lo había escrito conocía perfectamente bien todos los pecados de Shi Yuan, tenía que ser alguien perteneciente al Reino de los Dioses, un humano nunca podría contar con detalles precisos lo ocurrido en Jirisan, solo pudo pensar en una persona al leer ese libro: Kangin.

Mando a llamar a Hae y a Hyukjae, aunque lamentaba interrumpirlos, necesitaba del apoyo de ambos, apenas y habían tenido el tiempo justo para pasar su noche de bodas juntos, se imagino que estarían muy "emocionados" ya que cuando el los unió en matrimonio, Hae apenas y podía controlar su alegría mientras Hyukjae disimulaba muy bien la suya.

Cuando la pareja apareció frente a él, supo que las cosas habían salido de maravilla! Ambos se veían felices, aunque trataban de ser reservados debido al ambiente tenso que se vivía en el Reino.

- Su Majestad!- le dijo Hyuk mientras hacían una leve reverencia ante el - Qué sucede?- preguntó curioso al ver el libro en su regazo

- Lamento molestarlos, cuando deberían de estar en los festejos de su boda...

- No hay ningún problema - dijo Hae mientras sonreía mirando a HyukJae

- Una vez más necesito de su valiosa ayuda... - la pareja asintió - Necesito que me acompañen al mundo humano y nadie es mejor que tú- señaló a Hae- Para guiarnos en esta expedición...

- Yo?! - titubeó llevándose la mano al pecho - Claro!!- asintió efusivo - He vivido muchos años ahí! Desde que Kyu despertó! Tanto que me he acostumbrado a varias cosas! - dijo satisfecho - Pero por qué quiere su majestad ir al mundo humano? Si quiere... Yo puedo buscar lo que usted necesite!!

- Gracias Hae...- sonrió agradecido - Pero necesito ir personalmente - Hyuk le miro intrigado - Hay algo que quiero escuchar de viva voz y por ahora es la única persona a la cual puedo acudir...- dijo resignado - No puedo pararme en Hallasan porque eso sería demasiado complicado para todos... Pero si puedo ir al mundo humano y hablar con Kangin....

No perdieron más tiempo y los tres se trasladaron al mundo de los humanos, trataron de pasar desapercibidos utilizando ropas normales, pero era casi imposible, Hae noto más de una vez las miradas y los suspiros que levantaban su guapo esposo y Heechul, aunque trataban de parecer simples mortales, su belleza y presencia era imponente.

No tuvieron que buscar mucho para encontrar al exsemidios, Heechul siguió el ligero rastro de su casi nula esencia y así pudo dar con el. Hae se sorprendió al ver qué la Diosa Luna los guiaba a la universidad de Seúl, esa era la universidad en la que Kyu había estudiado la licenciatura y de la cual recientemente se había graduado de la Maestría.

Ninguno de los tres hablaba, la pareja solo se movía siguiendo los pasos de la Diosa hasta que está se detuvo en una de las áreas verdes del campus, una que curiosamente estaba aislada en esos momentos.

Miraron a todas partes con todos sus sentidos alerta, no podían bajar la guardia ni aunque estuvieran en el mundo humano.

- Cuando desperté está mañana mi intuición me dijo que no sería otro día más...- hablo un hombre saliendo detrás de un árbol- Pero nunca pensé que estaría ante su presencia... Su Majestad - hizo una reverencia ante la Diosa quien apenas y lo había reconocido, no es que luciera viejo, pero verlo sin su característica armadura, luciendo un traje color beige, sosteniendo un portafolio y con unas cuantas canas adornando sus cabellos, habían sido suficientes para que casi lo desconociera.