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Despertó y estiró su cuerpo; había dormido muy bien.

Austria abrió la puerta, sonriendo, dispuesto a mostrarle el lugar y sus pacientes.

Good morning, Austria —le sonrió al doctor.

— Supongo que dormiste bien, me alegro que estés aquí.

— Si, jaja —dio una risa falsa e indicó a Austria que se sentara en la cama. Austria hizo caso y se sentó allí— . Voy al punto, ¿Por qué no cobras nada?

— Bueno, Estados Unidos —agarró sus manos con suavidad y las empezó a acariciar— , me gusta tu historia y realmente quiero saber más —empezó a acariciar sus antebrazos— . Quiero saber más.

USA estaba asustado, ¿Qué? Intentó zafarse pero el austriaco le estaba agarrando fuerte— ¿Qué quieres decir? —su corazón estaba a mil.

— ¿Cuántas veces has muerto, querido? —tragó saliva.

— Suéltame —dijo con su ceño fruncido y mareo— , niño, suéltame, antes de que ocurra algo aquí. Porque si voy a pasar un año aquí, prefiero que Suiza me atienda.

Austria dejó su agarre— Sr. USA, espero con ansias sus respuestas. El desayuno ya está listo.

Estados Unidos empezó a temblar, ¿Él cómo sabía eso?

Llamaría a URSS sea como sea.

Después del desayuno, se dirigió a la recepción.

— Hey, Finlandia, Austria te necesita.

El del gorro asintió. Se levantó, tocó el brazo de USA y este dirigió su mirada hacia él— Ten cuidado —le susurró, a lo que USA asintió para que Finlandia procediera a irse— .

Agarró el teléfono, se agachó, se metió debajo del escritorio, marcó el teléfono.

— ¿Si? —contestó el comunista.

— ¡URSS! —habló tiritando— ¡Tu hijo es un loco! ¿Cómo sabe que he muerto? ¿Le has contado algo?

— No, claro que no. Lo tienes que disculpar, cuando le interesa algo se obsesiona, te recomiendo que le respondas.

— Ah, entiendo pero me seguirá asustando. Bueno, URSS, ¿Estás bien? te escucho raro y agitado.

— ¡Ayuda! —se escuchó un golpe y luego una silla caer al suelo.

— ¡Callate! —gritó el prusiano.

— ¿Papá? —preguntó al escuchar la voz del prusiano.

—Espera, ¿Es USA? —Alemania asintió— Pasame lo.

Prusia agarró el teléfono, cambiando a una expresión linda— ¿Cariño?

— ¿Papá Prusia?

— Sí, mi querido, ¿Pasó algo?

— ¿Qué están haciendo? ¿Por qué no me responde URSS?

— Eh...

— USA, AYUDA, ME SECUES- —su boca fue tapada por el pañuelo que le puso Reichtangle.

USA abrió los ojos como platos— ¡Papá! ¿QUÉ LE HACEN AL COMUNISTA?

Se escuchó una risa nerviosa por parte de Prusia.

— Deja que él me cuente —le quitaron el pañuelo al soviético cuando pusieron el celular al lado suyo, dio un inaudible gemido mientras su saliva hacia un hilo con el pañuelo— ¿Qué pasó, niño?

𝑨𝒏𝒐𝒓𝒆𝒙𝒚 «𝑹𝒖𝒔𝑨𝒎𝒆»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora