Juego De Niños

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Con mis hermanos vivíamos jugando a las escondidas, pero una vez, mientras discutíamos sobre a quién le tocaba contar, sentimos una voz que susurraba muy bajito:
8...9...10...11...
Dejamos el juego de inmediato.
Con el tiempo nos olvidamos de eso, hasta que el mes pasado, mis hermanos empezaron a morir uno a uno.
No fue casualidad, ni mala suerte. Lo que escuchamos esa tarde salió a buscarnos y ellos no supieron esconderse bien. Ahora vendrá por mi.

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