La Leyenda De Lì Tè

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-Porque esta tan oscuro?! - pregunto sin ser capaz de ver más allá - Li Té!! - exclamó comenzando a asustarse y enfadarse - Deja de jugar y aparece de una maldita vez!!!

Un chasquido se escucho y todo el lugar se iluminó. Kyuhyun se giro lentamente a verle, se veía enfadado, pero a Li Té no le preocupaba, por el contrario, le encantaba hacer enojar a Kyuhyun, le gustaba ver como peleaba con el, como le desafiaba con la mirada. Era excitante.

Cuando era su pequeño Príncipe ni siquiera peleaba con el, en ocasiones tenían desacuerdos, pero era una relación más pacífica o mejor dicho, Su príncipe era más  dócil y siempre dispuesto a seguirlo.

Pero Kyuhyun era un adulto, con un grado de madurez mayor y también con un carácter definido y eso le atraía mucho. Seguía conservando su belleza, aunque era mucho más guapo ahora y agregándole a eso su carácter difícil, le gustaba mucho. Muchísimo más de lo que ya le gustaba.

Realmente lo amaba.

Sonrió disimuladamente mientras caminaba por la enorme habitación. Siempre que pensaba en lo mucho que lo amaba no podía evitar sentirse un tanto frágil. El amor era una debilidad en cuestión de guerra, sus enemigos conocían su punto débil ahora. Dentro de poco la mayoría sabrían que Kyuhyun era el Príncipe Gui Xian y habría algunos locos que no temían ni a su ira ni a la ira del Shi Yuan y tratarían de dañar a Kyuhyun.

Pero mientras el pudiera evitarlo, no dudaría ni un segundo en hacer lo que fuese necesario con tal de Mantenerlo a salvo.

Ya lo había perdido una vez.

No podía volver a perderle de la misma manera trágica y a manos de otro hombre.

-Leeteuk... - le llamo con firmeza mientras caminaba hacia donde se encontraba - Qué haces?- dijo curioso mientras Leeteuk se paraba frente a una pared - Qué tanto haces? - observó por encima de su hombro, pero no vio nada, entonces Leeteuk chasqueo los dedos y la pared comenzó a moverse, abriéndose en dos partes dejando ver una bóveda - Qué es... Joder!! - exclamó cuando vislumbró lo que había dentro - Eso es... - abrió la boca sorprendido, mientras Leeteuk sonreia de lado y le ofrecía la mano para entrar.

Solo que Kyuhyun pasó de largo y lo dejó con la mano extendida mientras caminaba dentro. Leeteuk puso los ojos en blanco y refunfuño enojado mientras le seguía dentro de la bóveda.

-Nunca había visto tantas joyas juntas... - susurro mirando a todas Partes, las paredes del lugar tenían repisas repletas de todo tipo de joyería.

Leeteuk le miró de reojo, camino sujetandolo de la cintura mientras recargan su barbilla sobre el hombro del menor.

-Te gustan? - dijo en tono juguetón - Pueden ser todas tuyas....

-En verdad?! - exclamó entusiasta, pero después recordó con quien estaba hablando - Y que se supone que vas a pedirme a cambio?! - le miro de reojo mientras el Dios sonreía perverso.

-Ya sabes que lo único que puedo desear eres tú... - le beso el cuello mientras le sujetaba los hombros para girarlo, una vez teniendolo frente a él, se acercó lentamente hasta rozar sus labios, sonrió satisfecho cuando Kyuhyun no se alejo y se acercó más hasta besarlo por completo, en un beso bastante exigente, el cual Kyuhyun luchaban por responder con la misma intensidad.

El castaño pasó las manos por el cuello de Leeteuk perdiéndose en el inmenso placer que le causaba ser besado por el Dios, lamio y mordio un poco los labios ajenos, sonriendo internamente cuando escucho al Mayor gemir, era bastante satisfactorio saber que podía despertar un inmenso deseo en un Dios, específicamente en su Dios del Inframundo.