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Kyuhyun se cambio, dejando la suave manta que Li Té había hecho para el, acarició el bordado dorado Con la yema de los dedos, doblandola con sumo cuidado antes de apretarla contra su pecho, dio una última mirada al lugar, pero no lo encontró, suspiro triste y preocupado, no le había gustado nada verlo así y mucho menos que se hubiese ido de esa forma, sin decirle nada, después de haberle hecho el amor con tanta pasión, que le hizo sentirse dicho y satisfecho entre sus brazos.

Tomó su teléfono y encendió la Lámpara, camino con cuidado de no tropezar con nada, apretando con la otra mano la manta, sin despegar la vista del suelo. Cuando salió del templo miró hacia el cielo y vio que las nubes se estaban disipando, dejando ver algunas estrellas, miró las escaleras y bajó uno a uno los escalones, alumbrando con su Lámpara la oscuridad de la noche, llevaba un buen tramo de las escaleras avanzando, cuando vio que todo a su alrededor se iluminaba, alzó la vista al cielo, sorprendiendose al encontrarse con una esplendorosa luna llena, las nubes habían desaparecido dando paso a un cielo estrellado.

Suspiro al ver la majestuosa luna, siguió bajando uno a uno los escalones hasta que sintió una tenue luz sobre el, miró hacia el cielo y con asombro vio que la luna lo estaba señalando, miró a su alrededor pero no vio a nadie, siguió el camino de la luz que venía directo de la luna.

-La Diosa Luna... - susurro- Era la madre del príncipe... Si lo que dijo Li Té es cierto... - sus palabras se atoraron en su garganta, una extraña sensación de tristeza y alegría se hicieron presentes en el - Sería mi madre..

- Y Lo Soy.

Kyuhyun miró hacia el frente, parpadeando varias veces, no podía creer lo que sus ojos veían. Delante de él, como si la escultura de la Diosa hubiese cobrado vida se encontraba ella, sólo que no sentada sobre la Luna y rodeada de estrellas, estaba de pie, con una luz brillante rodeando su figura, con su piel tan pálida y uniforme, sus cabellos casi plateados, su porte elegante, no había duda de que era la Diosa Luna en persona.

La deidad frente a él sonrió  dulcemente, antes de dar un paso, acortando la distancia entre ellos, Kyuhyun no se movió, estaba impactado y no sabía que hacer ni que pensar, todavía no terminaba de creerle a Leeteuk y ahora esto?!!

-Mi pedacito de cielo.. - dijo suavemente mientras le acarició la mejilla- Volviste y te vez tan hermoso, ni siquiera parece que eres un humano ahora.

Kyuhyun le miro intimidado, que debería de hacer?! Arrodillarse  ante la Diosa? Presentarle sus respetos?!. No tuvo que decidir porque la Diosa lo envolvió en un cálido abrazo susurrando lo mucho que le había extrañado. Kyu no supo bien cuando fue que le respondió el abrazo, pero no podía negar que se sentía muy bien, era tan reconfortante, extrañamente reconfortante.

-Yo... - titubeo angustiado antes de separarse - No se... como reaccionar... Yo estoy... Confundido - bajo la mirada algo apenado.. - lo siento

-No tienes que disculparte mi hermoso hijo! - dijo conmovido - A decir verdad debería de agradecer que estés aquí, a pesar de lo mucho que sufriste... Estas aquí  y espero que puedas ser muy feliz - le acarició las mejillas con ambas manos - Tu eres mi hijo y Yo soy tu madre! No lo dudes! Es solo que fue... Difícil para mi, para nosotros.. - corrigió - Separarnos de ti...

-Quisiera.. - interrumpió Nervioso- Escuchar esa historia, aun tengo muchas dudas. Así que por favor! Puede decirme realmente todo sin ocultarme nada - le pidió suplicante

-Lo haré mi hermoso príncipe - le sonrió mientras sujetaba su mano entre las Suyas- Pero no en este lugar... - miró a todos lados con desagrado- Ya es demasiado malo que estés aquí y que hables con el- dijo algo molesto- Vámonos.

- A dónde?!

-A Jirisan - sonrió ampliamente antes de sujetarlo con más fuerza - A nuestro hogar!

La Leyenda De Lì TèDonde viven las historias. Descúbrelo ahora