La miré y le dije que este era el final, que aunque nos doliera teníamos que aceptarlo y despedirnos. Ninguno de los dos quería esto, pero íbamos a estar bien.
Ella apoyó su cabeza en mis piernas y acaricié su pelo. Después respiró profundo, puso su pata en mi mano y cerró los ojos para siempre.
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Pequeños Relatos Para Leer en la Oscuridad
HorrorUna recopilación de relatos muy cortos, pero no por eso menos terroríficos. Ideales para leer antes de dormir.