𝑨𝒏𝒐𝒓𝒆𝒙𝒚 «𝑹𝒖𝒔𝑨𝒎𝒆»

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Se despertó gracias a los brillos de un atardecer que se alcanzaban a colar por las persianas que cubrían la amplia ventana que obtenía la habitación.

Se había dormido después de la ducha con agua caliente que tomó junto a su ahora pareja.

Talló sus ojos con delicadeza y pudo divisar a USA durmiendo, tratando de abrazar su torso desnudo; pensamientos sucios se colaron en sus divagaciones lo cual hizo que su cara obtuviera un rubor leve, que adornaba perfectamente sus mejillas y/o pómulos.

Salió de la cómoda a la vez que se ponía de pie, estirándose para mejorar su articulación, y proceder a ponerse su camisa blanca y elegante.

Miró por unos largos segundos a un punto nulo de aquella habitación, pensando en cosas más neutrales, se volteó para así apoyar una pierna en la cama y por consiguiente despertar al anglosajón con caricias y pequeños besos repartidos por su cuello y rostro.

— Lindo, despierta, tenemos que desayunar —susurró a su oído con cariño y calor amoroso— .

USA se removió lentamente para así poder ver a su pareja; tomó unos segundos para recobrar memoria para así sonreír y estirarse procediendo a atraer al ruso con la mano en su nuca para poder probar esos labios que tanto calor daban.

Cuando se separaron lentamente, se observaron fijamente a los ojos por unos segundos mientras una sonrisa y unos brillos en sus iris adornaban el ambiente en uno cálido y cariñoso.

Después de unos minutos haciendo y diciendo boberías cursis, se levantaron, el americano colocó sus zapatos en orden procediendo a salir de la habitación para poder pagar su estadía allí e irse de una buena vez a desayunar en algún lugar cercano, aunque el ruso no conociera tierras gringas pero se esforzaba por encontrar una cafetería mientras que USA lo miraba con ternura hasta que se dio cuenta de que... Irían a comer. 

Puede que su estado físico haya mejorado pero seguía con traumas psicológicos gracias a que no había asistido a todo un trato profesional.

Cuando llegaron a una cafetería acogedora y espaciosa, se sentaron procediendo a que alguien pidiera la orden de ambos; iba a ser un desayuno - almuerzo.

El estadounidense pidió lo mismo que Rusia, pues tenía su mente concentrada en cómo le explicaría al ruso que todavía tenía miedo de comer. Si continuaba así podría enfermar a personas a su alrededor.

Cuando llegó la comida, cuál era huevos revueltos con arroz, dos salchichas, dos dulces de guayaba envueltos en queso, jugo de naranja y un expresso para finalizar la comida, la mirada de E.E.U.U. se desvió, desanimado.

El ruso se dio cuenta antes de poder dar el primer bocado a la comida— Моя любовь? ¹ —ladeó su cabeza confundido.

— Ru-ru... Sigo sin poder comer bien, perdoname —agachó su cabeza apenado y triste— .

Rusia se vio asombrado ante la noticia, ¿Enserio no lo habían superado ya? ¿Su bebé nunca dejaría de sufrir? Lamentablemente el ruso no tenía respuesta específica a esas grandes preguntas.

Se acercó a través del sillón a su pareja, con delicadeza posó su gran mano, a comparación de las del contrario, encima de su estómago procediendo a subir su camisa lentamente para después meter su mano y acariciar con suavidad a su pareja mientras repartía besos en la mejilla derecha de su amado con pasividad.

— Mi hermoso y futuro esposo, solo intenta, por favor —rogó en susurró en su oído sin que las caricias pararan— ~

Sus miradas chocaron en brillo amoroso y lleno de plegarias dulces y empalagosas.